Un día después de la multitudinaria marcha de protesta contra el Gobierno en todo el país, José Manuel de la Sota y Francisco de Narváez sellaron un acuerdo político para las próximas elecciones legislativas. El gobernador de Córdoba, que lidera un espacio de peronistas anti-k que componen el jefe cegetista Hugo Moyano y el ex ministro Roberto Lavagna, se comprometió a bajar al territorio bonaerense para sumarse a la campaña del diputado. De Narváez también viajaría a Córdoba para alguna actividad de campaña.

El acuerdo se cerró en la casa de De Narváez, ayer, pasado el mediodía, después de varias semanas de negociaciones, que desde el denarvaísmo se habían empeñado en negar. ¿Por qué no hubo acuerdo antes? La traba siempre era la misma: el diputado quería el compromiso de De la Sota de que, si Sergio Massa eventualmente se convierte en candidato (cosa que no ha confirmado hasta ahora) “no lo dejen colgado del pincel”, como relató una fuente cordobesa. La indecisión de Massa facilitó el camino.

De Narváez procurará en el próximo tiempo que también le den el apoyo los socios del gobernador. Con ambos tiene una relación que dista bastante de ser la mejor. El jefe de la CGT, que recibió al candidato en sus oficinas hace diez días para limar asperezas, había dicho hace dos años que era “una barbaridad que un extranjero integre la comisión del PJ” y le pidió que “se vuelva a su país”, haciendo referencia a que De Narváez nació en Bogotá, Colombia, aunque luego se naturalizó argentino.

Con Lavagna no habló pero el economista no pondrá palos en la rueda. “ Quienes planteamos una alternativa tenemos que unirnos”, dijo De Narváez.