AFIP: rutas de la corrupción

AFIP: rutas de la corrupción

Las denuncias penales y las investigaciones que fueron realizadas por Hoy permiten hacer un mapeo detallado del accionar delictivo que involucran a los principales funcionarios del organismo recaudador

A raíz de la connivencia de la AFIP, La Salada se convirtió en un verdadero paraíso de la evasión, siendo la feria ilegal más grande del mundo que mueve la friolera suma de 220 millones de pesos por día o 80 mil millones al año. Uno de los encargados de determinar cómo y a quien la AFIP realiza las inspecciones es el subdirector general de fiscalizaciones, Horacio Curien, uno de los funcionarios que viajó a la Patagonia en el año 2009 para “dibujar” las declaraciones juradas de CFK con el objetivo de que luego se archivara la denuncia por enriquecimiento ilícito que pesaba sobre Cristina. Curien habría sido puesto a dedo por el titular del Banco Francés, Mario Vicens, con quien seguiría manteniendo una estrecha relación, garantizándole que muchos integrantes de la denominada patria financiera no sean debidamente auditados. 

Espionaje

Según la ONG La Alameda, Salvatore fue abogado de Raúl Martins, un agente de la ex SIDE acusado por su propia hija de liderar una mafia vinculada con trata de personas, juego clandestino y narcotráfico. En tanto, tanto Palesa como Michel también serían integrantes de los servicios de inteligencia que se dedican a ser espionaje interno a favor del gobierno nacional.

Lavado de dinero

Ana Cristina Palesa, la abogada que legaliza varias sociedades comerciales de Michel y de Salvatore, también aparece en empresas del despachante de aduanas uruguayo Jorge Lambiris, amigo íntimo de Echegaray, quien fue condenado en el año 2000 por piratería del asfalto. Lambiris habría sido el promotor de la llegada de Michel a la AFIP, y ambos estarían relacionados con negocios inmobiliarios oscuros de Echegaray en el vecino país.

Empresas fantasmas

Varios funcionarios de la AFIP como Sergio Vargas (abogado de Echegaray), Julio Nieto (Jefe del Departamento de Servicios al Contribuyente y operador político de Echegaray) y Jorge Gustavo Arce (jefe interino de la División de Fiscalización Nº 1 de La Plata) forman parte de sociedades comerciales fantasmas, con domicilios truchos. Hay sospechas de que podrían ser pantallas que servirían para el lavado dinero.

Causa Ciccone

El presidente de la Cámara Pesquera Marplatense, Daniel Tunoni, denunció en la Justicia y en una entrevista con Hoy que Echegaray intentó quedarse con el negocio de la impresión de papel moneda, mediante la compra de la ex Ciccone. Por eso, la AFIP le otorgó a esa empresa un escandaloso plan de pagos a 12 años para levantar la quiebra y así poder ser nuevamente contratada por el Estado. Un camarista solicitó que Echegaray sea citado a declaración indagatoria por su participación en el affaire.

La denuncia del diario Hoy

A partir de todos los elementos aportados a la Justicia por la directora Myriam Chávez de Balcedo, se desprende que Echegaray y sus secuaces han organizado un entramado judicial y administrativo, constituyendo empresa y sociedades fantasmas, extorsionado funcionarios, efectuando falsas o ilegales denuncias y otras acciones persecutorias, para apropiarse de sus bienes y enriquecerse ilícitamente.

Cuando la corrupción es una cuestión de amigos

Tanto en el organismo recaudador como en la ONCCA, Ricardo Echegaray y su esposa crearon una red de negocios turbios convocando a amigos de la adolescencia

La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), que preside el polémico y denunciado Ricardo Echegaray, es un nido de corrupción, donde se entremezclan de forma alarmante –quizás como en ningún otro organismo de la administración pública-  familiares y amigos de los funcionarios en negocios oscuros.

Así como Echegaray convocó sus compañeros de promoción en el Liceo Naval de Ensenada, designándolos en cargos jerárquicos en la AFIP y les dio  rienda suelta para que puedan conformar empresas fantasmas que podría servir como plataforma para lavar dinero, Silvana Karina Oviedo -la esposa del titular de la AFIP- realizaría prácticas similares. Oviedo actualmente no ocupa formalmente ningún puesto en el organismo recaudador, pero sería un engranaje clave en varios negocios que involucran a Echegaray. 

Una de las compañeras que tuvo la esposa de Echegaray en la escuela secundaria es Silvana Patricia Quinteros, quien actualmente se desempeña en uno de los cargos más importantes de la AFIP: está a cargo de la Dirección General de Recursos de la Seguridad Social. Quinteros tiene facultades para inspeccionar a empresas y profesionales, contando con un cuerpo de investigadores entrenados en el arte del apriete.

Quinteros acompaña al marido de su amiga desde hace años, habiendo estado a cargo de la regional de la ONCCA en Bahía Blanca, el organismo que tenía la función de otorgar subsidios y compensaciones a productores agropecuarios y que tuvo que ser disuelto por los graves casos de corrupción.

