Axel Kicillof suelta amarras

Axel Kicillof suelta amarras

Acelera en la construcción de un espacio propio que lo lleve a 2027. Por ahora sin éxito, busca agenda nacional con otros gobernadores. Sábado bisagra y punto de no retorno.

Por José Maldonado.

El sábado próximo, Axel Kicillof encabezará un plenario militante que marcará un punto de inflexión en su trayectoria política. Con gestos claros, empezó a soltar amarras en su proyecto 2027. Y pone la mira en el segundo semestre, con la intención de romper las fronteras bonaerenses, por ahora más una expresión de voluntad que una agenda de trabajo concreta con gobernadores de la zona núcleo y otros.

Con la interna por ahora en un segundo plano, pero sin haber retrocedido una pulgada, Kicillof diseñó una hoja de ruta para lo que viene con un sentido inequívoco. El lunes, anunciará el segundo pago del Fondo de Fortalecimiento Fiscal Municipal por $34 mil millones en un acto al que convocó a intendentes del oficialismo y también de la oposición, muchos de los cuales no irán. "Es una foto de campaña. No estamos para eso", repetían entre los municipios del PRO sobre el evidente sentido político de la actividad.

Será a pocos días del plenario militante que Kicillof cerrará en Florencio Varela, con todos los dirigentes e intendentes que empezaron a abroquelarse en torno a su figura al calor del enfrentamiento con Máximo Kirchner y La Cámpora. La mesa política del gobernador trabaja en la organización del evento bajo el lema “La Patria no se vende”. Habrá un debate abierto sobre el presente y el destino del peronismo y un respaldo a la figura del gobernador.

El espacio construido con intendentes y referentes territoriales surgidos de aquella Mesa de Ensenada salió a la cancha hace apenas una semana, con el acto que Carlos Bianco, ministro de Gobierno y brazo político de Kicillof, encabezó en La Plata para lanzar el Frente Popular Patria y Futuro.

El plenario militante de Varela será la contracara del despliegue que La Cámpora hizo en Quilmes con la reaparición de Cristina Fernández de Kirchner, un acto en el que el gobernador quedó en segundo plano, debajo del escenario, sin ser mencionado y fuera de la foto familiar de CFK con Máximo, la intendenta Mayra Mendoza y Wado de Pedro.

Kicillof pule su agenda en el intento de auto construirse como la figura central de la oposición al gobierno de Javier Milei, siendo además el dirigente del peronismo con mayor responsabilidad de gestión. Su acercamiento a la mesa de conducción de la CGT en el marco de la estrategia para intentar neutralizar la marcha de la ley ómnibus XS en el Senado es una muestra clara.

También lo es la confirmación de que no asistirá a la convocatoria presidencial del Pacto de Mayo, que Milei aspira concretar en Córdoba el 25 junto a gobernadores, por ahora una foto incierta y tironeada por la marcha de las negociaciones en el Senado. La decisión está tomada y se mantendrá más allá de que haya un pedido concreto de la Casa Rosada para que vaya. Con el riesgo de quedar aislado, Kicillof se ata a ese rol de enemigo número uno del proyecto libertario.

Guerra con Máximo Kirchner

En ese camino, el gobernador surfea la interna con Kirchner, que no parece haber retrocedido un centrímetro en los últimos días. El gobernador no fue parte del acto que CFK encabezó en el Instituto Patria con mujeres y tampoco estará en la actividad que la expresidenta realizará este sábado con curas en el mismo escenario para entronizar a la Virgen de Luján.

Algunos gestos de CFK en su última aparición, como una mención al pasar sobre la "puntualidad" con la que pareció referirse a la tardanza de Kicillof en el acto de Quilmes, fueron leídos como señales claras de una hostilidad que sigue en pie.

Kicillof reafirma que no sacará los pies del plato de la conducción de CFK, pero avisa que eso nada tiene que ver con la intermediación de Máximo K. Y concentra todos sus esfuerzos en el posicionamiento como principal figura opositora a Milei.

Más allá de Buenos Aires

A su acercamiento a la CGT y su comunicación permanente con gobernadores en la dinámica de las negociaciones por el proyecto Ley de Bases, le seguirá un intento de construir una agenda que le permita romper las fronteras de Buenos Aires. Un antecedente fue su intervención en la crisis de seguridad de Rosario, cuando coordinó con Maximiliano Pullaro el envío de fuerzas de La Bonaerense para reforzar la lucha contra el delito en esa zona caliente.

Kicillof trata por todos los medios de avanzar en una dirección que lo muestre confluyendo en temas estratégicos con su par santafecino, como con el cordobés Martín Llaryora y el entrerriano Rogelio Frigerio. Por ahora, con limitaciones políticas y dificultades. Encontrar una agenda con la cual recorrer ese sendero desvela a su mesa política.

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