Limpieza del hábitat, una responsabilidad de todos

Limpieza del hábitat, una responsabilidad de todos

En momentos en que hay que extremar los cuidados de la higiene personal, también es importante conservar la limpieza del entorno que habitamos. Faltan controles más estrictos.

Afrontamos una época en la que los hábitos de higiene personal y limpieza de nuestro entorno son importantes para evitar la propagación de una gran variedad de enfermedades, como ha quedado comprobado científicamente. No obstante hay mucha gente que hace caso omiso a las recomendaciones y no sólo es descuidada en su higiene particular sino que actúa con total desidia al momento de preservar la limpieza del hábitat. Esto último es un fenómeno que se da tanto en las ciudades o centros poblados, como en la zona rural, donde suele ser más difícil controlar el vertido de residuos o llevar a cabo campañas de limpieza, por la amplitud o diversidad de lugares que pueden ser utilizados como vertederos.

La falta de hábitos de limpieza surge con pequeños comportamientos como arrojar un envoltorio de caramelo o galleta en la vía pública; no depositar debidamente los residuos sólidos urbanos en contenedores u otros recipientes asignados a tal fin o depositar en veredas y otros espacios públicos el producto del barrido o limpieza de los interiores de casas, edificios o salones comerciales. También hay que tener en cuenta la falta de limpieza de los espacios públicos, las banquinas de calles y rutas y los horarios y días en la que se hace la recolección municipal de residuos para evitar que la basura quede en la calle por mucho tiempo y sea esparcida por animales domésticos.

En la zona rural de la provincia la falta de limpieza se traduce en que periódicamente son arrojadas varias toneladas de residuos y escombros que provocan la contaminación del ambiente, además de convertir a tierras aptas para el cultivo en auténticos basureros difíciles de limpiar en el futuro. 

Todo este comportamiento con la basura es inadmisible cuando en la provincia se cuenta con una red de plantas de tratamiento que funcionan en los principales departamentos. En total son 9 centros de recepción y reciclado de residuos sólidos urbanos a los que los municipios destinan el producto de la recolección domiciliaria y que pueden recibir camiones particulares con basura obtenida de tareas de limpieza en el ámbito privado. San Juan genera por día más de 800 toneladas de residuos, de las cuales 120 son enviadas para procesos inorgánicos y orgánicos. Del resto una gran parte son recuperadas para su reutilización.

Es decir que no hay excusas para que los residuos particulares o municipales sean esparcidos fuera de estos ámbitos.

La limpieza es responsabilidad de todos, por lo que además de controles y sanciones más estrictas es necesario inculcar este hábito a las nuevas generaciones, una materia que inclusive tendría que tener más presencia dentro de la currícula educativa.

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