De los seis proyectos que se incluyeron en el temario, apenas dos fueron sancionados. Uno de ellos, el Presupuesto, perdió un capítulo en el camino. Otros dos proyectos apenas fueron dictaminados en el Senado; uno volvió a comisión y otro jamás se trató. LLA promete revancha en febrero.
Por Déborah de Urieta
Con los objetivos cumplidos a medias, este martes culminan las sesiones extraordinarias convocadas por el presidente Javier Milei. Del extenso temario incluido en el decreto presidencial, apenas obtuvieron luz verde dos iniciativas. Para colmo, una de ellas, el Presupuesto 2026, perdió un capítulo en el camino. De todas formas, La Libertad Avanza promete un segundo round en febrero.
Luego de la sanción del Presupuesto 2026, que se concretó el último viernes por la noche, este martes culmina el período habilitado por el Presidente para que el Congreso pueda sesionar. Este había sido convocado entre el 10 y 30 de diciembre para avanzar con la “agenda reformista” de La Libertad Avanza. Entre los proyectos incluidos, además del Presupuesto 2026, se añadió: Inocencia Fiscal, la reforma a la Ley de Glaciares y al Código Penal; junto con la Reforma Laboral y la ley de Compromiso nacional para la estabilidad fiscal y monetaria.
El resultado fue bastante magro. De esas leyes, apenas se sancionaron dos. De todas maneras, después de un año en el que el oficialismo no logró sancionar ninguna ley propia, sino que se la pasó reaccionando a la agenda opositora en ambas Cámaras, diciembre fue más productivo para los libertarios que todo el período de sesiones ordinarias.
Una de las dos leyes sancionadas fue el Presupuesto 2026: el primero en la era Milei. Aunque, en el camino, perdió el capítulo 11 debido a la desinteligencia de Martín Menem en Diputados: impuló la votación por capítulos, en lugar de artículos. Esto fue luego de que la oposición rechazara de plano el famoso artículo 75, que derogaba la ley de Emergencia en Discapacidad y la de Financiamiento Universitario.
Pese a los trascendidos de que el jefe de Estado vetaría “la ley de leyes” porque sin ese capítulo “no servía”, los libertarios recularon y avanzaron con su sanción en el Senado. Y hasta la decoraron con su discurso épico.
En esa misma sesión, con Patricia Bullrich como principal articuladora, el oficialismo también se anotó otro triunfo: la sanción de la ley de inocencia fiscal, presentada a mediados de año, que incentiva el uso de los dólares que no estén declarados.
Ahora bien, ¿qué pasará con el resto del temario? Poco se habló de la ley de Compromiso nacional para la estabilidad fiscal y monetaria. Se trata de la iniciativa que establece reglas fiscales permanentes, a fin de garantizar el superávit fiscal. Entre otros ítems, prohíbe la emisión monetaria sin respaldo para financiar déficits y establece sanciones penales para funcionarios que incumplan con estas medidas.
Ese texto, que recibió dictamen de comisión, no se votó en el recinto. ¿El motivo? Ni siquiera el PRO, que acompañó en disidencia el dictamen del oficialismo, estaba dispuesto a acompañar esa ley en la sesión en la que se le dio media sanción al Presupuesto. Por eso mismo, el texto volvió a comisión. “Toda la parte penal roza lo inconstitucional”, dijeron altas fuentes del bloque amarillo.
Al mismo tiempo, en diálogo con Ámbito, los amarillos señalaron que el proyecto, impulsado por el mismísimo Milei, “es más ideólogo que práctico”. Para rematar, recalcaron que ante una eventual crisis o situaciones extraordinarias, como por ejemplo una pandemia, el Estado “estaría atado de manos para aplicar ciertas políticas públicas para situaciones de urgencia”.
Así las cosas, el texto quedó frenado hasta nuevo aviso. Y cuesta creer que progrese: ¿qué diputado acompañaría la sanción de una ley por la que, en un futuro, podría terminar preso?
Reforma Laboral, a febrero
Pese a las intenciones de Patricia Bullrich, la votación de la Reforma Laboral debió posponerse para febrero. La exministra, apenas desembarcó en la Cámara alta, aspiraba a sancionar el texto en la sesión del último viernes, junto con los otros proyectos. Pero cayó en la cuenta de que los votos no estaban. Aún así, se garantizó la firma del dictamen.
Según prometió la propia senadora, el tema se llevará al recinto el 10 de febrero. Se espera que, hasta tanto, acerque posiciones con los bloques “dialoguistas”, hacerle cambios al dictamen en el recinto, y avanzar con la media sanción.
¿Y la reforma a la Ley de Glaciares? El proyecto, tan ansiado por los gobernadores de provincias mineras, también obtuvo dictamen de comisión en el Senado pero, no se llevó al recinto. A diferencia de lo que ocurre con la Reforma Laboral, este texto no tiene margen de negociación. Básicamente, plantear que, en lugar de Nación, sean las provincias las que definan las zonas periglaciares. Es decir, se está a favor o en contra de introducir ese cambio. De allí la complejidad de reunir los votos en el recinto frente a un tema que genera reparos. Y que no tiene puntos medios.
Al igual que la Reforma Laboral, la exministra de Seguridad quería que ese texto reciba media sanción en la última sesión. Tampoco pudo ser.
Por último, quedó el “caballito de batalla” de Bullrich: la reforma al Código Penal que la libertaria presentó durante la campaña. Este texto ni siquiera comenzó a tratarse en comisión. Y se espera que su debate lleve tiempo. Es un asunto complejo, que divide aguas dentro de los bloques, tal cual se vio cuando LLA intentó bajar la edad de imputabilidad este año en Diputados.
Ese tema, en sí, llevó más de una decena de reuniones de comisión, un trabajo de orfebrería por parte de la bullrichista Laura Rodríguez Machado. Y, si bien el proyecto recibió dictamen de comisión, jamás se llevó al recinto de la Cámara de Diputados. La baja en la edad de imputabilidad es apenas una parte de la reforma de Bullrich, de allí que se espera un debate extenso.
Como fuere, luego del triunfo que se anotó el oficialismo en la última sesión del Senado, en la que logró el acompañamiento de todos los senadores, incluso de un sector de Popular, interbloque que conduce José Mayans, el oficialismo se muestra confiado.
Sobre todo porque luego del recambio legislativo, en el que tiene un Congreso mucho más robusto que en el primer tramo del mandato de Milei, y con estos antecedentes, tiene motivos para ilusionarse con impulsar al menos una parte de la agenda reformista y anotarse algunos triunfos tras un año de pésima performance legislativa.




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