Scioli-Zannini: la fórmula de Cristina

Scioli-Zannini: la fórmula de Cristina

El gobernador reveló que le pidió a CFK que su candidato a vice sea el Secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, integrante de la mesa chica K y artífice de diferentes maniobras para controlar la Justicia. El oficialismo se radicaliza y la oposición no encuentra el rumbo

Cuando restan 72 horas para que venza el plazo de presentación de candidaturas, el gobernador Daniel Scioli confirmó el pacto que selló con el kirchnerismo de paladar negro. Y por eso ayer reveló que se reunió con Cristina Fernández para pedirle que su compañero de fórmula sea el secretario de Legal y Técnica de la Presidencia, Carlos Zannini.

En una suerte de puesta escena, el gobernador evitó responder qué le contestó la jefa de Estado sobre su sugerencia. La realidad es que el acuerdo ya estaría prácticamente cocinado. "Si la Presidenta está de acuerdo, él me puede acompañar", insistió Scioli. Y criticó a la oposición, a la que achacó que cuando pregona el "cambio" en realidad lo que quiere es "una marcha atrás".

Zannini es un funcionario al que le dicen “El Chino”, lo que  hace alusión a su participación, en los ´70, del grupo guerrillero maoísta Vanguardia Comunista. Su presente poco tiene que ver con las armas que supo empuñar en los años de plomo, y está más vinculado con los negocios del poder. De hecho, el empresario Gerardo Ferreyra, uno de sus camaradas de Vanguardia Comunista, es titular de la firma Electroingeniería, una de las empresas más favorecidas por la obra pública en la era K.

Zannini se caracteriza por su bajísimo perfil, actúa desde las sombras y prácticamente es poco más que un desconocido por la opinión pública. Pero su inclusión en la fórmula presidencial, en realidad, va mucho más allá del hecho electoral: representa la cabal muestra que Scioli no sacará los pies del plato y está decidido a presentarse en las próximas elecciones como el garante de un modelo económico y político que está dejando el país hundido en el estancamiento y el subdesarrollo.

En rigor, Scioli mantiene la conducta de sumisión política que tanto lo ha caracterizado y que, cabe reconocerlo, le permitió llegar al lugar que está ahora. El problema, en todo caso, lo tienen aquellos argentinos que buscan que haya un cambio en el país a partir del 10 de diciembre.

Maniobras para controlar la Justicia

Zannini es integrante de “la mesa chica” del kirchnerismo. Conoce, como pocos, los secretos de la familia presidencial (tiene relación con los Kirchner desde el año 1984, cuando se fue a vivir a Santa Cruz) y de la Casa Rosada ya que se mantiene en el cargo de secretario Legal y Técnico desde el momento en que Néstor juró como presidente, en mayo de 2003.  De hecho, no sólo supo ser confidente tanto de Néstor como de Cristina, sino que también fue artífice de varias de las maniobras más polémicas del gobierno nacional, especialmente en lo que se refiere a los intentos permanentes y sistemáticos de querer colonizar la Justicia para tener garantizada la impunidad.

Entre otras medidas, Zannini promovió a Alejandra Gils Carbó como Procuradora General de la Nación, función desde la cual creó la agrupación Justicia Legitima, que reúne a todos los magistrados y fiscales que responden a la Casa Rosada, y realizó distintas acciones para evitar que avancen las investigaciones que complican al poder político. En especial, todas aquellas causas que involucran a la familia presidencial y a su testaferro, Lázaro Báez. También se le atribuye a Zannini mantener una estrecha relación con el inefable juez Norberto Oyarbide, el magistrado que más “favores” le hizo a la Casa Rosada. Por ejemplo, archivó una pesada denuncia por enriquecimiento ilícito que pesaba contra el matrimonio Kirchner, luego de que el patrimonio de la familia presidencial aumentará de forma escandalosa en más de 1000% desde el año 2003. Es tan estrecha la relación del Chino con Oyarbide que su mano derecha en la secretaria, Carlos Liuzzi, fue acusado de haber llamado al juez para frenar un allanamiento contra una cueva financiera sospechada de mantener oscuros vínculos con el poder político.

 Oposición sin brújula

La libertad de acción que tiene el oficialismo, que llega al punto de llevar como vicepresidente a uno de los principales responsables de la delicada situación que se vive en el país, se debe a que la oposición se encuentra sin brújula. Tal como lo viene informando Hoy, Mauricio Macri, que aparece como el principal opositor en las encuestas, parece seguir empeñado en no querer ganar la elección presidencial. Sólo así puede entenderse que ayer haya decidido llevar como candidato a vicegobernador bonaerense al legislador porteño Christian Ritondo. Se trata de un dirigente que se reconoce peronista pero es un desconocido –sin inserción territorial en la Provincia- para el electorado de la principal jurisdicción del país.

Ritondo acompañará a otra ilustre desconocida para el electorado bonaerense como es María Eugenia Vidal, cuya carrera política también se realizó, íntegramente, en Capital Federal. Tan desorientada parece estar Vidal que ayer no tuvo mejor idea que salir a buscar votos tocando el timbre por algunas casas de Berisso, la cuna del peronismo, acompañada por un candidato radical. Este tipo de inconsistencias del macrismo se repiten en casi todos los distritos bonaerenses, especialmente en el Conurbano donde está concentrado gran parte de los votos que definen las elecciones nacionales y cuyo poder político es ejercido, desde el retorno de la democracia, por caciques del PJ.

En conclusión, la desorientación y la falta de sentido común de aquellos que dicen ser los principales opositores, son los principales aliados que tiene el oficialismo para que nada cambie.

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