Quejas de los empresarios brasileños por las trabas de Moreno al comercio

Quejas de los empresarios brasileños por las trabas de Moreno al comercio
Por Luis Ceriotto.

Sostienen que las restricciones a las importaciones que aplica la Argentina terminan beneficiando sólo a China.

Una mezcla de recelo y expectativas sobrevoló a lo largo de las casi 11 horas de la Conferencia Industrial que comenzó ayer en Cardales y finalizará hoy, con un almuerzo que encabezarán la presidente Cristina Fernández de Kirchner y su par brasileña, Dilma Rousseff. El encuentro bilateral, organizado por la Unión Industrial Argentina (UIA), cuenta con más de 300 empresarios argentinos y brasileños y ministros de ambos países como panelistas estrella.

Entre reuniones de misiones comerciales y exposiciones plagadas de cifras de difícil verificación, hubo críticas puntuales hacia medidas aduaneras argentinas por parte de empresarios brasileños y evidente recelo desde el lado argentino sobre la renegociación de la Política Automotriz que hay que definir para mediados del año próximo. Sobre ese acuerdo en particular, hay pendiente un reclamo argentino para que Brasil considere como “nacionales” a una docena de grupos de partes automotrices producidos en todo el Mercosur. Los ministros De Vido y Giorgi se quedaron a cenar en el hotel Sofitel con el ministro brasileño de Industria, Fernando Pimentel. Los temas: industria automotriz y financiamiento para la construcción de represas .

Carlos Abijaodi, director de Desarrollo de la poderosa Confederación Nacional de la Industria de Brasil (CNI), criticó la administración directa de las importaciones por parte de la Argentina. Aunque admitió que las trabas suelen ser recíprocas . “Brasil tiene políticas de protección que están dentro de las normas de la Organización Mundial de Comercio, y la Argentina también las aplica.

Pero esto molesta el funcionamiento perfecto del comercio . No es con la restricción que va a mejorar la industria local (por la de la Argentina) sino con la mejora de la competitividad”, dijo. En la misma línea se pronunció Edmundo Klotz, titular de la Asociación Brasileña de Industrias Alimenticias, similar a la Copal de la Argentina.

“La baja unidad de los países del Mercosur termina generando licencias de exportación o logística descoordinadas” . No dio ejemplos concretos, pero no faltan, como la restricción brasileña a la entrada de limones de la Argentina, o las trabas locales a la importación de productos avícolas.

Fernando Pimentel, empresario homónimo del ministro brasileño, que dirige la Asociación Brasileña de la Industria Textil y de la Confección (ABITI) criticó abiertamente las licencias no automáticas que la Argentina aplica a las importaciones de su país, en particular hacia los productos textiles.

“Los plazos previstos por este tipo de licencias, de un máximo de 60 días, no son cumplidos. Se trata de un mecanismo que perjudica tanto a las empresas locales como regionales”, dijo Pimentel, en una rueda con periodistas. Para Pimentel, esa medida que inició en 2011 la ministra Giorgi pero que hoy administra el secretario de Comercio, Guillermo Moreno , termina beneficiando al gran cuco de los empresarios brasileños: las importaciones chinas .

“Este tipo de medidas creó un ambiente de desencanto de las empresas y la bronca que más genera es que mientras tanto hay una participación creciente de China”, dijo Pimentel. En 2005, los productos textiles brasileños representaban 42% de las importaciones argentinas en ese rubro y las de China eran del 3%. Hoy Brasil representa 20% de las importaciones textiles de Argentina, mientras que las de China crecieron al 29%. No tenemos ningún tipo de preferencia contra las importaciones chinas en Argentina”, agregó.

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