Algunos analistas aguardan que el tipo de cambio baje 10%, pero tampoco que se vuelva a atrasar como a principios de año. Predicen una caída de la tasa de interés y una salida de la recesión a fin de año. También se ilusionan con la flexibilización laboral, las rebajas impositivas y los cambios jubilatorios.
Alejandro Rebossio
La sorpresiva y contundente victoria de La Libertad Avanza (LLA) sobre el peronismo y la fragmentada oposición ya ha provocado un festejo de los mercados la noche de este domingo y continuará este lunes. Así como el dólar minorista había cerrado a $1.515 el viernes, este domingo el cripto bajaba hasta $1.453, un 4%
“Creo que el peso va a estar más barato de lo que hemos visto la semana pasada y sobre la economía vamos a ver un boost (empuje) en noviembre y diciembre”, vaticina Mauricio Monge, analista de Oxford Economics, que el martes último había pintado un panorama crítico para los dos últimos años de gobierno de Javier Milei y ahora ha debido corregir sus pronósticos, al igual que los demás analistas que imaginaban un escenario electoral no tan positivo para LLA.
Pero los desencantados con este gobierno en parte no fueron a votar (un tercio faltó a las urnas, el mayor nivel de 42 años de democracia) y la oposición que totalizó un 60% no consiguió que alguien la liderara, no el peronismo que representa el pasado, ni tampocos sus múltilples opciones minimizadas.
Monge considera que después de la recesión del segundo y tercer trimestre del año, la actividad rebotará. “Habrá que ver qué decidirá el Gobierno sobre la política cambiaria, pero veo improbable que cambien las bandas ahora que tienen asegurados los US$20.000 millones de Estados Unidos”, pronostica Monge. El dólar mayorista había cerrado el viernes a $1.485, cerca del tope de la banda de $1.492.
“El CCL (contado con liquidación) baja 10%, las acciones suben 15% en dólares y bonos largos en dólares, 10%”, prevé Christian Reos, analista de Allaria Ledesma. El CCL había terminado el viernes en $1.567. Si retrocede 10%, este lunes cotizará a $1.411. Es el tipo de cambio que rige para las empresas que traen y sacan divisas del exterior.
En un banco, en cambio, mantienen la prudencia en la predicción: “Es muy pronto. Primero supongo que habrá activos para arriba y dólar fuerte para abajo”. La pregunta es si eso implicará volver al peso fuerte de comienzos del año. “Más o menos. La corrección (depreciación) se va a dar, pero gradualmente. Lo cual es hasta sano. Esta velocidad de corrección que había en los últimos meses era excesivo”, contestan en la entidad financiera, donde prefieren guardar el anonimato. En una sociedad bursátil coinciden: “Apreciación de activos, pero creo ya está pasando: acciones, dólar cripto”.
Aldo Abram, director ejecutivo en la Fundación Libertad y Progreso, festejó el resultado electoral: “Claramente, este resultado lo que muestra es que hay un gran apoyo a este cambio de rumbo que está liderando el Gobierno: un rumbo a la normalidad. Por supuesto, si uno piensa que en los últimos meses había una apuesta sobre una fuerte incertidumbre acerca de qué iba a votar la gente, estuvieron vendiendo los activos de la Argentina, sacando sus ahorros de la economía y transformándolos en dólares. Por lo tanto, lo que pasó fue que cayeron los valores de nuestros activos, de nuestros bonos; subió el riesgo país, el dólar, la tasa de interés, porque, claramente, esa salida de capitales desfinanciaba la economía. Ahora todo eso se va a revertir, seguramente a partir del lunes. Tendremos un dólar en baja, activos de la Argentina subiendo, los ahorros que se fueron volviendo, lo cual va a hacer caer el valor del tipo de cambio. Y nos vamos a olvidar de hablar de si el techo es sostenible o no, para empezar a ver una economía que, como vuelve a tener financiamiento, baja la tasa de interés y vuelve a dinamizarse”.
Quien acertó y mucho con el resultado de los comicios es el banco norteamericano Citi, que está armando con JP Morgan y Bank of America un préstamo adicional de US$20.000 millones para que el Gobierno recompre deuda que vence en 2026. Sus economistas Ricardo Dessy, Felipe Juncal y Ernesto Revilla lo pronosticaron hace tres días: “A pesar de la compleja e intrincada dinámica imperante, identificamos una oportunidad convincente para una mejora estructural a mediano plazo, impulsada por una confluencia de factores endógenos y exógenos. Estos incluyen eventos imprevistos sin precedentes, como un superávit fiscal, cambios geopolíticos arriesgados pero propicios, y una dinámica de demanda global relativamente favorable. Además, un respaldo internacional sin precedentes, sumado al agotamiento social derivado de la inestabilidad e incertidumbre crónicas, está catalizando una amplia demanda de reformas impulsadas por el liderazgo. Esta aspiración colectiva busca establecer una trayectoria perceptible hacia una posible prosperidad en el futuro previsible. Quizás el aspecto más crucial es que aquellos con quienes se deben alcanzar acuerdos son los principales beneficiarios de las reformas propuestas, lo que aumenta su probabilidad de éxito a mediano plazo”.
El establishment, que estaba resignado a que no se hicieran las reformas de flexibilización laboral, rebaja tributaria y cambios jubilatorios, vuelve a recuperar la esperanza de que se concretarán. Habrá que ver cómo se articula el Congreso porque hace ocho años se preveía lo mismo tras la victoria de Cambiemos en las elecciones legislativas de medio término y no se concretó. Se sabrá pronto si con Milei es diferente.

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