Con un ojo puesto en 2019, el kirchnerismo sigue de cerca el "pase" de votos de Lula a Haddad

Con un ojo puesto en 2019, el kirchnerismo sigue de cerca el

Dirigentes del Frente para la Victoria "prestan atención" a la evolución de los comicios brasileños

Las elecciones en Brasil no solo tienen en vilo a más de 147 millones de brasileños registrados para votar. También atrapa la atención del kirchnerismo, que observa la pelea electoral como si fuera un espejo de la situación política argentina. Con Luis Inácio "Lula" Da Silva imposibilitado para competir, los resultados influirán en la caja de herramientas del Frente para la Victoria (FpV), que identifican el liderazgo de Lula y su Partido Dos Trabalhadores (PT) con los de Néstor y Cristina Kirchner.

La incógnita en esta primera vuelta -donde competirán 13 candidatos presidenciales- será en qué medida se produce la transferencia de votos de Lula hacia Fernando Haddad (PT). Una variable que podría barajarse el año que viene en las elecciones argentinas, en caso que Cristina Kirchner no sea parte de las elecciones presidenciales por conveniencia política o una eventual condena.

"Es un fenómeno que vale la pena prestarle atención. En este caso se está viendo cómo un liderazgo fuerte como el de Lula está transfiriendo votos a un candidato como Haddad en primera vuelta, quien no tenía mucho conocimiento en la población", señaló a Infobae el diputado nacional de La Cámpora, Juan Cabandié.

Tras la condena por el caso del tríplex de Guarujá y el fallo que bloqueó su participación en los comicios,  Lula da Silva resolvió apoyar a su compañero de fórmula para que sea quien enfrente al extremista de derecha Jair Bolsonaro, el candidato favorito del Partido Social Liberal, que amenazó con cerrar el Congreso, apoya la tortura, odia a las minorías y no teme en mostrarse favorable a las dictaduras latinoamericanas. A partir de su lanzamiento como aspirante a la Presidencia, Haddad subió rápidamente desde los 4 a los los 23 puntos en intención de voto.

Fernando Haddad busca meterse en el ballotage. (AFP)

"Lula que era el principal candidato fue proscrito y tuvo que delegar en su candidato a Vicepresidente, quien está teniendo una performance notable. En menos de dos semanas está colocado en segunda vuelta, garantizando el ballotage", destacó el jefe de la bancada kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi.

En el Frente para la Victoria hay consenso de que el resultado condicionará al clima político local. Además de ser la séptima economía del mundo y nuestro principal socio comercial, la coyuntura de Brasil se piensa como un capítulo regional más abarcativo, donde se comprobaron que los escándalos de corrupción tienen la capacidad de producir giros políticos profundos.

El proceso de declive del PT tuvo como hitos el pago de "propinas" de la constructora Odebrecht, el ajuste económico de Dilma Rousseff y las movilizaciones en su contra en 2013, hasta su posterior destitución. En Argentina, las causas vinculadas al manejo de la obra pública con el gobierno anterior -junto con la ola de detenciones preventivas y procesamientos a ex funcionarios K- son interpretadas en la misma clave por el kirchnerismo, como parte de una "persecución política a los líderes nacionales y populares" del continente.

"Lo que hay que entender son los resultados de los escándalos mediáticos y de corrupción. El post Odebrecht dejó que la empresa de aeronavegación Embraer y que el petróleo ya no sean de Brasil, como está pasando en Vaca Muerta en Argentina. Después de una década de autonomía en la región, donde se apostó por un mundo multipolar, la relación que hoy tenemos con Estados Unidos explica muchas cosas de lo que pasan en el país", opinó Cabandié.

Pese a su inicial repunte, las expectativas con Haddad cambiaron en la última semana. El ex gobernador de São Paulo tuvo en los sondeos un estancamiento en torno al 23 por ciento, mientras que la intención de voto de Bolsonaro supera el 35 por ciento, según un relevamiento de Datafolha. Las encuestas de última hora ensancharon la distancia.

Ese escenario confirmaría una mirada más pesimista para los detractores del ultraderechista y militar brasileño retirado, ya que los votos de Lula no se traducirían automáticamente por mera identificación partidaria. Así, no se produciría una repetición de la elección presidencial en las que se impuso Dilma Rousseff, cuando Lula logró con éxito transferirle el apoyo de su base electoral. Por entonces, el ex presidente era jefe de Estado y no se despegó un segundo de ella durante la campaña.

Para Rossi, la transferencia de votos de un Lula encarcelado a Haddad es "una experiencia nueva" y, como tal,"es muy difícil de asemejar con Argentina". "Hay que prestarle atención pero es un elemento más, no sacaría conclusiones ni comportamientos electorales prematuros. Sí está claro que lo que se desprenda de la elección de Brasil permitirá tejer reflexiones", equilibró el diputado nacional.

El legislador porteño y "radical K", Leandro Santoro, es igual de cauto con los paralelismos. Advierte que la heterogeneidad de la sociedad brasileña no es equivalente a la Argentina, más homogénea en términos raciales y religioso. Y los votantes de cada región tienen un peso propio, donde el debate nacional suele estar "desconectado" de los comicios generales.

El jefe del bloque de Diputados, Agustín Rossi, busca ser candidato en caso que no se presente Cristina Kirchner.  (Adrian Escandar)

"Sería deseable la transferencia de votos. Soy de quienes creen que las ideas y los proyectos deben tener su importancia. Pero en América Latina hay una fuerte tradición de hiperpresidencialismo, donde la gente no se identifica con los valores o proyectos, sino con las personas, sobre todo en los segmentos más bajos de la pirámide social", consideró el politólogo Santoro.

Tanto en Brasil como en Argentina, la clave sobre el comportamiento de los votos será en qué condiciones se llega al ballotage y si la oferta electoral es competitiva. Si el objetivo es ganarle a Cambiemos, la alta imagen negativa de Cristina Kirchner es un factor que juega en contra. El kirchnerismo lo comprobó en 2017, cuando a Unidad Ciudadana no le alcanzó su núcleo duro de electores para superar al ex ministro de Educación Esteban Bullrich en la provincia de Buenos Aires. Y pese a ello, la senadora Kirchner continúa siendo la aspirante no solo con mayor garantía de votos del peronismo: también arrastra voluntades para las candidaturas locales, como los intendentes del conurbano y los gobernadores que buscan retener sus estructuras en el Interior. Todo un dilema.

Un 2019 sin Cristina Kirchner como candidata hoy es una hipótesis lejos de convertirse en realidad, aunque considerada en el "círculo rojo". Tanto por potenciales aliados -que esperan un "gestos" de unidad de la senadora-, pero sobre todo por el lado de Cambiemos y el peronismo no K, donde hay quienes apuestan a sacarla del juego político con un fallo que la lleve a la cárcel o la inhabilite a la Brasil.

En un contexto donde todo está por definirse, la elección brasileña funciona como una prueba de laboratorio. Aunque el sistema político y los contendientes son muy distintos, se ponen en juego tres condiciones que podrían replicarse en Argentina: un escenario de alta polarización, el principal candidato opositor no participa del proceso, y su reemplazante está lejos de igualar al carisma de su padrino.

En cualquier caso, en el kirchnerismo leen que una victoria del PT significarían mejores condiciones para la disputa local. "Como espacio político queremos que Haddad haga la mejor elección posible. Si él gana, ayudaría a un cambio del clima de época", concluyó Santoro.

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