Roberto Gigante asoma como el nexo entre Fernán Quirós y María Eugenia Vidal. El ex ministro de infraestructura bonaerense fue quien lo acercó al PRO y uno de los que promueve su candidatura a jefe de Gobierno.

 

El apoyo de Elisa Carrió a Quirós dejó en claro que la del ministro no será una candidatura para la tribuna, sino que tiene intenciones de llegar hasta el final del camino. También le sirve a Larreta para sumar "músculo" en su enfrentamiento con Macri: Lilita puede ser la vocera de algunas cuestiones que el jefe de Gobierno prefiere no decir en público. 

Otra cuestión no menor es que en reuniones privadas, Quirós dejó en claro que no tiene demasiado entusiasmo por ocupar el Ministerio de Salud de Nación en caso de que Larreta sea Presidente. En un distrito donde más de medio millón de personas es mayor de 60 años, la profesión y la personalidad de Quirós le juega a favor.

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Larreta suma a Carrió para la embestida contra Macri por la sucesión porteña

El médico se encuentra en etapa de "instalación" y de a poco busca sumar técnicos a su equipo. Por el momento continúa con las recorridas y tiene más rodaje en los medios de comunicación. Federico Di Benedetto, secretario de Comunicación porteño es el encargado de diseñar su estrategia y cuando empiece el tramo más importante de la campaña estará rodeado por la columna vertebral del larretismo.

 

Quirós es el postulante preferido de Horacio Rodríguez Larreta para la sucesión y también tiene la simpatía de Vidal. Uno de sus problemas es que Mauricio Macri lo rechaza.

 

La pelea por la jefatura de Gobierno también tiene a Jorge Macri como uno de los contendientes, al igual que Soledad Acuña, Emmanuel Ferrario y Martín Lousteau.

 

Gigante conoce a Quirós desde hace tiempo y fue quien lo llevó al PRO en los primeros años de gobierno de Macri. Conoce bien la Ciudad: fue asesor de Néstor Grindetti en Hacienda durante casi ocho años. 

 

Con el triunfo de Vidal en 2015 ocupó el cargo de ministro de Coordinación y Gestión Pública y pasó a Infraestructura tras la salida de Edgardo Cenzón. Volvió al gobierno porteño para intentar ordenar las compras de Salud tras el escándalo de los barbijos que se llevó puestos a varios funcionarios de la Ciudad. Desde que llegó allí y hasta su salida mantuvo un perfil muy bajo.

 

Además fue uno de los participantes de la reunión de la "Gestapo sindical", aunque en su declaración ante la Justicia tomó distancia de ese encuentro.