Sergio Massa contra Todos, la guerra que faltaba

Sergio Massa contra Todos, la guerra que faltaba

El ministro quiere blindar su candidatura presidencial. Alfiles que meten presión y anuncios de tormenta. Jugadas al fleje con la economía en la cornisa.

Por Marcelo Falak

Cumplidos parte de sus objetivos en China, sobre todo la ampliación del monto de libre disponibilidad del swap al equivalente a 10.000 millones de dólares, Sergio Massa se dispone a cerrar la renegociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y a dar la batalla final por su candidatura presidencial… incluso amenazando con renunciar y desatar un vendaval financiero, posibilidad que Letra P había anticipado el 22 de mayo.

 

Su viaje a Shanghái y a Pekín y la agenda casi de jefe de Estado que siguió en ambas ciudades lo sacaron brevemente del foco electoral, cosa que Eduardo Wado de Pedro aprovechó con una omnipresencia mediática que, de cualquier manera, no rompió la zona de confort de los medios amigos. Una foto vistosa con gobernadores peronistas es su nuevo activo en la carrera que libra con el ministro de Economía por ganarse el aval decisivo de Cristina Fernández de Kirchner, pero ojo: también este último tiene banca en ese grupo.

En tanto, ya reinstalado en sus funciones en el país, Massa demuestra que no se había bajado de ninguna puja y que jugará al fleje para lograr su chance presidencial.

 

 

Si De Pedro encontró esa foto en el encuentro que el ministerio de Obras Públicas Gabriel Katopodis organizó en el CCK, el jefe del Frente Renovador dio la nota al ausentarse, argumentando problemas de agenda. En tanto, Cecilia Moreau anticipó que su jefe político "está harto de sostener la estabilidad”, mientras otros dirigentes peronistas “se dedican a jugar la interna con soldaditos de cartón”. La referencia, sin ambigüedades fue para Daniel Scioli, a quien el tigrense no quiere ni mirarlo y cuya precandidatura le resulta especialmente molesta por interponerse en su búsqueda de consenso. ¿Será que Massa le reprocha al embajador la falta de concreción de Brasil a la hora de pasar de las declaraciones de solidaridad a los hechos?

La torsión de la posible renuncia ratifica lo que Malena Galmarini retuiteó –fugazmente– en abril: “Massa se queda hasta el final porque el final es cuando se vaya Massa". El funcionario no ignora que esa advertencia es una bomba atómica lanzada al conjunto del Frente de Todos, tanto a la king maker CFK como a Alberto Fernández, quien se rebela ante el carácter decorativo que le reservan estos meses de crepúsculo metiendo la cuchara en la interna de modo de, justamente, propiciar que las PASO tengan la competencia más amplia posible.

Si Massa renunciara, ¿qué pasaría con el dólar, con la inflación, con la negociación con el FMI y con el peligro latente de una cesación de pagos? ¿Qué sería, en definitiva, del peronismo?

El mensaje está pasado.

…y su entorno también

El Frente Renovador realizará su Congreso el sábado y el clamor "Massa presidente" suena allí fuerte en la previa. No solo el jefe del Palacio de Hacienda, sino la dirigencia que le responde también advierte con la posibilidad de revolearle el cargo por la cabeza al Presidente e incluso con abandonar Todos. Es cierto que el sector le reprocha al mandatario la porfía con unas PASO competitivas –acaso dañinas para la estabilidad económica–, pero también lo es que Fernández es hoy más fácil de apretar que Cristina Kirchner.

Tan calientes están las cosas que el clamor se hizo spot, con imágenes de un Massa menos canoso en rol de candidato y que, en la voz de Fito Páez, incita:

"Hay que salir a pelear. Hay que salir a luchar. Hay que volver a encontrar todas las cosas divinas, defender el lugar. Tenés que hacerte valer. No sos un trapo de piso. Hoy elegís un país, podés cambiar este gris. Ahora o no lo haces más. Es el momento mi amor, es un momento crucial. Hay que salir al sol…".

Por lo menos mientras no decida irse y desatar "el final", el ministro sigue gestionando, que es otra forma de hacer campaña. Este martes ingresó al Congreso el nuevo proyecto de blanqueo, complemento del acuerdo sellado en diciembre con Estados Unidos para el intercambio de información tributaria. Además, el Tesoro realizará este jueves un canje voluntario de deuda en pesos para despejar un horizonte de vencimientos que solo este mes implica 1,8 billones de pesos, 85% de los cuales están en manos de tenedores privados.

Alegatos frente a la jueza: Wado

CFK, claro, define.

Frente a ella, Wado de Pedro no tiene nada que argumentar: la vicepresidenta le tiene enorme cariño y ve en él a un hijo de la "generación diezmada", uno que bien podría tomar el testimonio para correr el próximo tramo de la carrera.

En el entorno del ministro de Interior ponderan el impacto positivo de su reciente raid mediático, uno que, en efecto, lo mostró como un tipo común, empático y alejado del estilo confrontativo que tantas veces se le reprocha al camporismo. El mismo cayó muy bien en la base más militante por haber revelado un pensamiento férreamente cristinista, útil para agradar a "la jefa", pero acaso insuficiente para captar los votos moderados que, en teoría, debería buscar para asegurarle a Todos un primer o segundo puesto en octubre y, sobre todo, para pelear con chances en la segunda vuelta de noviembre.

Las mediciones que pasan por las manos de Cristina muestran a Wado en alza, pero que por ahora no termina de lograr un nivel de conocimiento suficiente. En ese marco, su intención de voto sigue siendo por ahora inferior a la de la dadora de ese caudal, incluso cuando las encuestas lo mencionan como su delfín.

Ese persistente nivel de desconocimiento, que aún oscila en torno al 20%, puede ser un activo o un pasivo que hoy resulta imposible proyectar en su saldo para cuando el proceso de instalación se complete. El problema es que las definiciones apremian.

El alegato de Massa

Entre los argumentos principales de Massa en la mesa chica que mantiene con Máximo Kirchner y con la propia vice figura, justamente, que Wado no termina de levantar y que, en cambio, es él el único peronista que garantiza un piso electoral más alto en noviembre, cuando haya que captar votos de centro para "subir el techo".

Según Massa, sería un error ir a los comicios con una oferta tan puramente cristinista, insuficiente para contener debidamente a todos los sectores del Frente de Todos y mucho más todavía para generar la expectativa de un gobierno en el que el poder se ejerza plenamente y no por delegación custodiada.

Esta, cabe recordar, fue una dificultad inicial que debió enfrentar Alberto Fernández, quien no se deshizo del mote de "títere" sino hasta que se peleó terminalmente con su socia. Massa le asegura a CFK interlocución, trabajo de coalición, tal como ocurrió desde que asumió su cargo actual.

Mientras tanto, en medio de este junio agónico que definirá las candidaturas para las elecciones nacionales el sábado 24 y el miércoles de la semana que viene, la inscripción de las alianzas, el jefe de Estado no deja de lustrar la chapa del legado que, confía, quedará en la historia tras la administración de dificultades homéricas que le tocó enfrentar. "No nos hemos enriquecido, no enriquecimos a nuestras familias, no somos amigos de los empresarios, no entregamos obras a nuestros amigos", dijo, sin explicar de quién o de quiénes se diferencia de ese modo.

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