La iniciativa fue apoyada por el primer mandatario misionero, que firmó un convenio al respecto con YPF y el gobierno nacional. El problema radica en que existe un serio riesgo de contaminación de las napas subterráneas del Acuífero Guaraní, la mayor reserva de agua dulce del mundo. Pero lo más preocupante para la población es que estudios previos señalan que en la zona de Eldorado, Libertad y Bernardo de Irigoyen existe una olla de gas subterránea, lo cual abre la posibilidad de la extracción de petróleo no convencional (o shale–gas) Esta modalidad extractiva consiste en inyectar millones de litros de agua mezclados con químicos y ácidos, a fin de destruir las piedras del subsuelo donde está el petróleo (muchas veces en estado sólido) Esta técnica, además de desintegrar la composición del subsuelo, contamina las tierras y las napas de agua subterráneas: al igual que lo sucedido con la minería a cielo abierto. Esta técnica está prohibida en Estados Unidos, Canadá, Europa y Australia, por sus efectos contaminantes a largo plazo y su incidencia en el cáncer de pulmón (y otras enfermedades graves) en la población.

El titular de YPF Miguel Galuccio informó que el Plan Exploratorio Argentino abordó “cinco patas”: la exploración de cuencas productivas, la exploración de cuencas de bajo riesgo y con un potencial pequeño, la exploración de hidrocarburos no convencionales y gas, la exploración off shore y la de nuevas cuencas. Esa última “pata”, acotó, “es la que nos convoca hoy, que es de un alto riesgo pero también de un alto potencial”, de acuerdo con la versión de MOL.

“Hemos perforado 90 pozos exploratorios entre los años 2007 y 2011 y planeamos perforar un total de 250 pozos entre los años 2012 y 2016”, adelantó Galuccio, quien informó que “este estudio termina ahora con la apuesta de 277 millones de dólares para invertir en el descubrimiento de petróleo”.

El Plan Exploratorio Argentina consistió en revisar de manera integral todas las cuencas sedimentarias y el estudio del potencial de recursos de petróleo y gas del país, lo que permitió trazar un mapa para la búsqueda de hidrocarburos en distintas provincias. Los estudios previos determinaron que en Misiones es posible la presencia de gas en dos áreas: una en Bernardo de Irigoyen y otra en una zona de Eldorado a Puerto Libertad.“Se encontraron indicios de que existen las condiciones para explorar la existencia de gas. Existe la olla, pero no se sabe qué hay adentro”, explicó el subsecretario de Obras Públicas, Marcelo Bacigalupi.“Es entre la zona de Eldorado a Libertad y en Irigoyen. Se hicieron estudios de sísmica y geoquímica y si hay más indicios, puede haber una explotación”, precisó el funcionario.

Por su parte, el gobernador Closs no escatimó elogios para el proyecto que podría incluir la explotación del gas no convencional a partir de la técnica conocida como “Fracking”, que como se dijo más arriba, consiste en la inyección de peligrosos químicos y ácidos en los sedimentos subterráneos, para fracturarlos y así liberar los valiosos gases. Claro que en el proceso son contaminadas permanentemente las napas de agua, la atmósfera y el suelo, causando distintas enfermedades en los pobladores de las zonas. Pero recordemos qué fue lo que dijo el gobernador misionero, cuya familia posee fuertes intereses en la comercialización de combustibles –son los dueños de la empresa Petrovalle, la proveedora de todo combustible que utiliza el estado provincial.

"Hoy nosotros estamos firmando un convenio que para nosotros es raro porque los misioneros sabemos del desarrollo forestal, de la yerba, del turismo, pero del petróleo no sabemos. Misiones es una de las dos provincias del país donde no se han hecho perforaciones, de manera que esto muestra como esto es para Misiones, histórico y además novedoso.

Hace muchos años Argentina dejó de hacer cosas como esta, de explorar, de avanzar aún sabiendo que existen las reservas necesarias para algunos años pero no para siempre y justamente en el proceso de los 90 la búsqueda de petróleo quedó en manos del sector privado. Queda claro que si uno tiene el autoabastecimiento, el costo va a ser el costo del consumidor traducido en los costos de exploración, de explotación y de comercialización en base a un petróleo argentino, y si tenemos que manejarnos con un petróleo importado el precio de paridad de importación va a determinar el costo de los combustibles”, argumentó el gobernador Closs, quien pese a poseer una empresa de distribución de combustibles, se mostró como un ciudadano común, ajeno a esa industria.

El mandatario añadió que felicita y celebra “esta iniciativa de YPF de salir a buscar petróleo por todos lados de la República Argentina y que quede bien claro que el Gobierno de la Provincia de Misiones firma este convenio para hacer los estudios dentro del marco de sus potestades y ojalá les vaya bien y tengamos la potencialidad de ir a los pasos siguientes de profundizar la exploración y llevar adelante la explotación”, comentó.

