Para no mezclarse con el populacho

Para no mezclarse con el populacho

Durante dos horas Tecnópolis se convirtió en un VIP para los hijos del ministro de Educación, Esteban Bullrich, y parte de la plana mayor de su cartera. El público tuvo que esperar más de una hora a que la elite se retirara para poder entrar.

 

La cúpula del Ministerio de Educación, con Esteban Bullrich a la cabeza, hizo cerrar durante dos horas el predio de Tecnópolis para uso exclusivo de sus hijos. Fue el sábado pasado, mientras el Presidente y el titular del sistema de Medios Públicos, Hernán Lombardi, se fotografiaban con estrellas de cumbia en la previa de un festival. Unos 40 funcionarios con cargos políticos en Educación disfrutaron junto a sus familiares, sin dejar entrar a nadie más, de las instalaciones del predio, que son públicas y de acceso libre y gratuito. El escándalo lo reveló la periodista Mariana Moyano, quien publicó en su blog varios detalles: los trabajadores debieron llegar dos horas antes al lugar para cumplir con el capricho oficial, y trabajaron durante la semana para acondicionar juegos que estaban fuera de servicio y que los niños Pro tuvieron el privilegio de inaugurar.

Página/12 habló ayer con uno de esos trabajadores: “Nos dijeron que todo el laburo era para recibir a familiares de laburantes del ministerio, pero era exclusivo para funcionarios. Encima, no nos pagaron las horas de más que trabajamos”, contó. Otro trabajador reveló que algunos de los stands del ministerio fueron cerrados dos días antes para ser refaccionados y hasta desinfectados; y algunos fueron puestos a punto a contrarreloj, para que los hijos de los funcionarios puedan inaugurarlos, dado que quedaron sin uso tras la reinauguración del predio, en julio de este año. Ya durante la semana, los trabajadores fueron notificados que debían trabajar en exclusiva para sus patrones.

Lombardi, encargado de gestionar Tecnópolis, confirmó a este diario que la actividad exclusiva existió, aunque le restó importancia. “Todo el público que concurrió ese día pudo ingresar a horario y disfrutar de Tecnópolis sin problemas”, sostuvo.

El uso privado de un predio público por parte de funcionarios podría enmarcarse en la figura penal de peculado o de abuso de autoridad. Desde que se hizo cargo de Tecnópolis, el Gobierno utilizó sus instalaciones para actos políticos, como el que tuvo lugar el viernes, cuando Macri juntó a miles de intendentes de todo el país, un uso que suele darle también al CCK. Pero el sábado, los funcionarios del ministerio de Educación se reservaron el predio para el disfrute exclusivo de sus familias, sin una justificación que tenga que ver con la gestión. No fueron a inaugurar una muestra, ni hubo una actividad concreta, ni un anuncio previo. Entre los asistentes VIP, que figuraban en una lista, estuvieron, además de Bullrich, el jefe de gabinete de Educación, Diego Marías; el director Nacional de Desarrollo Universitario y Voluntariado, dependiente de la secretaría de Políticas Universitarias, Pablo Domenechini y el secretario de Deportes de la Nación, Carlos Mac Allister, entre otros. Desde el ministerio dijeron ayer a este diario que por ahora preferían no hacer declaraciones sobre lo sucedido.

“Nos hicieron llegar dos horas antes. Siempre llegamos a las 11 de la mañana y comenzamos a trabajar a las 12. Esta vez, llegamos a las 9 y le abrimos a los funcionarios a las diez. La gente que viene siempre no entró sino hasta que se fueron los familiares de los funcionarios”, describió la escena una de las trabajadoras del predio, y agregó que con el trabajo extra “se generó mucho malestar” entre el plantel del ministerio. El malestar surgió con la falta de pago y se completó con el servicio de catering que varios coordinadores de equipo –que llevan varios años a la cabeza de los recorridos por los stands y las muestras– debieron servirle en mano a los funcionarios.

“Las dos horas que estuvieron en las muestras y los juegos fueron bastante tranquilas. Hubo una sóla persona que notó que no era nada normal que estén tan solos, sin nadie alrededor. Fue una señora mayor, que me preguntó qué días y en qué horarios abría Tecnópolis. Cuando le contesté, se dio cuenta que lo habíamos abierto antes. Me preguntó por qué: porque vinieron ustedes, le contesté. Se me quedó mirando”, relató un trabajador.

El Presidente también evitó ese día el contacto con la gente. Llegó en helicóptero minutos después que la comitiva vip de Educación, para asistir al ensayo de la banda de cumbia Mala Fama, que tocaría a la una de la tarde. Allí se sacó una foto con los músicos y el manager la “Tota” Santillán, que luego hizo circular por las redes sociales. Al cantante del grupo, Hernán Coronel, también lo hicieron ir antes: “recién un día antes me dicen que yo tenía que ir a las 10:30 porque iba a haber un agasajo”, publicó en facebook. Una vez difundida su foto con el Presidente, dijo que accedió por “educación y para no hacer sentir mal a nadie” y que quiso preguntarle “por qué fue tan desconsiderado con la gente humilde”.

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