Polémica entre dirigentes de Derechos Humanos por los cacerolazos

Polémica entre dirigentes de Derechos Humanos por los cacerolazos
Mientras Hebe de Bonafini aseguró que le da "asco" y "repugnancia" las protestas, Adolfo Pérez Esquivel llamó al Gobierno a "registrar la preocupación de la gente"
Los cacerolazos del jueves pasado siguen produciendo palabras cruzadas, esta vez desde distintas personalidades que representan el ámbito de los derechos humanos. Mientras la titular de Madres de Plaza de Mayo escribió en un comunicado oficial que le dio "asco" y "repugnancia" las protestas, el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel opinó que "las autoridades tienen que registrar que la gente salió a manifestar su preocupación".

En un comunicado oficial que ayer fue publicado en el diario Tiempo Argentino, Bonafini descalificó duramente los cacerolazos. "Nosotras repudiamos esta manera y nos dan asco los que marcharon, los que diciéndole de todo a nuestra presidenta pedían libertad, los que estaban felices cuando entraron a nuestras casas para secuestrar y torturar hasta la muerte a nuestros queridos hijos, dicen ahora que tienen miedo de que los secuestren", escribió.

La presidenta de la organización se mostró molesta por la imagen que circuló de la protesta en la que se ve a una mujer llevando un pañuelo blanco en la cabeza -símbolo de Madres- donde se expresaba la "aparición con vida del sistema republicano".

"La clase que fue a la Plaza es la heredera del plan económico de Cavallo y Martínez de Hoz. Nos dan repugnancia. Con ellos no queremos nada: ni pactos ni diálogos", afirmó Bonafini. Allegados a la dirigente aseguraron hoy a LA NACION que no pensaba retractarse por sus dichos. Esta mañana, en diálogo con AM750, interpretó: "El pueblo es otra cosa; las cacerolas que golpeaban no eran las que tenemos nosotros en las casas, de aluminio, abolladas, negritas".

Pérez Esquivel tomó una postura más crítica hacia el Gobierno. "Hubo una manifestación, que no fue homogénea, pero la gente salió a manifestar su preocupación. Las autoridades tienen que registrar que la gente salió a manifestar su preocupación. Si hay cómplices de la dictadura, que digan quiénes son", afirmó en una entrevista con radio Continental.

Y haciendo referencia implícita a los dichos de Bonafini, expresó: "El Gobierno tiene la obligación de escuchar. La gente salió por distintos motivos. No es bueno decir que eran todos cómplices de la dictadura".

"Todos queremos seguridad, pero una seguridad social que garantice el derecho de cada persona. La seguridad del pueblo está en crisis. ¿Por qué no redefinen la función policial en cuanto a que vuelva el policía del barrio?", se preguntó el titular del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj).

Comentá la nota