Una de las figuras con mayor protagonismo en el radicalismo nacional, el senador Ernesto Sanz, visitó ayer Rafaela para "apoyar a los candidatos de nuestro partido en el Frente Progresista", cuestionar al Gobierno nacional "porque no resuelve los problemas reales de la gente" y, al mismo tiempo, plantear una perspectiva optimista sobre el futuro a partir de los resultados de las elecciones primarias que espera, confiado, se acentúen en las generales del 27 de octubre.

Con una agenda sobrecargada por la campaña y la agenda legislativa, que lo obligará a estar mañana en el Congreso para participar de la sesión en la que el oficialismo convertirá en ley al Presupuesto 2014 y otros proyectos como la emergencia económica y el impuesto al cheque, Sanz se hace tiempo para recorrer el país. Ayer por la mañana estuvo en Santa Fe y por la tarde en Rafaela junto al titular del Comité Nacional de la UCR e integrante de la lista de candidatos a diputados nacionales por el Frente Progresista, Mario Barletta -está en segundo lugar detrás de Hermes Binner-. En esta ciudad se sumaron los radicales Germán Bottero y Leonardo Viotti, quienes integran la lista de postulantes al Concejo en el segundo y cuarto lugar -en primer término está la socialista Natalia Enrico-.

"En este caso quiero expresar mi respaldo a Mario y a Germán Bottero", sostuvo Sanz como un gesto a sus correligionarios durante la entrevista que mantuvo en la Redacción de este Diario. Después avanzó en un análisis sobre la coyuntura política. "Es un momento muy especial de la vida de la Argentina, más allá del escenario que se abre por la salud de la Presidenta. Porque del resultado de las elecciones del 27 se pueden desprender varias cosas. La primera es la consolidación de un modelo exitoso de gestión que es el de la provincia de Santa Fe, que se apoya en un Frente donde convergen el radicalismo, el socialismo y otras expresiones políticas. La experiencia es positiva y se proyecta como un modelo a nivel nacional", consideró Sanz.

Tras elogiar la conducción de Barletta en el Comité Nacional de la UCR "durante la cual se produjo una fuerte recuperación del partido en todo el país al punto de volver a ser una opción para la gente", el senador nacional por Mendoza resaltó que "lo más trascendente es la posibilidad de construir después del 27 un espacio alternativo". Con un visible entusiasmo manifestó que "con el voto de la gente hay una enorme esperanza de que venga algo nuevo y aquí el desafío del radicalismo es ser la columna vertebral de esa nueva construcción de un gran frente nacional, creo que el modelo del Frente Progresista santafesino y el de UNEN en Buenos Aires marcan el camino de lo que debemos hacer".

En el medio Barletta agradeció a Sanz los elogios y dejó en claro que "Ernesto ocupa un lugar trascendente en la construcción de ese nuevo espacio, de esa nueva alternativa que demandan los argentinos y las argentinas". También tuvo tiempo para decir que a pesar del rotundo triunfo de la lista del Frente en las primarias de diputados nacionales "no debemos bajar la intensidad de la campaña para que el 27 de octubre logremos un masivo respaldo en las urnas de los hombres y mujeres de la Provincia". Desde su perspectiva, ese resultado "no será otra cosa que un apoyo a la gestión del Gobierno provincial y a los candidatos a diputados que van a defender realmente los intereses de Santa Fe en el Congreso". Y adelantó qué rol cumplirán los legisladores del Frente Progresista: "Lo nuestro en el próximo Congreso será promover consensos y acuerdos para dar lugar a una Argentina que empiece a resolver sus problemas".

Después, lo que siguió fue un mano a mano con Sanz, quien se mostró "escéptico" del cambio de actitud de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner después de las primarias, en las que el oficialismo sufrió una fuerte pérdida de su caudal electoral.

-El Gobierno pareció cambiar después de las PASO. ¿Fue sincero o sólo responde a una lógica electoral?

-Cuesta creer que haya un cambio profundo del Gobierno. Obedece a una coyuntura electoral. Por ejemplo, el reconocimiento que el piso de Ganancias afectaba a miles de trabajadores se queda a mitad de camino. Nosotros propusimos en el Congreso actualizar el piso mediante una cláusula de movilidad automática como defensa de la inflación. El gobierno lo hizo mediante un decreto, por lo que en cuatro meses tendremos otra vez el problema. No hay una solución de fondo. Lo que fue un error grueso fue sacar a los gendarmes de las fronteras y del interior para reasignarlos al Gran Buenos Aires.

-Mañana el Senado trata el Presupuesto sin espacio para el diálogo ni consensos.

-Si hubiera modificaciones de fondo en la gestión, la Presidenta se hubiera avenido a discutir nuevamente el presupuesto, que es unitario como nunca en la historia del país. El 75 por ciento de los recursos públicos los va a concentrar la Nación. Y sólo el 25 por ciento para las provincias. Un ejemplo, con el impuesto al cheque Santa Fe perderá el año que viene 2.450 millones de pesos. Es decir, sobre 70 mil millones de pesos que ingresarán al fisco por el impuesto al cheque en el 2014, si se coparticiparía 2.450 millones serían para Santa Fe. Estas son cuestiones de fondo que el Gobierno no quiere tocar.

-¿Cómo puede ser el escenario después del 27 octubre?

-Un Congreso con una participación opositora más activa, y por lo tanto con la posibilidad de abrir a debate los temas que el Gobierno ahora esconde debajo de la alfombra.

-¿Cómo es su relación con Julio Cobos?

-Es muy buena. Estoy trabajando junto a un equipo para que Julio pueda ser diputado junto a otros integrantes de la lista. No hay ningún tipo de diferencias.

-Algunos dirigentes radicales lo califican a usted como presidenciable. ¿Qué opina?

-Que tienen razón, porque lo soy (risas). Les voy a agradecer personalmente a esos dirigentes por considerarme de esta manera (más risas). En realidad, más allá de los nombres y ojalá que haya candidatos de nuestro partido porque eso supone un fortalecimiento del mismo, lo más urgente después del 27 es conformar el espacio común a nivel nacional. No será fácil porque hay que conjugar identidades políticas diversas. Pero hay que trabajar en lo que nos une, en la elaboración de un programa común, de una metodología para trabajar durante los próximos dos años y en un acuerdo sobre la forma en que se definirán las candidaturas.

-¿Qué análisis hace sobre las implicancias derivadas del problema de salud de la Presidenta?

-Son días complejos. Por conocer el médico que atiende a la presidenta tenemos la tranquilidad de que está en buenas manos. Estas cosas adquieren en Argentina una trascendencia superlativa a partir de un sistema presidencialista muy fuerte. Ahora que hay una coyuntura signada por el problema de salud de la Presidenta pareciera que el sistema cruje por todos lados, no debería ser así.