Axel Kicillof se quedó sin interlocutores del PRO en la Legislatura y busca cómo avanzar con proyectos propios

Axel Kicillof se quedó sin interlocutores del PRO en la Legislatura y busca cómo avanzar con proyectos propios

Las negociaciones con la oposición entraron en un laberinto. En el gobierno provincial sostienen que es por la decisión de Mauricio Macri de despegarse de la UCR. Grindetti se fue de la mesa provincial de Juntos y el oficialismo no tiene dónde ir a buscar votos

A casi tres meses de haber iniciado el período legislativo en la provincia de Buenos Aires, el Poder Ejecutivo mira con algo de preocupación el tardío andar de la Legislatura para la aprobación de algunos proyectos propios y designaciones de cargos que deben aprobarse vía prestación de acuerdo. La demanda del gobierno de Axel Kicillof es hacia la oposición y pasa por la demora en la aprobación de una iniciativa para reformar el funcionamiento de la caja de jubilados del Banco Provincia y la designación de Federico Thea al frente del Tribunal de Cuentas. Por su parte, la oposición pide que se abra la negociación por cargos en el directorio del Banco Provincia y en la Defensoría del Pueblo. Todo venía sobre rieles, hasta que uno de los negociadores del PRO -el intendente de Lanús, Néstor Grindetti- pegó el portazo de la mesa provincial de Juntos, en medio de la interna del partido, y el Frente de Todos se encontró sin una referencia opositora para ir a buscar los votos que le hacen falta. Ahora, el partido presidido por Jorge Macri en territorio bonaerense acelera la designación de un reemplazo para Grindetti.

La orden del ex presidente Mauricio Macri hacia las principales figuras del PRO de no ir detrás de la Unión Cívica Radical en cuanto a los acuerdos parlamentarios que la UCR define con el gobierno calaron en la dinámica oficialismo-oposición en la provincia de Buenos Aires. Tal es así que la semana pasada, en la previa a una sesión en ambas cámaras de la legislatura bonaerense, Grindetti renunció a la mesa provincial de Juntos. En el Ejecutivo bonaerense aseguran que el intendente de Lanús dejó el lugar de representación ante la decisión de volver a confrontar y diferenciarse del oficialismo, tal como ocurrió en la primera etapa de la gestión de Kicillof.

“La decisión de Macri tensionó dentro del bloque y del espacio nuestro donde ya son diversos los sectores PRO”, reconoció un diputado provincial de esa fuerza política que legislativamente en la provincia de Buenos Aires se compone de legisladores que responden a intendentes, a la ex gobernadora María Eugenia Vidal -hoy delegando su representatividad en Cristian Ritondo- a Patricia Bullrich o a Jorge Macri. Dicha tensión a la que se refiere el legislador desencadenó en la salida de Grindetti, que ahora no oficiará de interlocutor. Días atrás, el jefe comunal había recibido a Kicillof y a un grupo de intendentes de la Tercera sección electoral para firmar acuerdos por el Fondo de Infraestructura Municipal. Durante el acto, agradeció la ejecución de la política de infraestructura en cuestión, dio la bienvenida y no mucho más.

Cera del intendente de Lanús sostiene esta versión, pero advierten que el problema está en buena medida con los propios. “Néstor alcanzaba un acuerdo y cuando era el momento de efectivizarlo siempre aparecía una nueva demanda. Su rol empezó a desgastarse y entendió que no tenía sentido seguir en el medio”, explica un dirigente con línea directa al hombre de Lanús. Este lunes, Grindetti se reunió con Mauricio Macri con el objetivo de sepultar rumores de malestar.

Más allá de Juntos, el impacto también se sintió en Kicillof. Quién juega un papel importante en esa negociación -y la tuvo también en la organización de la jornada de Lanús- es el jefe de Gabinete bonaerense, Martín Insaurralde. El intendente en uso de licencia de Lomas de Zamora es quién le garantiza al Ejecutivo las leyes y negociación con la oposición. De hecho, desde hace un tiempo que venía trabajando a través de la Legislatura con el presidente de la UCR bonaerense y jefe de bloque de Juntos en la Cámara de Diputados, Maximiliano Abad, y con el propio Grindetti para avanzar en una ley que Kicillof considera importante y una deuda con el gremio La Bancaria: la derogación de la actual ley del régimen previsional de la Caja del Banco Provincia establecida bajo el gobierno de María Eugenia Vidal para avanzar con un nuevo esquema jubilatorio para los empleados del BAPRO.