Uno de los hechos más resonantes registrados durante el paso de Echegaray por la ONCCA se dio a conocer luego de que el funcionario comprara un lujoso departamento en la calle Paraguay 3343 de Capital Federal, el mismo domicilio legal declarado por el feed lot “Hacienda Argentina SA”, ubicado en Punta Alta (la localidad donde nacieron Echegaray y su esposa).  Este feed lot habría recibido millonarias compensaciones de parte de la delegación bahiense que comandaba Quinteros y para poder recibir ese dinero adquirió un campo con 14 corrales y capacidad para albergar 10.000 bovinos, lo que demandó una inversión no menor –hace siete años atrás- a los $ 10 millones. Como titulares de Hacienda Argentina aparecen dos íntimos de Echegaray y su esposa que nada tienen que ver con la actividad agropecuaria: Mariana Paula Guerra, hija de un humilde tintorero de Punta Alta e integrante de una desconocida empresa de turismo en una localidad cordobesa, y un supuesto artista plástico jubilado llamado Alfredo Luis Espósito.  Según pudo saber Hoy, el supuesto pintor –actualmente es titular de la ignota firma ART Storage Group SRL, que se dedica a decoración, arte y escenografía, con sede en un departamento de  calle Uruguay al 766 de Capital Federal- sería hijo del contador Alfredo Humberto Espósito, quien durante la última dictadura militar fue designado por el genocida Jorge Rafael Videla en el directorio del Banco Central. Después habría cumplido funciones diplomáticas en Japón.

Asimismo, Alfredo Espósito hijo habría desempeñado funciones en la Aduana junto con Echegaray cuando el ahora titular de la AFIP estaba a cargo de ese organismo. Espósito estuvo salpicado por un escándalo a comienzos del gobierno de Néstor Kirchner ya que existen sospechas de que habría favorecido a una empresa nipona para que se quede con un millonario contrato para la provisión de escáneres que deberían haberse instalado en los puertos argentinos. Años más tarde, en 2013, se dio a conocer un lapidario informe elaborado por la Auditoría General de la Nación que reveló que los escáneres que funcionan en las terminales portuarias no sirven para detectar estupefacientes.

"Del relevamiento llevado a cabo surgió que ninguna de las terminales cuenta con escáneres cuyo software permita diferenciar entre elementos orgánicos e inorgánicos", consignó la AGN. La vía fluvial constituye el principal acceso y salida que utilizan los narcotraficantes para entrar y sacar la droga del país.

La mujer de Espósito es Laura Marina Croas, que integra con él la firma ART Storage Group SRL. Croas también fue a la secundaria con Quinteros y Oviedo en Punta Alta. El vínculo con la esposa de Echegaray es tan cercano que en el año 2008 la habría acompañado a comprar un departamento en la zona de Manantiales, en Punta del Este. El inmueble estaría valuado en más de 450 mil dólares y cuando se conoció la adquisición hasta los propios vecinos de Punta del Este se indignaron y le organizaron un escrache.  En las inversiones inmobiliarias en el vecino país, tal como consta en la denuncia penal realizada por el diario Hoy la semana pasada, jugaría un rol clave el empresario uruguayo Jorge Lambiris, un ex pirata del asfalto que es amigo íntimo del titular de la Afip.

En tanto, antes de conformar Hacienda Argentina SA, Mariana Paula Guerra creó la sociedad Argentina Adventure SA, dedicada a realizar viajes y turismo, con sede en la localidad cordobesa de Arroyito. Un dato llamativo es que, en los registros de la propia AFIP, aparecen cuatro domicilios distintos de Guerra. Uno de ellos se encuentra en La Plata, más precisamente en calle 116 nº 1510. Hasta ese lugar fue un cronista del diario Hoy y ningún vecino la conoce ni escuchó hablar de de ella. En definitiva, como sucede en La Salada, lo trucho y lo ilegal parece estar marcado a fuego en la conducción del organismo recaudador.

Sospechosa compra del campo

En la compra del campo, como en los otros trámites formales del feed lot “Hacienda Argentina”, participó la presidenta de la sociedad Mariana Paula Guerra. Esta mujer no tenía recursos propios como para hacer semejante inversión y figuraba en la AFIP como monotributista en la categoría más baja.

El vendedor fue Italo Oscar Oberti, quien está procesado por integrar una asociación ilícita dedicada a usurpar campos y viviendas en esa zona del sur bonaerense, y que también fue condenado por portación de armas de fuego.

Vínculos con represores

Quienes conocieron a Echegaray durante su militancia en la Ucedé lo definen como uno de los representantes del ala más dura del partido fundado por Alvaro Alsogaray, que no dudaba en apoyar públicamente a los represores del gobierno de facto.

De hecho, hasta habría pedido públicamente por "la libertad de los presos políticos Videla, Massera y Agosti", en pleno juicio a las Juntas Militares. Y hay quienes aseguran haberle escuchado a Echegaray decir que había ido a visitar a Videla a la cárcel de Magdalena.

En ese contexto puede entenderse como Echegaray mantiene una relación tan cercana con Espósito, hijo de un importante funcionario de la última dictadura militar. Pero no es el único: también se encuentra el abogado y capitán de navío Sergio Raúl Vargas, quien fue expulsado de la Marina debido a su participación en el grupo de letrados que se dedicaba a defender a represores en los juicios por lesa humanidad. A Vargas no le costó mucho tiempo encontrar trabajo tras su despido de la Marina: Echegaray, su compañero de promoción en el Liceo Naval, le abrió las puertas de la AFIP y lo convirtió en su principal operador judicial.

El año pasado, siendo funcionario del organismo recaudador, el capitán de navío creó una empresa fantasma llamada Aonikenk Apart SA, declarando un domicilio falso en Neuquén. Habría sido Vargas el encargado de hacer gestiones ante el juez Ariel Lijo, que procesó a Amado Boudou por la compra de la ex Ciccone, para que no citaran a su jefe a declaración indagatoria. La omisión fue observada por el camarista Eduarda Farah, quien le reclamó a Lijo que sentara a Echegaray en el banquillo de los acusados ya que fue el principal responsable de haber otorgado un escandaloso plan de pagos a 12 años, con una ínfima tasa de interés, para que la ex Ciccone pudiera levantar la quiebra y estuviera así en condiciones de volver a ser contratada por el Estado.

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