Mauricio Macri delegó su capital político en Fernando de Andreis y Guillermo Dietrich y Marcos Peña decidió tomar distancia por algunos meses.

 

El ex presidente, que antes de dejar la Rosada insistió en querer liderar la oposición, planea hacer "travel office", como aseguraron a LPO fuentes del PRO. Luego de viajar a Qatar para ver la final del Mundial de Clubes, Macri se instalará en el country Cumelén de Villa La Angostura por algunas semanas y luego viajará a Australia.

 

Para que su ausencia no se note tanto, dejó a De Andreis, ex secretario de la presidencia y Dietrich, ex ministro de Transporte, a cargo de sus nuevas oficinas en Olivos. Además vendió el departamento de avenida Libertador en el que se hospedó el ex titular de la AFI, Gustavo Arribas, y ya consiguió casa en San Isidro. El histórico vocero de Macri, Iván Pavlovsky, dará un paso al costado y su lugar lo ocupará el ex subsecretario de Medios, Gustavo Gómez Repetto, que trabajó durante años junto a Dietrich.

 

Luego de escoltar a Macri durante más de una década, Marcos Peña, por su parte, se irá a estudiar políticas públicas a una universidad norteamericana al menos por seis meses, tal como anticipó LPO. Peña no participa de ninguna de las decisiones que está tomando Macri en las últimas semanas.

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Eso preocupó incluso a Patricia Bullrich, que aparece como moderada al lado de Dietrich y De Andreis, cultores de la línea extremista que adoptó un sector del PRO. Dietrich se negaba a reconocer la derrota en las elecciones, enfervorizado por el 40 por ciento que sacó Macri, que para los sectores más duros sigue siendo 41%, en un desafío abierto contra la matemática.

 

"Cuando el 11 de diciembre no te pase a buscar el chofer por tu casa te vas a dar cuenta de que perdimos", lo chicaneó Rogelio Frigerio a Dietrich en una de las últimas reuniones de gabinete.

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De Andreis, en tanto, se niega a entregar las oficinas de la Fundación Pensar, ubicadas en calle Balcarce y Belgrano.

 

Con el temor de que ese alto porcentaje de votos se diluya con las posturas sectarias de este sector del macrismo, Bullrich, que en marzo será elegida presidenta del PRO, habló con Larreta para que tome acciones y se haga con la llave del think tank. Si algo sabe Patricia es detectar fines de ciclo y por eso se acercó a Larreta, que en el PRO pocos dudan en consagrar como el futuro conductor.

 

Larreta dice que no se va a pelear con Macri. En el PRO aseguran que no hará falta porque el límite al ex presidente se lo pondrán los gobernadores radicales, como quedó demostrado en la negociación por la ley de Emergencia que envió el Gobierno.

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Como anticipó LPO, Macri discutió con el presidente de la UCR, Alfredo Cornejo, porque no siguieron la línea dura de Cambiemos de no dar quórum.

 

Cornejo mantuvo una relación áspera con Macri durante los cuatro años de su mandato. Sin embargo, con Larreta tiene una relación excelente. Lo mismo sucede entre el alcalde porteño y el jefe del interbloque, Mario Negri, que recibió una ayuda de Larreta durante su última campaña en Córdoba cuando la Rosada se la retaceaba.