Palma acabó 2020 sin reciclar el 50% de sus basuras, tal como exige la UE

Palma acabó 2020 sin reciclar el 50% de sus basuras, tal como exige la UE

Emaya espera que, con la generalización de la recogida de la materia orgánica a partir del próximo año, este porcentaje de separación de residuos pueda acercarse al 55% requerido por Europa para 2025, pese a que ahora está en el 27%.

Palma finalizó 2020 sin haber alcanzado el objetivo de reciclaje de residuos sólidos urbanos del 50% impuesto por la Unión Europea (UE) para los desperdicios municipales. De hecho, está aún lejos de alcanzarlo ya que ha acabado el año con un reciclaje de tan solo el 27%, según los últimos datos proporcionados por la Empresa Municipal d’Aigües i Clavegueram (Emaya).

Pese a lo dicho, en el anterior mandato se consiguió impulsar la recogida selectiva considerablemente puesto que se pasó de apenas separar un 15,36% del total de los residuos sólidos urbanos generados en la ciudad, al ya reseñado 27%, lo que supone un incremento en apenas cinco años de un 12,64%.

Este aumento se logró con la instalación de más contenedores de las distintas fracciones de basura a lo largo de la ciudad y, en especial, con el inicio de la implantación paulatina de la recogida de la fracción orgánica de residuos sólidos.

De esta forma, el incremento de la recogida selectiva en los últimos años ha sido constante, pasando del 15,36% en 2015 al 17,29% en 2016; el 20,74% en 2017; el 24,65% en 2018 y el 26,66% en 2019. Emaya aún no dispone de los datos globales correspondientes a 2020, aunque, pese a la pandemia provocada por la covid-19 y a la disminución en aproximadamente un 14% del volumen de residuos sólidos urbanos recogidos, se calcula que los porcentajes por fracciones no habrá experimentado cambios significativos.

En estos momentos, y con datos de 2019, el 73% de los residuos sólidos urbanos recogidos en Palma son de rechazo, mientras que los porcentajes de las distintas fracciones reciclables son los siguientes: papel y cartón (5,4%), vidrio (4%), envases ligeros (3,2%), orgánica (1,6%), parques verdes (8,9%) y otros (3,6%).

Desde la empresa municipal se hace hincapié en que se ha observado una cierta «estabilización» en cuanto a la recogida de las distintas fracciones» de residuos, por lo que, para alcanzar el objetivo fijado por la UE para 2025 del 55% de recogida selectiva, se confía en el crecimiento que supondrá el hecho de que, a partir de 2022, se prevé que en toda la ciudad se recoja separadamente la fracción orgánica, que en estos momentos aún solo alcanza a 100.000 habitantes, lo que representa menos de una cuarta parte de la población. Desde el mes de noviembre del año pasado se instalaron contenedores marrones para recoger la fracción orgánica en las barriadas de Santa Catalina, Son Armadams, Son Dureta y sa Taulera. Con anterioridad se habían instalado estos contenedores en Son Flor, Los Almendros-Son Pacs, el Fortí, Son Cotoner, Camp d’en Serralta, Son Dameto y Son Espanyolet. En estos momentos hay desplegados un total de 128 contenedores marrones en doce barriadas de la ciudad.

Un caso de éxito: Un 64% de reciclaje en el Centro Histórico

Emaya confía en que, con la generalización de la recogida de la fracción orgánica de residuos sólidos urbanos a toda la ciudad, se alcance el objetivo de reciclaje fijado por al UE que, para 2025, es del 55% y del 60% en 2030. Desde la empresa municipal aseguran que lo anterior es perfectamente factible puesto que, en el centro histórico de la ciudad, con la implantación de la denominada recogida selectiva móvil, que incluye también la separación de la fracción orgánica, se han alcanzado porcentajes del 64,5%. En este caso del porcentaje de materia orgánica es el 26,5% mientras que en el resto de la ciudad ahora solo es del 1,6%.

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