Cuando este ejemplar de Diario Z esté en sus manos, el jefe de Gobierno de la Ciudad estará muy relajado en algún lugar expectable de la ciudad de San Pablo, tal vez presenciando la apertura del Mundial 2014, una ceremonia inaugural que se extenderá por 25 minutos, donde desfilarán 600 artistas y gimnastas. Será seguramente un espectáculo maravilloso a pesar del faltazo de Jennifer Lopez, quien a último momento se bajó del show.

El que no se bajó, en cambio, es el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta: junto con Mauricio Macri, se ausentaría de sus tareas por dos semanas, aunque en su caso no lo anunció oficialmente.

Así las cosas, la abnegada María Eugenia Vidal se hará cargo del gobierno y tendrá unos quince días para demostrar lo que podría hacer en la provincia de Buenos Aires si la gente la elige para gobernarla. Aunque, claro, las cosas no son tan sencillas ni tan lineales en la vida política de los candidatos. Con total franqueza, Macri –embarcado ahora en la extraña idea de sponsorear a futbolistas chinos para contribuir a edificar un puente con la mayor comunidad asiática– anunció a los suyos que, dado que no pudo este año tomar vacaciones, lo hará en Brasil acompañando a la Selección, que para eso compró sus entradas.

Como se recordará, las últimas dos veces que Vidal ocupó el lugar de Macri fueron tremendas para el gobierno porteño. En diciembre de 2013, Macri debió suspender su descanso en Villa La Angostura debido a la crisis por los apagones que dejaron a muchos barrios a oscuras. Y en febrero tuvo que suspender las vacaciones por el incendio y derrumbe de las oficinas de Iron Mountain, en Barracas, que causó la muerte de nueve bomberos. En ambos casos, Vidal debió dar la cara.

Ahora, en la provincia de Buenos Aires, la cosa se complica. Como ya señaló Diario Z, la instalación de Vidal en ese territorio no termina de germinar y son varios dentro del “submarino amarillo” que piensan en atajos. Por ejemplo, la tarea de salir a medir a un actor muy popular que podría encabezar la lista de diputados bonaerenses para 2015.

Desde luego, y he aquí otro impedimento, no podría ser bajo la sigla refulgente del PRO, ya que al no presentar candidatos ni en 2011 ni en 2013 (la segunda vez por la deserción de la senadora Gabriela Michetti), el partido perdió su personería jurídica. Como se recordará, en 2011 el PRO fue en una alianza con retazos del duhaldismo. Y en 2013, con el Frente Renovador del mayor competidor de Macri en el espectro de la derecha, Sergio Massa.

El nuevo sello en el que trabaja Emilio Monzó se llamaría Propuesta Federal, el mismo que usó el ex futbolista Carlos Mac Allister para su campaña del año pasado en La Pampa, y por la que ganó una banca en la Cámara de Diputados de la Nación.

Sea cual fuere el nombre elegido, cerca de Monzó, admiten que no es el sello el problema central sino la falta de un candidato a gobernador con la tracción suficiente. La pregunta sigue siendo la misma: ¿qué hará María Eugenia Vidal?