El proyecto que puede cambiar el perfil y la historia del puerto bahiense

El proyecto que puede cambiar el perfil y la historia del puerto bahiense

Por primera vez en casi 140 años de actividad exportadora,  la inversión de YPF y Petronas hará que los combustibles y químicos pasen al frente en el movimiento de cargas.

Más de un barco diario o, si se prefiere, 10 por semana.

Las cifras muestran la enorme importancia que tendrá para el país, y para el puerto de Bahía Blanca, la planta de producción de gas natural licuado (GNL), que impulsan YPF y el gigante malayo Petronas.

Para Argentina significará ingresos por más de 20 mil millones de dólares anuales y, para la estación marítima bahiense, será el proyecto más importante en décadas.

Tan enormes serán los cambios, que incluso cambiará parte del perfil de la estación marítima bahiense, donde los granos perderán la supremacía que tuvieron desde que fue construido el primer muelle de hierro, allá por 1885.

Sí, aunque cueste creerlo, eso que algunas décadas atrás parecía impensado, hoy puede convertirse en realidad.

Sólo resta que la megainversión dispuesta por YPF y Petronas, ese ambicioso proyecto para una ciudad dormida en lo económico, se convierta en realidad.

 

 

El impacto del proyecto que confirmó a mediados de esta semana el presidente Alberto Fernández, si se concreta en su totalidad, supondrá el tráfico de 25 millones de toneladas más por año.

Según cifras del año pasado, entre granos, subproductos, aceites, contenedores, carga general, químicos e inflamables, el puerto movilizó unos 19 millones de toneladas.

En ese marco, la futura planta duplicará las toneladas alcanzadas por las terminales cerealeras locales en 2022, un año que resultó excelente y que difícilmente ahora pueda repetirse.

 

 

“El GNL prácticamente duplicaría la carga y desplazaría al cereal, pero es un proyecto muy grande que va a tener un crecimiento en módulos”, dijeron las fuentes consultadas. 

Al mismo tiempo, otras inversiones como la que prevén TGS y Excelerate en GNL (puerto Galván), junto con otras en petróleo y la ampliación de Compañía Mega, terminarán por consolidar el nuevo perfil del puerto bahiense.

También es cierto que hay un par de proyectos cerealeros en análisis, pero estos no serían equivalentes en toneladas a los que se manejan combustibles y químicos.

 

 

Incluso, a la hora de profundizar el impacto que tendrá la iniciativa que procesará y exportará el gas de Vaca Muerta, quizás sea conveniente recordar que los planes de la minera Vale para exportar potasio, una de los últimos grandes proyectos para el puerto local, pensaban arrancar con 2,5 millones de toneladas anuales, es decir, unos 25 buques por año.

Lo cierto es que más allá de las dudas que puede generar en tiempos preelectorales una inversión de semejante envergadura, durante los últimos días se hicieron visibles formalmente dos novedades importantes.

Por un lado, la firma de la reserva de tierras llevada a cabo por el presidente del puerto local, Federico Susbielles, directivos de Petronas e YPF y, por el otro, la confirmación hecha por Alberto

Fernández al señalar que Bahía Blanca es el punto elegido para una inversión que puede alcanzar, en su totalidad, los 40 mil millones de dólares.

La reserva, según se informó, se mantendrá por un período inicial de seis meses, durante el cual los inversores realizarán estudios técnicos, económicos, marítimos, de suelo y ambientales, que permitan determinar la forma de viabilizar el proyecto, haciéndolo competitivo a nivel internacional.

 Al final de ese período, las empresas presentarán una “Iniciativa Privada” que tendrá por objeto obtener la “Declaración de Interés Portuario” y el otorgamiento de un contrato de concesión a largo plazo del predio ubicado en proximidades de la central termoeléctrica Luis Piedrabuena, el cual perteneciera a la minera Vale.

En un plazo de 10 años, cuando la obra esté finalizada, se podrán producir y exportar más de 25 millones de toneladas/año de GNL, por un equivalente a US$ 20.000 millones por año.

Hoy Argentina importa, en el pico de consumo invernal,  alrededor de 35 barcos de GNL por año y cuando esta planta alcance su capacidad máxima, el país exportará más de 460 barcos anuales.

 

 

Con relación al respaldo oficial hecho por Alberto Fernández a la instalación de una gran planta de licuefacción en Bahía Blanca, el jefe de Estado fue incluso más lejos aún, al ratificar que también se construirá un gasoducto similar al de Vaca Muerta – Salliqueló, de 600 kilómetros de extensión, el cual alimentará a las futuras instalaciones locales.

“Será utilizado para llevar el gas de Vaca Muerta a Bahía Blanca, procesarlo allí y exportarlo al mundo a través del Atlántico”, expresó Fernández.

Ahora se vienen meses de definiciones y tras la sanción de la ley que regule al GNL en Argentina, posiblemente llegarán los anuncios formales por parte de los inversores, quienes tendrían intenciones de comenzar cuanto antes las obras.

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