Manzur y sus recaídas

Por Fernando Stanich - LA GACETA

 El audio no podría ser más revelador. En él, uno de los dirigentes más emblemáticos de Famaillá admite su sufrimiento porque había imaginado un día que lo tendría como protagonista central. “Perdimos”, le dice a su interlocutor en un mensaje de voz enviado por WhatsApp. “A la pobre mina la han apretado”, añade, resignado. 

Famaillá es uno de los distritos que más dependencia financiera tiene con la Provincia. Sin ir más lejos, en 2015, los mellizos Orellana debieron dar marcha atrás con su partida del oficialismo asfixiados por las urgencias económicas de la Municipalidad que lideran. En 2016, es uno de los distritos que firmó el nuevo Pacto Social. Así, es inevitable ligar el faltazo de la intendenta Patricia Lizárraga al acto en la Casa Rosada con las presiones de la Casa Gobierno para no mostrarse débil frente a la lapicera de Domingo Amaya. La esposa de Juan Enrique Orellana tenía todo listo para viajar y recibir $ 80 millones, pero le “sugirieron” que no lo hiciera para no ofrendarle al ex compañero de fórmula de José Cano un trofeo político.

El gobernador Juan Manzur cometió dos errores políticos infantiles en menos de 48 horas. El primero, porque Lizárraga iba a firmar un convenio con el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, no sólo con Amaya. ¿Cómo interpretará la Rosada que de seis intendentes invitados sólo haya faltado la que responde al gobernador tucumano? No hubo desplante a Amaya, sino a las entrañas del macrismo. El segundo; la semana pasada, el ministro Guillermo Dietrich se lo advirtió: no era conveniente sentar a los diputados tucumanos en el debate por la ley Antidespidos. Desde la madrugada de ayer se sabía que el kirchnerismo no lograría el quórum. Sin embargo, el mellizo José Orellana viajó en el avión de las 6 para ocupar su banca, también por pedido de la Casa de Gobierno. Junto a él lo hicieron los tres camporistas y Miriam Gallardo. ¿Para qué exponer a los diputados y hacer tambalear la frágil sociedad con el macrismo, si el FpV iba a un fracaso cantado? Cuando todo parece mejorar, Manzur sufre recaídas en su cuadro de anemia política. 

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