Con estas palabras, como es costumbre en el gobernador, enfatizó los beneficios colectivos de la iniciativa, tanto a nivel nacional como provincial, sin mencionar sus intereses personales y familiares. Por otra parte, desde su discurso queda suprimida cualquier tensión entre el estado provincial y el nacional, en materia de regalías y de daños socioambientales. Y por supuesto, no brindó ningún detalle sobre los peligros de la explotación de combustibles no convencionales.

He aquí uno de los peligros, probablemente el mayor, del ambicioso plan que sería llevado adelante por el gobierno “nacional y popular” y el partido del “crecer más y crecer en paz” en Misiones. Marcelo Pascuccio escribió sobre los peligros del shale–gas en Neuquén, para el sitio de la Cooperativa de Trabajo para la Comunicación, “8300 Web”, el pasado 2 de Mayo.

En esa investigación, el cronista señaló que la técnica del Fracking para la extracción de hidrocarburos fue prohibida en Francia y suspendida en EEUU, Gran Bretaña, Alemania, Canadá, suiza, Australia y Sudáfrica, para estudiar sus efectos a largo plazo.

“El Shale Gas es también conocido como gas de esquisto, gas de roca, gas de pizarra, de arenas o arcillas compactas o tight gas, los nombres varían de acuerdo al tipo formación a perforar con el sistema de hidrofractura horizontal. La técnica prevé la perforación vertical hasta pasar los 2.000 metros de profundidad y allí la perforación se vuelve horizontal extendiéndose entre 1,5 Km. hasta 3 Km. Al final de la perforación se hacen detonaciones para fracturar la formación por donde se inyectarán millones de litros de agua junto a 500 químicos y arena para buscar el gas diseminado. Gran parte de lo inyectado vuelve a la superficie con substancias tóxicas provenientes del subsuelo”, advirtió Pascuccio.

En cada perforación se utiliza entre 4 y 20 mil litros de agua, la cual no puede ser reutilizada, sin un costoso tratamiento. La mayoría de las empresas dedicadas a esta actividad eco-criminal, utilizan agua dulce que es fácil de conseguir y a un precio ínfimo. El abogado ambientalista Juan Fittipaldi declaró al respecto que “no sólo existe el riesgo de afectación del agua dulce por migración de fluidos de fractura a napas freáticas y/o acuífero sino también respecto al agua superficial (ríos y lagos) el impacto es más notorio particularmente en la captación y utilización sin límites del recurso.”

Sin embargo, lo que hace ultracontaminante la extracción del shale–gas por medio de la técnica del Fracking es la utilización de químico noscivos como los agentes querellantes, ácidos, biocidas, geles, inhibidores de corrosión, inhibidores de emulsión, reductores de fricción, ruptores y surfactantes. Asimismo, el fluido residual generado por la fractura hidráulica contiene varias sustancias tóxicas provenientes del subsuelo.

Esto incluye metales pesados (arsénico, plomo, cromo, mercurio), sustancias radiactivas de origen natural (uranio, radio, radón), bencenos (normalmente en forma de benceno, tolueno, etilbenceno y xileno, conocidos con el acrónimo BTEX) y grandes concentraciones de sales. Entre los efectos perjudiciales para la salud humana por estos agentes se encuentran: neuropatía periférica (un daño neurológico irreversible) y cáncer de pulmón, entre muchos otros. Un documental al respecto fue filmado por el cineasta norteamericano Josh Fox, “Gasland” y puede verse en el siguiente link: http://www.youtube.com/watch?v=zvEHmk1Q02I&feature=related

“Entre enero del 2003 y marzo del 2008 se registraron en el Estado de Colorado (EEUU) 1.549 incidentes por fugas de las cuales aproximadamente el 20% contaminaron aguas subterráneas. Los informes del Tyndall Centre de la Universidad de Manchester de Inglaterra y de la Comisión de Medio Ambiente, Salud Pública y Seguridad Alimentaria del Parlamento Europeo coinciden en calificar de contaminante a la hidrofractura desde los accidentes registrados. Los informes reconocen que el riesgo de filtraciones de las fracturas en fuentes de aguas subterráneas son bajas, pero aclaran, si los pozos están correctamente construidos. No es lo que sucede, la probabilidad de una falla es alta por la gran cantidad de pozos que requieren hacerse para hacer rentable la actividad”, precisa el cronista Pascuccio, quien remarcó que “los 7 países que suspendieron la actividad esperarán hasta que la Agencia de Protección Ambiental de EEUU publique lo resultados de los estudios sobre la actividad en el 2014".

Finalmente, es preciso destacar que no existen normas específicas para fuentes no convencionales de energía fósil en Argentina. Se está aplicando las mismas normas que se usan para los combustibles convencionales, las cuales son claramente inadecuadas para este tipo de prácticas.

Todo lo precedente parece indicar que la utopía que sueña el gobernador Closs para Misiones está fuertemente relacionada con los negocios hidrocarburíferos y turísticos (que explota su familia), además de la construcción de grandes obras públicas (desde Cruces y Faros hasta Megarepresas) Los costos socioambientales y sanitarios que puedan darse como efecto colateral de estos emprendimientos, no parecen demasiado importantes para las autoridades provinciales, con el primer mandatario a la cabeza.