Durante el gobierno de Vidal, la Legislatura sancionó la modificación a la Caja y le quitó la condición de régimen especial jubilatorio. Estiró los años de jubilación y redujo el haber para la constitución de la jubilación. Era del 82% y lo llevó al 75%. El principal argumento que esgrimió la gestión de Vidal en aquel entonces era el déficit al que se llevaba a la caja jubilatoria bajo dicho régimen especial. El proyecto que impulsó Kicillof lleva de 14 al 16% el aporte previsional, pero recupera el 82% para la jubilación y el 75% para la pensión.

Si bien había un camino allanado para avanzar con la votación del Ejecutivo, todo se complejizó. Vidal -que tiene presencia en la Legislatura bonaerense con bancas tanto en Diputados como en el Senado- definió sostener lo aprobado durante su gestión. El radicalismo estaba dispuesto a votar, con algunos cambios, dicho proyecto, pero al Frente de Todos no le alcanzaba.

Kicillof hizo saber esa situación a un grupo de intendentes del PRO. “Para nosotros es muy importante, lo quiero comentar porque no sé si todos saben en qué habíamos quedado. Necesitamos que se arregle el régimen del Banco porque está judicializado y la Justicia nos pidió que llegáramos a un acuerdo. Hoy hay un régimen, venimos sin vencedores ni vencidos, pero todo lo que podamos hacer para solucionar las jubilaciones de los bancarios bienvenido”, dijo al finalizar una reunión con jefes comunales oficialistas y opositores entre los que se encontraban el platense Julio Garro y el pinamarense, Martín Yeza. Las palabras del gobernador no calaron hondo.

“El proyecto, tal como está, no va a salir”, le dijo a Infobae un senador de Juntos. Un diputado también de la coalición opositora es un poco más optimista y explica que lo más probable es que la modificación al régimen del Banco Provincia, que alcanza a 25 mil pasivos, sea girado a comisión ya que recién desde la semana pasada en la Cámara de Diputados se constituyeron las comisiones y tenga su discusión -y modificaciones- en esa instancia hasta llegar al recinto. “Sobre tablas es muy difícil”, opina.

Cómo sigue

Más allá del proyecto puntual de la jubilación del Banco Provincia, la preocupación del gobierno también pasa por quién ocupará el lugar de Grindetti. Días atrás corrió el nombre del presidente del bloque de Juntos en el Senado bonaerense, Cristian Gribaudo. Sin embargo, según pudo saber este medio, el legislador no contaría con todos los consensos necesarios dentro del PRO para ocupar una silla en la mesa provincial y oficiar de negociador con el Ejecutivo. “Las demandas que hay son en su mayoría de los intendentes y tienen que ver con la gestión. Debería ser alguien que responda a ellos”, aseguró un diputado del PRO.

Kicillof también espera por la prestación de acuerdo de Federico Thea al frente del Tribunal de Cuentas de la provincia. Thea es un abogado que integra el círculo de confianza del mandatario provincial. Hasta diciembre del año pasado se desempeñó como Secretario General de Gobierno. La postulación ya fue girada al Senado y es la Cámara alta quien debe prestar acuerdo para que Thea quede al frente del organismo encargado de controlar el gasto público de las gestiones municipales.

Las internas en el PRO y puja de representatividad en la alianza opositora existen. “Las peleas son porque vemos que se puede ganar en 2023, nadie se pelea por algo que sabe que no va a tener”, resumió otro legislador con anclaje en un intendente del PRO. Mientras, el Ejecutivo bonaerense avanza más lento de lo que quisiera en la Legislatura que hace mover algunos proyectos propios.

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