"El que quiera comer lomo que lo pague $80 el kilo", dijo a la prensa un ofuscado Alfredo De Angeli durante el conflicto del campo en 2008. 

La frase, pronunciada en Chajarí, de quien en ese entonces era el líder de la Delegación Entre Ríos de la Federación Agraria, es una de las tantas que se recuerda cuando se habla de las protestas contra la resolución 125. 

“La soja es prácticamente un yuyo” de Cristina Kirchner y “mi voto no es positivo” del ex vicepresidente Julio Cobos, también ocupan un lugar en los registros periodísticos de aquel año. 

Siete años después de aquellas declaraciones (escuche el audio), el actual senador nacional volvió a referirse al precio de la carne, que antes de la asunción de Mauricio Macri aumentaron considerablemente. 

Este lunes por la noche el periodista de América, Luis Novaresio, le preguntó a De Angeli cuánto costará el kilo de carne en el 2016. El senador entrerriano contestó: “no creo que vaya a haber muchas más variaciones, puede llegar a bajar”. 

En ese marco, aclaró que “lo que tiene que tener claro el ciudadano común es que el sector agropecuario no es el que pone el precio de la carne. Puede ser la cadena, pero el productor no”. El presidente de la Sociedad Rural Argntina (SRA), Luis Miguel Etchevehere, reforzó esa idea. 

Subas en la carne 

En diciembre, los cortes parrilleros sufrieron una notable suba. Por ejemplo, la tira de asado que se conseguía hace 3 meses a $ 76 el kilo, hoy ronda los $ 115. En tanto, el kilo de vacío, que se vendía a $ 90, se fue a unos $ 130 y llega en los súper a $ 156. 

Según el sitio Valor Carne, especialista en temas agropecuarios, en los primeros días de diciembre, antes del traspaso presidencial, la hacienda incorporó “gran parte de la expectativa de devaluación” ya que “los precios en Liniers registraron aumentos del 23% para novillos, 20% para novillitos, 18% para terneros gordos y 11% para vacas”. Así, esa suba se trasladó a las carnicerías. 

En el sector cárnico creen que los precios podrían ceder, al bajar la demanda. Sin embargo, difícilmente los valores vuelvan a su punto de partida.