Día mundial de la endometriosis: por qué se celebra el 14 de marzo

Día mundial de la endometriosis: por qué se celebra el 14 de marzo

Es una enfermedad crónica en la que el tejido que forma el revestimiento del útero se desarrolla en otras zonas de la pelvis, y a veces, fuera de ella. La identifica el lazo de color amarillo.

El Día Mundial de la Endometriosis se celebra el 14 de marzo de cada año con el fin de difundir este padecimiento que afecta al tejido endometrial del aparato reproductor femenino. En la Argentina, existe un proyecto de ley en diputados que tiene por objeto realizar en marzo de cada año actividades y campañas de difusión que promuevan la concientización y visibilización de la endometriosis.

Otro objetivo es que haya investigación, control, tratamiento y diagnóstico de endometriosis y además que se incluya en el Programa Médico Obligatorio (PMO), que abarca una serie de prestaciones para todas las prepagas y obras sociales. Al estar catalogada como un trastorno benigno, no se la agrega dentro del programa. Sin embargo, se trata de una enfermedad crónica e inclusive, muchas veces, invalidante.

“Es una enfermedad inflamatoria y progresiva de origen desconocido, llegando a alterar la calidad de vida de aquellas mujeres que la padecen”, la define ante Con Bienestar Claudia Andrea González (M.N. 86.074), ginecóloga, obstetra y sexóloga clínica.

Se caracteriza por la presencia de tejido endometrial fuera del útero, por ejemplo al nivel de las trompas de Falopio o en los ovarios. Según datos estadísticos de 2014, la Organización Mundial de la Salud considera que la endometriosis afecta a 176 millones de mujeres en el mundo. De esos datos, se desprende que una de cada 10 mujeres padece esta enfermedad.

“En la Argentina, si bien no existen datos oficiales, se cree que un millón de mujeres sufren esta patología. Es una enfermedad subdiagnosticada, por lo que se pierde un promedio de entre 7 y 12 años hasta arribar a un diagnóstico adecuado”, señala la especialista.

Los síntomas de la endometriosis

“Puede presentarse con dolor pelviano durante la menstruación, que no cede con los tratamientos habituales y aumenta con el transcurso del tiempo. También con dolor profundo durante o posterior a las relaciones sexuales, y/o dolor pélvico crónico no relacionado con el ciclo menstrual de seis meses o más de duración”, detalla González.

En algunos casos, puede presentarse con dificultad o dolor al orinar o durante las deposiciones o con dolor lumbar. En ocasiones, el diagnóstico llega como consecuencia de la imposibilidad de concretar un embarazo.

Una vez diagnosticada, es muy importante hacer las revisiones que indica el médico para controlar la enfermedad. “El dolor crónico impide que estas mujeres puedan desarrollarse en sus actividades diarias afectando su vida familiar, profesional e inclusive de pareja. Por esta causa, la paciente debe ser tratada por un equipo multidisciplinario para, de este modo, abarcar todas las aristas que intervienen en esta patología”, recomienda la ginecóloga.

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