El Gobierno festejó la primera baja en la inflación mayorista en cinco años, pero esta se deriva de un contexto de caída de ventas.
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JAVIER SLUCKI
Este martes, Javier Milei y Luis Caputo salieron a festejar con bombos y platillos, la primera deflación en los precios mayoristas en años. Lo que no dicen es que esta se da en el contexto de una nueva caída en las ventas tanto de los mayoristas como de los comercios de barrio en el último mes.
Concretamente, la inlfación mayorista (IPIM) que mide el Indec cerró mayo en -0,3% respecto a abril previo. Se trató de la primera caída desde 2020, en pleno freno de mano por la pandemia, y de la mayor baja neta desde 2006.
La aparente racha positiva del Gobierno siguió este miércoles, cuando el mismo organismo estadístico dio a conocer que las ventas en grandes supermercados crecieron en abril un 8,9% interanual y un 0,5% respecto a marzo. "El consumo ahora también crece en supermercados. En cualquier tipo de medición (interanual o mensual). El fin de la inflación trae crecimiento, prosperidad y, sobre todo, nos aleja para siempre del oscuro y reciente pasado...", lo festejó Javier Lanari, subsecretario de Prensa de la Nación.
Pero lo que parece un dato sumamente positivo deja de ser tal si se lo ve en perspectiva, ya que se compara contra la estrepitosa caída de un 17% en abril de 2024, según el mismo Indec. Es decir, apenas se recuperó ahora poco más de la mitad del derrumbe previo y el consumo sigue en un piso histórico.
Los precios bajan, pero los mayoristas siguen en crisis
En un sentido similar, la baja de precios en los mayoristas en mayo no supone un contexto de "crecimiento y prosperidad" sino de crisis del consumo. Algo lógico dado el atraso salarial que generó el techo paritario del 1% mensual implementado por el Gobierno desde inicios de 2025.
Un mes antes, en abril, las ventas de los propios mayoristas habían caído un 2,9% interanual y un 3,2% intermensual, mostró este miércoles el mismo Indec.
El sector mayorista señala que esta caída se interrumpió en mayo, que, en el contexto de la baja de precios, fue "un mes bueno", aseguró a El Destape el vocero de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), Nicolás Vaccaneo. Desde la cámara también explicaron que este rebote se debió, en parte, al "Black Mayorista" vigente durante esas semanas.
Sin embargo, la tendencia negativa se retomó en junio. "El mes está muy tranquilo y viene abajo de mayo", advirtió Vaccaneo, y señaló un conjunto de factores para explicarlo que, básicamente, se resumen en la caída del ingreso real.
"Falta efectivo en la calle", expresó el vocero de CADAM, y agregó que "hoy los impuestos y servicios pesan mucho más en el sueldo de la gente de lo que pesaban en el 2023".
Al respecto, Vaccaneo alertó también que la deflación se da, justamente, producto de la caída de las ventas. "Los precios están súper estables, y hasta a veces, por la desesperación de ventas de los comerciantes, bajan", explicó. Y añadió que, por eso mismo, "el consumidor prefiere esperar o postergar decisiones de compra hasta tener una oferta que lo tiente".
Como otras causas, el vocero de CADAM también consideró que el mayor acceso a créditos en bienes durables deja menos margen para el consumo masivo, y que la alta carga de impuestos encarece los productos locales y favorece la venta de importados.
La baja del consumo en los comercios minoristas durante junio
La baja en los mayoristas es, obviamente, consecuencia de la baja percibida en los comercios de barrio minoristas que se abastecen en ellos. Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, afirmó que también en los almacenes se vio en junio una baja de ventas respecto a mayo.
"No hay aumentos o son muy leves, e incluso mucha mercadería está bajando de precio. Eso sería bueno para que las ventas crezcan, pero estamos sintiendo cómo a la gente se le acaba la plata más rápido. La gente cumple con sus obligaciones de pago de impuestos o servicios y evidentemente el dinero que le queda en su sueldo se reduce. Y después empezás a ver el efecto en el negocio. La gente minimiza la compra o no viene", comentó Savore para explicar el panorama de las últimas semanas.
Los comercios minoristas se habían visto relativamente beneficiados con la baja de la inflación, ya que la gente dejó de ir a hacer grandes compras para stockearse en los grandes supermercados y pasó a hacer más compras inmediatas en los más comodos locales de cercanía, aunque fueran un poco más caros. Fue así que en abril tuvieron una suba interanual, frente a la baja de los supermercados en el mismo período.
Pero, con otros casi 5 puntos de reducción del salario real entre febrero y mayo, tomando el techo paritario del 1% mensual contra la inflación acumulada en ese período, ya no hay bolsillo que aguante, y son los propios mayoristas y minoristas los que lo vuelven a sufrir.
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