El senador radical Ernesto Sanz fustigó la idea oficial de comprarle tomates a Brasil para asegurar el abastecimiento local y los precios moderados al sostener que la vez que se aplicó una medida igual, se destruyó al sector productivo.
Según el legislador nacional, el Gobierno "sabe muy bien que no puede mantener el kilo de tomate a 10,50 pesos para respetar el acuerdo de precios, por eso piensa habilitar la importación de tomates brasileños".
En ese sentido, el mendocino denunció que "esta estrategia va en total detrimento del productor local" y reclamó "faltan políticas económicas serias".
"Los funcionarios de Hacienda, antes de decidir traer los tomates, deberían evaluar el porqué es tan elevado su costo al público ya que los productores mendocinos, por ejemplo, recibieron en el período 2012/2013 entre 1,85 y 4,16 por kilo del tomate redondo, muy lejos de los más de 10 pesos que la Casa Rosada ofrece en Capital Federal y Buenos Aires como precio cuidado", se quejó.
Consideró además que "importar llevará a destruir la industria local" y le señaló al Gobierno que, para bajar el precio de tomate, se debe "invertir para reducir los costos de transporte, analizar a fondo la cadena y ver quién se lleva la mayor parte de la renta".
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