Un ex basural de Villa Domínico, rumbo a transformarse en un paseo ecológico

Un ex basural de Villa Domínico, rumbo a transformarse en un paseo ecológico

Cerró en 2004 tras una larga lucha vecinal. El mal olor quedó atrás y en 2021 ya estaría abierto al público.

Caranchos, mariposas, teros, arañas de tela dorada. Ombúes, espinillos, talas. Verde de todo tipo: de pasto corto, de pastizal, salpicado de flores amarillas. Parece mentira que todo esto esté a 15 minutos en auto desde Capital. Más sorprende que acá haya estado uno de los basurales más grandes del país.

Gracias a la lucha de los vecinos, el basural de Villa Domínico y su olor agrio ya son historia. Hoy la mayor parte de las 400 hectáreas de relleno sanitario están parquizadas y forestadas, en muchos casos con especies autóctonas y algunas en riesgo de extinción.

El “pulmón verde” y la reserva natural del Complejo Ambiental Villa Domínico de la CEAMSE vienen poniéndose a punto desde hace años.

Pero con el cambio de autoridades, hace un mes y medio, el foco está puesto en abrir ese espacio al público.

Esperan que eso ocurra en algún momento de 2021, aunque se abstienen de confirmar plazos.

“Queremos abrir cuanto antes esto, y tenemos toda la intención de que sea el año que viene -adelanta un vocero-, pero depende de muchas cosas, protocolo sanitario incluido. Hay que delimitar la zona y definir por dónde se podrá circular, designar personal para cuidar el espacio, conseguir las autorizaciones de los entes intervinientes…”.

Mientras, la forestación avanza. La idea es dividir el pulmón verde entre ?espacios destinados al uso más general y de esparcimiento del público?, y otros “lugares absolutamente naturales, con circuitos de interpretación, avistaje de aves y una demarcación lo más natural posible”, destaca el mismo vocero.

Cerca están la estación Villa Domínico del tren Roca y las paradas de los colectivos 98 y 159. En auto, desde Capital, se va por la autopista Buenos Aires-La Plata, se toma la bajada de Wilde/Don Bosco/Villa Domínico, se continúa derecho por colectora y se siguen los carteles hasta Ortega al 4800 casi Guaminí.

Santo Domingo se llama el arroyo canalizado que bordea el predio y desemboca en el Río de la Plata. Nace a 23 kilómetros, en Glew, y va arrastrando desechos que en Domínico lo vuelven pestilente. La reserva natural hace lo suyo para calmar un poco los olores. Está en el cuadrante norte del predio. Décadas atrás allí había gente, casas, producción de vino de la costa. Hoy hay un colchón de agua y lirios, mariposas, cañas y una pasarela de madera que permite atravesar ese terreno húmedo y pantanoso.

“Como se elevó el suelo con el relleno, ya no puede replicarse lo que había previamente, pero sí reforestar con lo que existía hace cientos de años: el pastizal pampeano”, aclara Martín Bobeda, jefe del Departamento de Control de Lixiviados de la CEAMSE.

El relleno abrió en 1979 y cerró en 2004. Hasta ese momento, todos los días recibía 6.500 toneladas de basura porteña y de ocho municipios del sur del Gran Buenos Aires. Hoy esos residuos van al relleno de José León Suárez.

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