"El poskirchnerismo no puede ser macrismo"

La diputada de extracción radical Carla Carrizo, que busca renovar su banca como segunda en la lista que Martín Lousteau por la Ciudad, habló con ámbito.com sobre las expectativas del frente de cara a la elección legislativa, y repartió críticas a Cambiemos y el kirchnerismo, pero también a la dirigencia de la UCR. 

Consideró que el macrismo tiene un "destrato" hacia Lousteau y al resto de las fuerzas que integran la coalición de Gobierno, y cuestionó la idea de "la grieta". "Competimos por afuera pero no claudicamos en nuestros valores y nuestras convicciones", afirmó sobre la negativa del oficialismo a que Lousteau participe en las PASO dentro de Cambiemos. 

Llamó a "discutir el presente" y dar una vuelta de página con las peleas del pasado. Y aseguró que Evolución buscará "ayudar" al Gobierno, pero marcando diferencias. 

Periodista: Según las primeras encuestas que se conocieron Evolución está hoy en tercer lugar ¿le cree a eso números? 

Carla Carrizo: En el caso nuestro siempre las encuestas se equivocaron. No son buenas predictoras con nosotros. En 2013, cuando se creó UNEN, nosotros éramos el plan C y terminamos siendo le plan A primera experiencia donde los pronósticos sobre nosotros se equivocaron. Además en esa elección UNEN le ganó al PRO. En 2015 pasó exactamente lo mismo que ahora; decían que Lousteau estaba tercero, que no llegaba al balotaje, y por tres puntos no ganó la Ciudad, algo que hubiese afectado la presidencia de Macri. No creemos en las encuestas pero no por ser necios, sino porque la experiencia competitiva que tenemos nos muestras que con nosotros se equivocaron. Por supuesto son serias y dan un parámetro, pero también hay mucho de posicionamiento mediático e inducción al actor. No nos fijamos en eso, trabajamos la campaña pensando en lo que queremos comunicar y así nos ha ido muy bien.  

P.: ¿Qué expectativa tienen en cuanto al resultado? 

C.C.: En las campañas anteriores competimos contra dos oficialismos, en la nacional del FpV y el de la Ciudad del PRO, y no nos fue mal. Y también era un contexto de polarización. Confiamos mucho en que cuando al elector le ofrecés propuestas, responde. Eso no quiere que vamos a ganarle a Carrió. Tenemos confianza de hacer una elección acorde a nuestras expectativas. 

P.: El oficialismo en todo el país está polarizando con el kirchnerismo ¿cuál crea que sea la intención? 

C.C.: Creo que el oficialismo en la Ciudad vio la postulación de Lousteau no tanto pensando en 2017 sino en la sucesión de jefe de Gobierno en 2019. Así lo pensó el PRO no solo en la Ciudad, sino también en Santa Fe, en Córdoba, y en otras provincias. Para mí hay un error estratégico de cómo se ven estas elecciones. Quienes ven que en esto se juega el liderazgo del PRO dentro de la coalición, piensan que todos los liderazgos realmente competitivos del radicalismo son un peligro. Y quienes ven, como nosotros, que 2017 era una posibilidad de consolidar Cambiemos como una fuerza pluralista, con un sector más de centroizquierda y otro más de centroderecha, creemos que es una elección legislativa donde el espacio tenía el desafío de demostrar más como gestionador del presente, que como se pelea con el pasado. 

P.: ¿El desempeño en esta elección es el punto de partida para pelear en 2019? 

C.C.: Para el oficialismo sí. Para nosotros es un paso más en la construcción de Evolución. Ya también de liderar; somos una voz importante dentro del radicalismo nacional. Podemos demostrar a los radicales que podemos hacer coaliciones con nombre propio, entre partidos no entre amigos; que podemos disentir y no subordinarnos; que podemos tener una relación entre pares. Y no volver al pasado, que fue la política del nombre propio, esa lógica de macrismo, kirchnerismo, menemismo. Nosotros creemos que la sociedad espera otra cosa. Más sensatez, más política que pelea. Esa idea de la grieta nosotros la cuestionamos. Nuestro slogan va a ser despolarizate. La gente espera buena política y buena gestión, y no esta cosa de política sin gestión, o mala gestión, que fue un poco lo que hizo el kirchnerismo con la pobreza. La ciudadanía necesita que la dirigencia no trasmita miedo. Y sobre todo que pensemos el presente. 

P.: ¿Qué críticas tiene para el PRO y el FPV? 

C.C.: Esta lógica de la pelea y la polarización. Una cosa es discutir ideas en una campaña electoral y otra es cuando la discusión se transforma en descalificación. La democracia es un acuerdo. Por eso la descalificación es una forma de no entender que la democracia se construye entre todos, desde la diferencia y el disenso. Creo que esa lógica de la polarización y el corto plazo nos está llevando siempre a un mismo lugar. Esto tanto en un proyecto de impronta muy fuerte cultural y político como fue el kirchnerismo en su primer ciclo, como el que tiene un componente de despolitización que sería el estilo PRO. Esto de pensarse como únicos actores de la política argentina, esta lógica del fundacionismo y que hay que empezar todo de nuevo, siempre termina en el mismo lugar, es como un presente permanente del que no podemos salir. Nosotros representamos algo distinto, nuestras listas están formadas por todos hijos de la democracia, no tenemos un pasado de pelea, entendemos que hay otro modo de hacer las cosas. El actual Gobierno nos pelea con el pasado del kirchnerismo y también eso es una forma de pasado. Porque la polarización en la Argentina fue la pauta política. Queremos otra cosa, política más que épica, más excelencia, nos mueven otras motivaciones y creemos que estamos a tono con lo que la ciudadanía espera. 

