Proyección de Guzmán: tras el acuerdo con el FMI, la economía crecerá 5,5% este año

Proyección de Guzmán: tras el acuerdo con el FMI, la economía crecerá 5,5% este año

Guzmán apuntó que la previsión es que este año los salarios le ganen a la inflación, un punto clave al considerar una mejora del PIB

Martín Guzmán está convencido de que la economía cerrará este 2022 con un signo positivo, lo que implicará que la Argentina muestre crecimiento durante dos años consecutivos por primera vez en más de una década. El ministro cree que se romperá la racha. La última vez que pasó eso fue en el bienio 2010-2011.

Guzmán trabaja con la hipótesis que el acuerdo con el FMI tendrá un efecto inmediato en las expectativas de los agentes económicos. Más que nada porque el pacto asegura a la Argentina que contará con dólares para seguir con la recuperación. Además, el arreglo bloquea una devaluación en el mercado "oficial", al menos de manera "abrupta" que provoque una disrupción de la economía.

Un informe interno del ministerio de Economía, al que tuvo acceso iProfesional, mensura que el PIB crecería este año en torno al 5,5%. Para hacer la proyección, el equipo económico considera que los precios de las materias primas que exporta la Argentina se mantienen en los niveles actuales.

Un escenario que no puede darse por seguro, dada la volatilidad de los mercados internacionales en medio del esperado ajuste de las tasas de interés en los Estados Unidos. Por ahora, el precio de la soja se mantiene por encima de los 500 dólares por tonelada. Un valor elevado en términos históricos.

El ministro viene asegurando que el crecimiento de este año rondará el 4%. Todavía no están los detalles del acuerdo firmado con el FMI, pero se supone que fue en base a ese pronóstico.

Hay que considerar que el fuerte crecimiento del año pasado -que alcanzaría al 10% e incluso algunas décimas más- deja un arrastre estadístico de 3 puntos para este año. Eso significa que sobre ese nivel, la economía debería expandirse algo más para llegar al punto que estima Guzmán.

En su discurso al presentar el acuerdo, el titular de Hacienda mencionó que la previsión es que este año, los salarios le ganen a la inflación. Es decir, que tengan una mejora en su poder adquisitivo, un punto clave al considerar una mejora del PIB.

Para que ese cuadro sea posible, la única manera es mediante una desaceleración de la inflación. Una posibilidad que, hasta acá, antes del acuerdo con el Fondo, nadie esta avizorando. Sino más bien todo lo contrario.

Desde el Banco Central, Miguel Pesce también considera que el acuerdo con el FMI despeja incertidumbres y juega a favor del ciclo positivo. En el caso del BCRA, la estimación es de medio punto menos que la de Guzmán. Con una expansión del PIB de entre 4,8% y 5% para este 2022.

La expectativa del ministro de Economía es que con el acuerdo mejoren las expectativas. No sólo en el mercado financiero, en donde hoy viernes se vieron fuertes repercusiones en los bonos de la deuda y un retroceso del "riesgo país".

La gran apuesta es a que la mejora se sienta en la economía real. Empezando por los empresarios, desde los grandes a los más pequeños, que vienen sufriendo la continua desestabilización del mercado cambiario.

La ampliación de la brecha y, sobre todo, la escasez de divisas presionó sobre los precios y amenazaba con enfriar la actividad económica.

Ahora, uno de los grandes desafíos del equipo económico pasa por convencer a los empresarios de que habrá divisas para poder importar insumos sin mayores problemas. Y que también afloje la dinámica dolarizadora de los ejecutivos, que compraban billetes verdes en el canal "alternativo", llegando a pagar más de $230 por dólar.

Eso sí, dentro del equipo admiten que lo más complicado será enfriar las expectativas inflacionarias.

En el equipo de Guzmán consideran que esa dinámica se complicó más de lo previsto. El propio ministro había dicho que el índice mensual debía quedarse en el 2% durante el último trimestre del año pasado. Y que la incertidumbre sobre el fin de la negociación con el FMI ensombreció el escenario.

Lo percibió el secretario de Comercio, Roberto Feletti, cuando hace algunas semanas negoció con las principales alimenticias del país una canasta de "Precios Cuidados" para los próximos tres meses.

Los gerentes le plantearon al funcionario que no podrían comprometerse a aplicar aumentos de 2% mensual en un contexto donde no se sabía si tendrían dólares para comprar insumos para fabricar.

Por eso mismo validaron una canasta de productos con esos incrementos, pero en buena parte no fueron los mismos que venían bajo control estatal en los meses previos, sino que "subieron" a la lista aquéllos que se encontraban en las góndolas con precios "libres".

Para que esta dinámica sea posible, el Banco Central tiene que ser capaz de quedarse con parte de los dólares que liquidan los exportadores. De robustecer las reservas. El año pasado, las liquidaciones totalizaron más de u$s37.000 millones.

Ahora que ese acuerdo está, debería funcionar como la piedra basal que sirva para asegurar, ya no la recuperación, sino el crecimiento.

La Argentina no depende sólo de esto para asegurarlo: también depende de un mundo que sea menos hostil que en las últimas semanas. Y de una climatología que no determine una dura sequía.

Este escenario no está en manos de un gobierno. Pero sí que se tracen los lineamientos para asegurar la estabilidad del mercado cambiario y genere la confianza. Una señal poderosa hacia los empresarios y también hacia los consumidores.

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