Vidal se convierte en gladiadora del modelo

Vidal se convierte en gladiadora del modelo

Pasada la corrida cambiaria que obligó al gobierno nacional a negociar un préstamo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), los armadores políticos de Cambiemos evalúan las medidas políticas a tomar para mitigar el impacto sobre la imagen del presidente Mauricio Macri y en ese escenario la gobernadora María Eugenia Vidal aparece como el emergente necesario de continuidad para el oficialismo.

 

 

Los números de las encuestas dejan en claro que incluso entre los votantes del oficialismo la mandataria bonaerense está por encima de Macri en las preferencias de cara a las presidenciales de 2019, lo que empieza a entusiasmar a parte del equipo de gobierno de la provincia que hasta ahora prefería ser prudente a la hora de proyectar un destino en Balcarce 50.

Cierto es que todavía tiene plena vigencia al Plan A del gobierno, que buscará la reelección del presidente, para lo cual necesita detener la caída en el apoyo popular y luego recomponer el romance con el sector de votantes críticos de Cambiemos, afectado por decisiones de política económica como los tarifazos y aumento de impuestos.

Por eso Vidal podría ser la rueda de auxilio en medio de ese proceso y no el recambio para garantizar el sillón de Rivadavia, o al menos esa parece haber sido la función asignada por la mesa chica de Cambiemos luego de realizar la primera evaluación tras la suba del dólar y de avanzar con los primeros cambios en el gabinete económico.

Desde hace poco más de una semana la titular del ejecutivo bonaerense reemplazó a las voces nacionales en la defensa del modelo, y por primera vez fue ella la que dio explicaciones sobre la vuelta al FMI, insistió con la "pesada herencia" y sorpresivamente aseguró que en 2015/16 el presidente "no podía" decir que el país estaba quebrado, lo que equivale a reconocer que Macri mintió en el comienzo de su mandato, aunque más allá de eso, el dato es que Vidal comenzó a ponerse a sí misma como garante del modelo.

Con esa impronta, la gobernadora retomó esta semana el ritmo frenético de recorridas por varios distritos al día, casi como si estuviera en campaña, y fortalecida luego de la crisis, no tanto por decisiones o acciones tomadas desde el ejecutivo, sino porque fue una de las menos afectadas por la caída en el apoyo para el gobierno.

Como suele ocurrir con los gobernadores de la provincia que comparten signo político con el presidente, los bonaerenses suelen omitir y/o minimizar las responsabilidades de los dirigentes locales frente a la gestión nacional. La novedad en este caso es que Vidal está encabezando una suerte de devolución de gentilezas, apuntalando con su propia imagen a la alicaída gestión nacional.

En frente los peronismos

Los mismos números que preocupan al gobierno por su caída en la imagen positiva, indican que si el peronismo se une tiene buenas chances de quedarse con el triunfo en 2019, tanto a nivel nacional como en la provincia de Buenos Aires, a pesar de lo cual el debate sobre "la unidad", parece ser en sí mismo un obstáculo para conseguirla.

Los contactos se profundizaron entre los diferentes espacios, pero son tantos y tan cruzados, que la chance de unidad parece alejarse en lugar de estar más cerca.  Esta semana por ejemplo el ex intendente de Tigre, Sergio Massa, decidido de forma definitiva de armar desde el peronismo, se reunió con la intendenta de La Matanza, Verónica Magario, a quien muchos señalan como la candidata de Cristina Fernández para la gobernación.

En paralelo, el diputado nacional Felipe Solá, que empieza a sonar como uno de los posibles candidatos de consenso, estuvo con varios intendentes peronistas del conurbano, incluido el titular del PJ en la provincia, Gustavo Menendez, fuertemente resistido desde el kirchnerismo.

De hecho, esta semana se difundió un video en el que el senador Sergio Berni increpó al intendente de Merlo y le exige que el PJ no acuerde votarle las leyes a Vidal después de negociar alguna cuestión judicial y aseguró que los legisladores del PRO "se ríen" del peronismo.

El cuadro se completó con una nota periodística en la se informó sobre un supuesto pedido de Menéndez a la gobernadora para que sea candidata a presidenta. "Vos tenés que ser candidata a Presidente y armamos todos ahí”, aseguró un periodista del diario Clarín que le dijo el titular del PJ a Mariú.

Desde los sectores duros del kirchnerismo en cambio, se animan cada vez con más fuerza a rechazar la unidad como un objetivo en sí mismo y al grito de "Unidad para qué", se van multiplicando las voces contrarias a retomar el diálogo entre sectores del peronismo.  "Los progresistas no la dejan a Cristina que vuelva al peronismo", había dicho hace un par de semanas, casi de forma premonitoria el ex Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Es evidente que los números que manejan los encuestadores son, en el mejor de los casos, la expresión de deseo de algún sector opositor, porque el escenario más probable para el año que viene es el de un peronismo dividiendo el voto y facilitando el triunfo de Cambiemos.

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