Peronistas marplatenses en una concurrida caravana en el Día de la Militancia

El “Día de la Militancia” fue conmemorado en Mar del Plata, al igual que otras ciudades de Argentina. Organizaciones políticas, movimientos sociales y sindicatos vinculados al oficialismo realizaron una caravana y “banderazo” por las calles de la Ciudad Feliz. La oportunidad fue propicia además para expresar su respaldo a la gestión del presidente Alberto Fernández y el aval al proyecto de ley de Aporte Extraordinario a las Grandes Fortunas que se trata en la Cámara de Diputados.

 

La concentración se concretó en la esquina de Juan B. Justo y Salta , y desde allí se dirigieron por la avenida hasta la Manzana de los Circos del Puerto. Con las restricciones sanitarias establecidas para evitar contagios de coronavirus, la celebración se concretó a través de una caravana de vehículos.

Así fue como pudo verse gente en autos,  camionetas, motos y bicicletas con pancartas y decoraciones alusivas a esta fecha tan especial en el corazón de los peronistas a 48 años del retorno al país del General Juan Domingo Perón, el 17 de noviembre de 1972, tras 17 años de proscripción del peronismo .

En Mar del Plata diversas organizaciones sociales se sumaron a la marcha. Comités Barriales de Emergencia (CBE), el Movimiento Barrios de Pie-Somos, La Cámpora, el Movimiento Evita, Abrazo Ciudadano, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP), entre otras tomaron parte de la movilización.

El peronismo recuerda esa fecha como un símbolo de la resistencia y la militancia, fortalecida por casi 20 años de proscripción.

MENSAJE DEL PRESDENTE ALBERTO FERNÁNDEZ

El presidente Alberto Fernández recordó este martes  a Néstor Kirchner como un “militante inmenso”, al conmemorarse el Día de la Militancia, en recuerdo del regreso de Juan Domingo Perón a la Argentina en 1972, tras 17 años de exilio.

“‘Queremos tener compañeros que piensen, que nos digan la verdad, que tengan capacidad transgresora, que ayuden a equivocarnos lo menos posible’. Palabras de Néstor Kirchner, un militante inmenso”, escribió durante la madrugada el jefe del Estado en su cuenta de la red social Twitter.

“Feliz #DíaDelMilitante, compañeros y compañeras”, finalizó el Presidente, junto a un video de un acto masivo en la Plaza de Mayo junto a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en el cual se escuchan palabras de Kirchner sobre la militancia.

En horas de la tarde el presidente Alberto Fernández se refirió al Día de la Militancia mediante un mensaje emitido desde Olivos a través de las redes sociales y señaló que “la militancia es definitivamente un acto de servicio”, que hoy asume “distintas formas”, pero con el reclamo de “una Argentina más solidaria”, luego de un enorme endeudamiento y fuga de capitales.

Fernández reseñó durante su mensaje de siete minutos y medio que las militancias permitieron que “los gobiernos populares volvieran al poder después de dictaduras” o de gestiones que favorecían a minorías, en un mensaje que dirigió a quienes se concentraron en las inmediaciones del Congreso Nacional.

Luego de enviar el proyecto de ley de legalización del aborto y el plan de los 1.000 días para su debate parlamentario, tuvo una mención especial a la militancia de las mujeres, “tanto de las que quieran llevar adelante su embarazo como de las que no”.

“Detrás de la celebración del Día del Militante hay un enorme compromiso”, señaló Fernández y agregó que “estamos viviendo un tiempo donde la solidaridad debe  ser la regla”, en alusión al debate sobre el Aporte Solidario.

También se refirió a su propia vida como militante: “Me quiero sumar en la algarabía que significa ser parte de la militancia. No tengo en mi historial político mayor orgullo que haber sido y ser un militante”.

EL ESPERADO REGRESO DE PERÓN

“A pesar de mis años, un mandato interior de mi conciencia me impulsa a tomar la decisión de volver, con la mejor buena voluntad, sin rencores que en mi no han sido habituales y con la firme decisión de servir, si ello es posible”, había escrito Perón en una solicitada publicada el 7 de noviembre de ese año.

Días después, desde Roma, el fundador del principal movimiento político del país enviaba un mensaje dirigido a todo el pueblo peronista: “Como en los viejos tiempos, quiero pedir a todos los compañeros de antes y de ahora, que dando el mejor ejemplo de cordura y madurez política, nos mantengamos todos dentro del mayor orden y tranquilidad. Mi misión es de paz y no de guerra”.

El 17 de noviembre, en la que es considerada una de las movilizaciones más grandes de la historia argentina, una marea humana se movilizó para recibir a su líder. Bajo la lluvia, se lanzó a las calles para intentar llegar a Ezeiza. Treinta y cinco mil soldados del ejército, apoyados por la policía, cercaron el aeropuerto e hicieron imposible la llegada de los militantes.

El avión proveniente de Roma aterrizó a las 11.20 en Ezeiza. A Perón lo acompañaba una comitiva integrada por 154 hombres y mujeres, entre ellos 22 presidentes provinciales del Partido Justicialista y del distrito capital, miembros retirados de las Fuerzas Armadas, de la Confederación General del Trabajo, las 62 Organizaciones, empresarios, exfuncionarios y legisladores, científicos y artistas, que acompañaban al líder de los trabajadores en su regreso.

El propio gobierno había declarado aquel 17 de noviembre como día no laborable: prohibió las concentraciones y solo se podía acceder al aeropuerto de Ezeiza como “invitado especial”.

El sindicalismo había dispuesto un paro general, convirtiendo a la CGT en el lugar central del Operativo Regreso. Como símbolo máximo de la alianza inquebrantable de Perón con el movimiento obrero, la imagen que quedará para siempre en el recuerdo de ese 17 de noviembre será la de José Ignacio Rucci, paraguas en mano, protegiendo de la lluvia al general.

El presidente de facto Alejandro Agustín Lanusse había dicho: “No voy a admitir que corran más a ningún argentino diciendo que Perón no viene porque no puede. Permitiré que digan: porque no quiere; pero en mi fuero íntimo diré: porque no le da el cuero para venir”. Esa afirmación por supuesto, fue utilizada por los peronistas de línea revolucionaria, cuando Perón apareció en Ezeiza: “¡Peronismo Montonero! Por eso le dio el cuero”.

Con la impotencia por la derrota que significaba su llegada, el gobierno de Lanusse retuvo a Perón en el Hotel de Ezeiza hasta la madrugada del día siguiente, cuando decidió liberarlo y pudo dirigirse a la casa de la calle Gaspar Campos, en Vicente López.

Permaneció en Buenos Aires solo 29 días y volvió a irse a España, de donde retornó definitivamente el 20 de junio de 1973, de la mano del presidente justicialista electo Héctor Cámpora, quien luego reuniciaría a su cargo para llamar a elecciones y permitirle a Perón acceder a su tercera y última Presidencia.

Perón triunfaría acompañado por su esposa, “Isabelita”, en los comicios de septiembre. Gobernaría hasta su muerte, el 1 de julio de 1974. La “primavera peronista” duró poco: en marzo de 1976, los militares volvían a tomar el poder con el que es el último golpe de Estado que vivió la Argentina hasta este momento.

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