Se exhibe una fuerte diferenciación entre el despegue del consumo de importados en bienes durables y vehículos y compraventa de inmuebles, frente a un desastroso desempeño de la inversión y del consumo masivo.
Por
CRISTIAN CARRILLO
La apertura importadora, los blanqueos (el formal y el informal) y la flexibilización en el uso del billete verde están acelerando la salida de dólares vía importación de bienes durables y de consumo mientras se encarecen las inversiones que podrían traer divisas genuinas. Tal como viene informando El Destape, se exhibe actualmente una fuerte diferenciación entre el despegue del consumo de importados en bienes durables y vehículos y compraventa de inmuebles, frente a un desastroso desempeño de la inversión y del consumo masivo (ventas en supermercados y comercios minoristas). Incluso, como reconocieron distintos interlocutores del sector construcción en el último evento de la cámara que las agrupa, el negocio está siendo la compraventa de inmuebles usados (terminados) y no la inversión desde el pozo para nuevas unidades.
El impacto de la inflación, el atraso de las paritarias y la suba de precios en moneda dura no impacta de igual manera a todos los sectores socioeconómicos. Los hogares de mayor nivel de ingreso aprovechan actualmente las mieles de un dólar barato e impulsan el consumo de bienes y servicios importados. Desde la consultora Equilibra destacan la brecha entre las dos Argentinas, “entre un Consumo Masivo (fuerte caída y magra recuperación) y los Bienes Durables (fuerte expansión tras caída inicial). Pero no sólo vuela el consumo durable sino todo lo importado: turismo (servicio) y Bienes Consumo final”.
El que puede, puede
Los datos de turismo correspondientes a abril, un indicador clave para evaluar la sostenibilidad del sector externo, evidenciaron que salieron del país por motivos turísticos 881.161 personas, mientras que ingresaron 418.771, lo que arroja un saldo neto negativo de 462.390 personas. Se posicionó como el tercer abril con mayor turismo emisivo desde el inicio de la serie (2016), sólo superado por 2017 y 2018.
En el acumulado desde enero, los egresos de divisas por turismo, por el mercado oficial de cambios, fueron de 4.831,7 millones de dólares, un 139,6 por ciento por encima del mismo período de 2024.
A esto se suma que el saldo positivo de bienes casi desapareció en los últimos meses, lo que suma fragilidad a las cuentas externas. En algunos rubros, las cantidades importadas están casi en máximos, sobre todo los bienes de consumo, hecho que de algún modo se disimula por la caída de los precios de importaciones desde la pandemia en adelante.
De acuerdo con el INDEC, la importación de bienes de consumo en abril arrojó un volumen de 971 millones de dólares, un 77,7 por ciento por encima de igual período del año pasado, mientras se abarrota la infraestructura aduanera con los arribos de las compras por courier. En el sector automotor, la importación de vehículos y autopartes ascendió a 427 millones, con un salto del 204,5 por ciento
Lo viejo sirve
La apertura del cepo, que permite acceder a los dólares con mayor agilidad, activó los créditos que todavía seguían paralizados frente a las dificultades en la conversión a moneda dura (los préstamos son en pesos).
La diferencia de precios entre la construcción y los inmuebles finalizados impacta directamente en el mercado. En el corto plazo, se observa mayor dinamismo en la compraventa de propiedades ya edificadas. “En este contexto resulta más conveniente comprar, debido a que el costo de la construcción subió de manera significativa en dólares en los últimos años. Al sumar el valor del terreno al costo de construir, el precio final supera al valor del producto terminado”, reconoció Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción.
El dinero que ingresó por el blanqueo parece traccionar algo la actividad, aseguran en el sector, pero el principal impulso es por el crédito y una leve baja en las tasas de interés. El problema es el dólar barato y el costo en moneda dura alto.
Desde que asumió el gobierno de Javier Milei, el valor de los departamentos en pozo suben más del 20 por ciento y un dos ambientes ya supera los 150 mil dólares en la Ciudad de Buenos Aires, según un informe de Zonaprop. El reporte reveló que el metro cuadrado de los departamentos en pozo se ubica en 2.893 dólares, lo que implica un aumento en los precios del 3,3 por ciento en lo que va del 2025 y un 22 por ciento desde noviembre de 2023.
“El pronunciado incremento se vincula al encarecimiento del costo de vida en dólares y la fuerte suba de los costos de la construcción, que se profundizó en el gobierno de Milei”, detalla el informe inmobiliario. Con estos precios, “los departamentos en pozo se ubican un 31 por ciento por encima del valor de los departamentos usados (2.211 dólares) y un 2,2 por ciento por arriba de los departamentos a estrenar (2.831 dólares)”.
De todos modos, en abril, hubo 1192 escrituras formalizadas con hipoteca. Por lo que la suba en ese sentido es del 1.012 por ciento respecto al mismo mes del año pasado. En el cuatrimestre, se contabilizan 4094 operaciones. Mientras tanto, alquilar sigue siendo imposible. El precio medio de mayo para un departamento subió un 2,9 por ciento y ya acumula un aumento del 16,3 por ciento en lo que va de 2025, superando a la inflación cuyo acumulado hasta abril (último dato oficial) fue del 11,6 por ciento.
El alquiler de un monoambiente se ubica en 544.563 pesos mensuales, mientras que un departamento de dos ambientes en la Ciudad se alquila por 640.427 por mes y un departamento de tres ambientes, por 860.644 mensuales.
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