La deuda tensiona la relación Nación – Provincia

La deuda tensiona la relación Nación – Provincia

La jugada al límite de la gobernación bonaerense, al mismo tiempo que Alberto Fernández buscaba apoyo exterior, no cayó en gracia en Balcarce 50. Un llamado a Cristina Fernández fue la clave para destrabar el conflicto que se sentía “personal”.

Los primeros dos meses de la gestión de Axel Kicillof en la provincia de Buenos Aires, y de Alberto Fernández en la Nación, transcurrieron con algunos altibajos en la relación entre la principal provincia y la Casa Rosada. Es que, desde el tratamiento de la Ley Impositiva, que necesitó de la intervención del Jefe de Estado directamente con el alcalde PRO de Lanús, Néstor Grindetti, que la Provincia oscila entre buenas y no tan buenas.

En ese sentido, la reciente negociación del mandatario provincial y el ministro de Economía, Pablo López, ante el primer vencimiento de deuda, generaron otra mancha para la relación entre las partes. Es que, desde el inicio de la misma, el ex diputado nacional tomó una postura fuerte ante los acreedores y solicitó postergar la deuda hasta el primero de mayo por “imposibilidad de pago”.

El monto de la misma ascendía a 250 millones de dólares que vencían el pasado 26 de enero. Una cifra un tanto menor, en cuenta con los vencimientos venideros, como para ingresar en default y poner en riesgo la credibilidad financiera en el medio de una dura negociación a nivel nacional.

La postura bonaerense se mantuvo incluso mientras Alberto comenzaba con la gira internacional para buscar adhesiones. Allí, comenzaron las mayores molestias para el Jefe de Estado. Las postergaciones que Kicillof realizó para intentar llegar al 75 por ciento de acompañamiento no trajeron consigo una nueva propuesta, hasta que la última conocida que pretendía pagar una parte de los intereses en término y el restante el primero de mayo.

La historia es conocida y los bonistas no aceptaron la oferta del equipo López – Kicillof. Ante ello, el Gobernador anunció que cumpliría con las responsabilidades heredadas y se pagaría la totalidad de la deuda para evitar el default. El cumplimiento fue el único alivio que tuvo la Casa Rosada en las últimas dos semanas en lo que respecta a la relación con la Gobernación bonaerense.

Claro, según fuentes de la city porteña marcaron a LaTecla.info, desde el entorno de Alberto Fernández siguieron muy de cerca cada gesto de Kicillof respecto a la deuda. Incluso, mientras el Presidente buscaba acompañamiento de las potencias mundiales, mantuvo contacto directo con Santiago Cafiero, su mano derecha, y con Cristina Fernández. El motivo de los llamados fue encauzar la postura del gobernador y evitar un precedente negativo ante la dura negociación que a nivel nacional lleva Martín Guzmán.

El nivel de tensión se elevó al punto que Alberto le pidió a CFK que interceda directamente ya que se tomaba “personal” la decisión de Kicillof de jugar al límite. Es que, Alberto negociaba y conseguía apoyos claves del Vaticano, Francia, España y Alemania pero en Buenos Aires ponían en duda el pago. Eso podría recaer mal en el andar de Guzmán ante los acreedores. “Lo bueno es que Guzmán no es Kicillof”, así resumió Martín Tetaz ante este medio el posible impacto de la jugada al límite que realizó la gobernación.

Así, con Cristina de por medio, la tensa relación entre la Nación y la Provincia encontró un respiro en el medio de las negociaciones internacionales por encontrar un salvavidas que permita salir de la crisis.

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