Daniel Scioli dice que mejor no, que lo ideal sería que el presidente del PJ sea Fernando Espinoza. El matancero quiere pero los demás alcaldes lo miran con recelo y mientras en público le prometen respaldo, en voz baja insisten con la inconveniencia de darle la butaca partidaria.
Porciones del massismo, sin embargo, piensan y actúan distinto. Jesús Cariglino insistió que irá a la interna por la jefatura del partido -aunque en el Frente Renovador la mayoría da por hecho que al final se bajará- y un grupo de dirigentes, encabezados por Baldomero "Cacho" Alvarez, impugnó la elección en la Justicia.
El massismo opera en tres planos: Massa reniega de la lucha "por carguitos" en el PJ pero Cariglino, el menos massista de los intendentes del FR quiere competir en esa riña y Alvarez, "Cacho", se declara lesionado en su "seguridad jurídica" porque no puede elegir ni ser electo en el peronismo.
La novela peronista desafía, día a día, las variables más sofisticadas y complejas. Espinoza fue durante un año el número puesto para tener el bastón partidario que supo manejar Alberto Balestrini pero, sobre la hora, surgió un operativo clamor entre los intendentes que pidió que ese lugar sea para Scioli.
El gobernador lo escuchó pero, entre la perdigonada de Massa y el riesgo de una suspensión, ahora recomienda, sin estridencias, que sería saludable que el bendecido sea Espinoza.
Este viernes a las 13, en Tres de Febrero, un mesa de notables del peronismo analizará la propuestas que eleven las secciones y las ramas -femenina, sindical, juvenil- y podría terminar de deshojar la margarita sobre el candidato a presidir el partido.
"Casi seguro es Espinoza", dijo, anoche, uno de los caciques más activos del conurbano. "Pero siempre puede haber sorpresas", dejó abierta la puerta.
Impugnación
Este miércoles, Scioli juntó a intendentes, legisladores y funcionarios en La Plata. Sentó en la mesa grande a Gabriel Mariotto, su vice, y a Martín Insaurralde, el intendente de Lomas de Zamora y electo diputado por el FpV, que insiste que espera tener una charla con Cristina de Kirchner para resolver si asume o no como diputado.
En rigor, quien espera un mano a mano con la presidente es Scioli para, entre una ristra de asuntos pendientes, preguntar si considera oportuno que rescate a Insaurralde del Congreso y le dé una butaca en su gabinete.
El lomense se ilusiona con ser ministro de Gobierno en la medida que Cristina Alvarez Rodríguez, que ocupa ese cargo y estuvo al frente de la convocatoria de ayer a los alcaldes, pase a Desarrollo Social. Martín Ferré, que maneja esa área, se convertiría en secretario General de la Gobernación.
El teórico ascenso de Insaurralde a un cargo en el gabinete sciolista es una maniobra curiosa. Implicaría cederle protagonismo a un dirigente que apunta a la gobernación en 2015. Para compensar, el gobernador allana ahora la llegada de Espinoza al PJ. El matancero y el lomense se miran de reojo, con amable cortesía pero como caballeros que pretenden a la misma mujer.
En estas horas, la Justicia electoral analizar la presentación hecha por "Cacho" Alvarez, que además de consejero integra la Junta Electoral que, dice en el escrito, tiene mandato vencido por lo cual sus acciones, en el trámite de la elección interna, carecen de validez.
Además de pedir la nulidad, Alvarez plantea una medida cautelar para suspender todo lo actuado hasta que se resuelva la cuestión de la personería.
Manuel Humberto Blanco, el juez federal, tendrá que resolver a las corridas. El martes que viene vence el plazo para inscribir candidaturas. Es decir: hoy notificará a las partes sobre la presentación y, en caso de hacer lugar, todo el trámite tendría que ser extremadamente expeditivo.
Comentá la nota