Los radicales y el espionaje: entre el silencio, la desconfianza y la "opereta K"

Los radicales y el espionaje: entre el silencio, la desconfianza y la

Aceptan que la investigación es verosímil, pero dudan en las responsabilidades y ven un armado del kirchnersimo detrás. "A algunos no les gustaba que fuera autocrítico", dijo Rozas.

La difusión de una lista de supuestos espiados por la AFI durante el gobierno de Cambiemos, que incluía a dirigentes de todo el arco político, tanto oficialistas como opositores, puso a los radicales frente a un dilema: sacar a relucir las desconfianzas, celos y broncas que todavía existen con la conducción del macrismo o, por el contrario, cerrar filas dentro de Juntos por el Cambio, evitar tensionar la cuerda y alinearse en un mensaje de tildar la investigación como parte de una operación política del kirchnerismo.

En este listado estaban los correligionarios Ernesto Sanz, Mario Negri, Ángel Rozas, Miguel Nanni y Mario Barletta. La decisión general fue guardar silencio y esperar para ver cómo decanta el caso y sus derivaciones. Hay una realidad: ninguno sabe todavía de qué manera se dio ese espionaje y qué alcance tuvo. Mientras tanto, las conversaciones entre ellos y otros dirigentes del radicalismo osciló entre las tertulias sobre cómo seguir y las bromas por formar parte del listado.

Por lo bajo, a nadie en el partido le resulta descabellado que la información pueda ser correcta. Pero después aparecen las diferencias entre los que aceptan que pudo haber una decisión política detrás y los que le asignan la responsabilidad al “caos” del sistema de inteligencia argentino, que atravesó diferentes gobierno y que Cambiemos tampoco pudo poner en orden. 

Sin embargo, existe una coincidencia generalizada en que los tiempos, la forma y el impulso del kirchnerismo al caso lo transforma en una “opereta”, en palabra de uno de los involucrados. Y lo inscriben en un contexto más amplio: “Están dispuestos a quemar las naves en pos del plan impunidad y venganza”.

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De los radicales que aparecen en la lista el único que habló públicamente fue Rozas, quien eligió La Radio de Chaco para hacer un descargo. Aclaró que esperará a ver que dicen tanto Gustavo Arribas como quien fuera su segunda en la AFI, Silvia Majdalani, así como Macri. “Veremos qué dicen, por qué nos perseguían, me supongo que querían saber hasta dónde llegaba nuestra lealtad en esa coalición”, expresó el hoy ex senador. Y agregó: “Yo se que había amigos muy cercanos a Macri a los que no les agradaba que yo fue un autocrítico constructivo”.

Todos los mencionados comparten esa misma característica: en algún momento tuvieron algún motivo de tensión con la Rosada. Sanz se alejó del centro del poder luego de quedar expuestas diferencias; Negri fue siempre de los más leales, pero tuvo un fuerte cruce con un sector de la Rosada por la última elección en Córdoba; Barletta atravesó una situación similar en Santa Fe; y Nanni llegó a manifestar diferencias públicas con las decisiones políticas que desde Nación imponían para el armado de alianzas en Salta.

Entre el martes y el miércoles hubo contactos entre diferentes diputados y senadores de Juntos por el Cambio. “Todos creen que la AFI fue un caos, tanto con Cristina como con Macri, con agentes haciendo operaciones sin necesidad de que se lo pida un jefe”, relata una fuente del bloque. “No ven detrás de esto a Macri”, agrega, y apunta al contenido de la lista: “Básicamente porque hay mucho cuatro de copas”. Y remata con que “lo que creen es que hay una movida demasiado explícita del kirchnerismo de incriminar a Macri y a la mesa judicial en todo”. “A mi no me extraña la noticia, pero siento que es más una operación de este gobierno”, coincide uno de las supuestas víctimas.

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"No es la primera vez que dentro de la propia AFI se generan operaciones para desprestigiar al gobierno que se fue", expresó el diputado José Cano. Junto a los senadores Juan Carlos Marino y Pamela Verasay son los radicales que forman parte de la comisión bicameral de fiscalización de las actividades de inteligencia que seguirá atentamente el caso. "Las denuncias tienen que ser investigadas, y de ninguna manera esto se puede tomar como un hecho real y comprobado. Nosotros vamos a esperar a que la justicia investigue, pero de entrada hay cosas que no son ciertas", agregó el tucumano.

Para el radicalismo hay un motivo extra de alerta en el caso. José Luis Vila, ex agente del organismo y funcionario del Ministerio de Defensa en el último gobierno, apareció mencionado como un arrepentido en el caso. Según explican fuentes del partido, “no es un quebrado” sino que se presentó ante la bicameral justo antes de que se conociera la denuncia de Cristina Caamaño porque le habían puesto un artefacto explosivo en la puerta de la casa. La versión indica que apuntó a “agentes inorgánicos”, que incluso estarían identificados, y despegó de la denuncia al gobierno de Macri y al ministerio del que formaba parte. Lo que nadie niega es que tuvo un enfrentamiento abierto con Gustavo Arribas para quedarse con la conducción de la AFI.

Lo cierto es que las dos cuestiones, tanto la presentación de la AFI como la denuncia de Vila, cayeron casi en simultáneo. ¿Casualidad? "Jamás desde nuestro partido vamos a aceptar que existan actividades ilegales de inteligencia en contra de nadie", dijo Cano.

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