Guido Lorenzino es uno de los representantes del sciolismo en la Cámara de Diputados. Docente y abogado, se crió en el barrio porteño Belgrano, en el seno de una familia de clase media acomodada. Entre 1989 y 1995 vivió junto a su primera mujer en Choele Choel, donde trabajó como maestro. “Por aquel entonces también daba clases en General Roca, y me recibí de abogado en la Universidad del Comahue”, recuerda. Luego regresó a Buenos Aires y se instaló en Vicente López, donde vive actualmente.

En los ‘80 militó en villas “desde el peronismo y la Iglesia” con el hoy intendente de San Martín, Gabriel Katopodis. Cuando volvió del sur, atendió gratis en una unidad básica en Ejército de los Andes, Fuerte Apache. Más tarde trabajó en el hospital Bocalandro, de Tres de Febrero. Por esos años también militó al lado de Hugo Curto

y comenzó a involucrarse de lleno con el peronismo bonaerense.

Lorenzino se incorporó al sciolismo en 2006. “Conocí a Alberto Pérez a través de Carlos Gianella, quien había estado con nosotros en el Ministerio del Interior”, relata. El legislador trabajaba con Aníbal Fernández, y junto al actual subsecretario de Relaciones con la Comunidad y Comunicación participó de la intervención de Santiago del Estero en 2004. Rememora que “Daniel Gurzi era ministro de Gobierno de esa provincia, yo era subsecretario, y Carlos, director de Municipios. Estuvimos cuatro meses, tuvimos un conflicto con el interventor y nos volvimos”.

La relación continuó. “Yo estaba con Aníbal y Gurzi en Provincia, y Carlos estaba con Scioli y Alberto Pérez en la Ciudad. Teníamos un muy buen diálogo. Un día me llamó y me contó que Néstor Kirchner le había ofrecido a Daniel ser el candidato a Gobernador. Nuestro candidato era Aníbal, pero entendimos que el mejor era Daniel y, de inmediato, nos sumamos a trabajar con ellos”, señala Lorenzino. Añade que “Pérez quería que alguno de nosotros fuera diputado provincial en 2007. Me lo ofreció, estuvimos todos de acuerdo y asumí en 2007. En ese lapso conocí a Daniel”.

Hoy es una de las principales espadas de Scioli en Diputados. Desde ese lugar analiza ante La Tecla el escenario político actual.

-¿Cómo está en Diputados la relación entre el kirchnerismo y el sciolismo?

-Yo plantearía que es la misma relación de heterogeneidad que tiene el FpV desde 2003 a la fecha. En 2005, cuando se incorporaron al bloque los movimientos sociales o los gremios, siempre hubo miradas diferentes. Quizá ahora mostramos puntos de vista distintos en algunas cuestiones hacia afuera o de manera pública, y eso es lo novedoso, pero siempre hubo miradas diferentes. Siempre hubo debate, a veces coincidimos y otras no. Tratamos de terminar sintetizando todos en una postura. La relación es de mucha tolerancia, de mucha amplitud y de objetivos comunes. La mirada diferente engrandece el objetivo. Lo que cambió es que hay posturas públicas de esas distintas miradas, que antes estaban, pero se hacían hacia adentro.

-¿Cómo cae el tema de los pedidos de informes o las críticas a Scioli que provienen del mismo bloque PJ?

-Eso es poco habitual. No estamos de acuerdo, lo aceptamos porque se dieron en torno a temas puntuales, como Boldt o el caso Luciano Arruga. No tenemos nada que esconder, pero no es lo habitual que el oficialismo pida informes.

-¿No ven, entonces, animadversión del ultrakirchnerismo para con Scioli?

-No. Son miradas diferentes. La irrupción de la militancia de los jóvenes les da una impronta diferente, y tal vez tienen menos historia en cualquier aspecto. Un joven de 28 está mucho más libre de historia que un hombre de 50. Eso lo lleva a que muchas veces pueda manejarse con otros códigos y otras maneras. Está bueno, porque trae una impronta de aire fresco; siempre en la medida que sepamos que el Gobernador es la segunda persona más importante, después de CFK, de este proyecto.

-¿Cómo es el vínculo con los demás sectores K de la bancada?

-Bueno. El FpV pasa por momentos; algunos donde los temas nos unen y tenemos miradas comunes y otros donde nos defendemos de ataques externos, hay veces que hay miradas diferentes. Las situaciones críticas por las que pasamos este año, como tener que pagar el aguinaldo en más de una vez, nos generaron sinsabores, pero lo resolvimos entre todos.

-¿Cómo está la relación con Gabriel Mariotto?

-Mariotto tiene el estilo de fijar posturas públicas, muchas veces coincidentes con el Gobernador y otras no. Es su manera de trabajo, y es respetable, porque es de buena fe. Además, termina acompañando y siendo parte de lo que la gente votó en octubre. No nos molesta que tenga miradas públicas y no en privado.

-¿Scioli terminará siendo el candidato a Presidente del FpV?

-Hoy la energía hay que ponerla en la gestión. Hablar de esos temas irrita a la gente, que está con otras preocupaciones. También a la dirigencia, porque cada uno está preocupado por mejorar su gestión y hacer co-sas por la gente. Esta discusión debe ser encapsulada y darla un año antes de 2015. No le importa a la dirigencia ni a la gente

a tres años de la elección.

-¿En 2013 Scioli va a ir con las listas del FpV o por separado?

-El Gobernador es parte de este espacio. Como fuimos desde 2003 a la fecha, dentro del FpV en este proyecto, lo haremos el año que viene. Scioli siempre tuvo protagonismo: como vicepresidente, como Gobernador. Seguirá como protagonista en este espacio político, porque tenemos vocación de ganar la Provincia junto a Cristina el año que viene.

-¿Pondrá gente propia en las listas?

-Sí, como siempre. Y acompañando a quienes son del espacio pero no son “propios”. Scioli siempre trabajó para que estén representados todos los sectores dentro de las listas. De 2005 a la fecha siempre hubo heterogeneidad y legisladores de distintos sectores, algunos referenciados en intendentes, otros en movimientos sociales, en el movimiento obrero o vinculados a dirigentes nacionales.

-¿El nuevo gabinete se armó porque vienen momentos difíciles?

-Cuando hay situaciones como hoy a nivel internacional, cuando hay que cuidar mucho el recurso, es más difícil contar con gente que no tiene un compromiso his-tórico o permanente, entonces uno apela a los compañeros que sí lo tienen, como Nora de Lucía. Ella tiene la decisión de garantizar todo lo hecho en estos años, pero también de cuidar el recurso, porque no es un bien que sobre. Es una elección correcta del jefe de Gabinete y el Gobernador recurrir a quienes tienen mayor compromiso, que no midan costos a la hora de tomar decisiones.