P.: ¿Qué piensa de Elisa Carrió? 

C.C.: Es una gran dirigente. Pero si hacés la foto de la elección en la Ciudad y no ponés a Lousteau es la foto del ciclo del kirchnerismo. Y eso ya ocurrió en 2015 en la competencia presidencial, en la que la idea fue cambiar la modalidad de gestión, y está bien que eso ocurra porque son los ciclos políticos. Eso que ocurrió en 2015 vuelve a pasar en 2017, es sintomático que el pasado está presente. Nosotros queremos dar vuelta la página y discutir el presente, que eso por supuesto no es no aprender de los errores del pasado. Pero no queremos hacer de la discusión del pasado la discusión política de la Argentina. Es muy importante que discutamos la corrupción, pero no puede ser que sea lo único en la agenda. Nuestra expectativa es que en esta elección podamos establecer una agenda que necesitan escuchar los ciudadanos, que es desarrollo, también corrupción, el rol de la clase media; hay un desencanto y una estructura de pobreza que requiere otra cosa de la dirigencia. No más peleas, más política, esa es nuestra posición. Si hay algo que tienen en común el kirchnerismo y esta versión de Cambiemos tan polarizada diría que se abocan en hacer oficialismo en lugar de gobierno. Oficialismo es corto plazo, control del poder más que políticas públicas para gobernar. 

P.: ¿Cuál será el rol de Evolución en el Congreso? ¿Cuál va a ser la agenda que van a intentar impulsar? 

C.C.: Nuestra posición es la de contribuir y ayudar a consolidar una política con equilibrio. En ese sentido queremos ayudar al Gobierno. Cambiemos tiene que demostrar que la alternancia es posible y que no es ninguna tragedia. Tiene que haber ciclos de alternancia política. Nuestro posicionamiento va a ser el que tenemos desde el inicio, construir. Cuando Lousteau renunció a la embajada para competir se instaló la idea de que traicionó a la ciudadanía, y en cambio demostró lo que somos; que podemos tener diferencias y seguir compitiendo, porque cuando él aceptó la embajada dijo que quería competir con esas ideas, que no era PRO pero que quería ayudar a construir. Esa lógica en la Argentina, cuando estamos tan acostumbrados a la pelea, asusta. Y nosotros creemos que ese es el modo en que hay que construir. Ayudar a pensar mejor cómo se gestiona el país y la Ciudad. 

P.: ¿Hay posibilidad de acercamiento con otras fuerzas? 

C.C.: Obviamente, trabajaremos en conjunto con el radicalismo y el socialismo. Hay que ver cómo se da la coalición parlamentaria. Las elecciones no van a cambiar mucho la situación para el Gobierno, en el sentido de que necesita concertar. El oficialismo va a seguir siendo una coalición parlamentaria. Y nosotros nos posicionaremos con nuestra mirada. Por supuesto nuestra idea de colaboración no es levantar la mano sin pensar, sin discutir, y creemos que ese es el desafío interesante que viene a nivel gubernamental. Un Cambiemos que debata la política presidencial que tiene muchos errores de implementación.

P.: ¿Siente que hay un destrato a Lousteau por parte del macrismo? 

C.C.: Sí. Creo también que hay cierto destrato a los socios de la coalición, al radicalismo en particular. Hay varios dirigentes que piensan el radicalismo, porque no son actores protagónicos, que lo sienten. También pasó con (Mario) Barleta y con otros dirigentes que por ahí no tienen autonomía o no pueden posicionarse de manera competitiva. A nosotros no nos asusta el poder y por eso no nos conformamos con un destrato. Para eso están las elecciones y el único modo que entendemos que podemos manifestar una diferencia es compitiendo, no subordinándonos. Quisimos competir en las PASO, no se dio, así que competimos por afuera pero no claudicamos en nuestros valores y nuestras convicciones. No tenemos miedo de representarnos ni de que intenten silenciarnos, queremos hablar, decir lo que somos, y construir una mejor gestión para el país. 

P.: ¿Cómo califica a la gestión de Rodríguez Larreta en la Ciudad? 

C.C.: Si comparamos dos gestiones provinciales de Cambiemos, como lo son la Ciudad y la Provincia, nos parece que el liderazgo de María Eugenia Vidal y el de Horacio Rodríguez Larreta son dos patrones muy distintos, dos versiones muy distintas de un mismo partido. Tenemos profundas diferencias de como el PRO usa el presupuesto. Hemos denunciado la forma en la que comunica, cómo usa la publicidad oficial. Creemos que salud, educación, seguridad, son políticas clave para nosotros y no son prioritarias para el PRO. La clase media no está bien representada, es la más castigada, la que perdió acceso a la educación pública, a la salud pública. Nosotros queremos una ciudad moderna, pero de iguales, no una modernización elitista. Nos parece que el PRO es marketing y no integración y modernidad, más bien es fragmentación, la zona sur no tiene nada que ver con el norte. Creemos que merecemos una ciudad mejor y que lo podemos hacer con el presupuesto más rico del país. Tenemos profundas diferencias en políticas públicas con el PRO y eso es lo que vamos a discutir. No es así el caso si hacés el contrapunto con Vidal. A nosotros nos gusta ese modelo de integración de clase media en un proyecto de desarrollo. En la Provincia hay boleto estudiantil y en la Ciudad tenemos bicicletas pero el boleto estudiantil no se discute. Hay diferencias y tampoco hay un PRO tan homogéneo como parece. Hay cosas para mejorar estas gestiones de esta nueva generación, digamos, poskirchnerista. Veremos si eso es posible hacerlo en todos los distritos. Pero seguramente el poskirchnerismo no puede ser macrismo. El poskirchnerismo tiene que ser una Argentina gobernada por partidos.

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