El lado B del acto del Frente de Todos en Talleres

El lado B del acto del Frente de Todos en Talleres

El Frente de Todos realizó su primer acto de campaña en la ciudad. Elogios, expectativa y mucho culto de la unidad. 

 

El Club Talleres de Mar del Plata se desbordó de gente. Jóvenes, jubilados, mujeres y vecinos de todos los barrios  se concentraron en la puerta en búsqueda de un lugar con la certeza de que muchos no iban a poder presenciar el acto. Las pecheras fueron multicolores como la unidad del peronismo para este elección. 

A pesar del desorden y algunos enojos, el clima por la calle Magallanes era festivo y con la liturgia típica del peronismo cada vez que se moviliza. Bombos, cánticos y chulengos con la brasa prendida. 

El ingreso fue algo caótico y luego de subir una angosta escalera, el gimnasio se vistió con la mística de todas las vertientes políticas a través de banderas del Partido Comunista entremezcladas con la Agrupación José Ignacio Rucci y del barrio 2 de abril. Todos bailaban al ritmo de “Tomate el palo” de Miss Bolivia al mismo tiempo en el que el conductor del evento leía adhesiones para ganar tiempo.

A las 18, hora programada para el inicio del acto, no había indicios de comienzo y para calmar la ansiedad la juventud cantaba y agitaban canciones tradicionales como “y ya lo ve, hay una sola jotape”. Los más grandes miraban con emoción pero preguntaban cuanto falta con la mira puesta en el celular. Ya eran las 18.15, “están hablando con los medios nacionales y vienen”, comentó uno. Anibal Fernández conversaba con un integrante del Grupo Callao al costado del escenario como un militante más de la causa. 

Cerca de las 18.35 empezó el movimiento en una de las salidas, sonaba “Tomo” de Bersuit Vergarbat. En fila se vislumbraron las primeras caras conocidas, Leandro Santoro, Fernando “Chino" Navarro y Adela Segarraenfilaron para el escenario con una sonrisa en el rostro. Atrás, apareció la candidata a vicegobernadora Verónica Magario y en el medio del tumulto Fernanda Raverta tomó de la mano a Alberto Fernández  al unísono que Axel Kicillof era interceptado por simpatizantes que saltaron la valla para tomarse una selfie. El ingreso del candidato a gobernador fue propio de una estrella de rock. “Es Kicirock”, bromeó uno de los presentes. 

Con Los Redondos de fondo y 51 minutos después de la hora fijada los dirigentes del Frente de Todos estaban listos para comenzar con el primer acto de campaña de la provincia de Buenos Aires.

Rápidamente, el intendente de Lomas de Zamora, Martín  Insaurralde, la “leona” Inés Arrondo y el diputado Facundo Moyano se ubicaron detrás para cederle el protagonismo a los oradores. El intendente del Partido de la Costa y candidato a diputado provincial por la quinta sección, Juan Pablo De Jesús se preparó para comenzar. “¿Quién es la que está la lado de De Jesus?", preguntó una mujer con curiosidad. Era Débora Indart, segunda en la lista de legisladores de la quinta. Algunos personajes del proceso electoral aún no son del todo conocidos entre los suyos. 

“Kicilove”

Sin lugar a dudad, Axel Kicillof picó en punta en el aplausometro incluso antes de hacer uso de la palabra. Cuando De Jesús realizaba el análisis de la importancia de la elección en Mar del Plata, el ex ministro de Economía se sacó el pulllover. En el movimiento se le levantó la camisa y quedó con la panza al aire. Inmediatamente los gritos y suspiros interrumpieron el discurso para desatar las risas. “Axel es un gran candidato, no solo una cara bonita”, enfatizó el costense. 

Luego de un encendido discurso de Fernanda Raverta que fue seguido por Verónica Magario, llegó el turno esperado de Axel. Al instante de ser presentado, un “Te amo” salió desde uno de los costados. “Compañeros, mantengamos la seriedad”, pidió entre risas. 

Su exposición fue escuchada con atención y solo interrumpida por aplausos y exclamaciones. “Este pibe es el mejor de todos, tiene que ser presidente”, destacó una mujer con un pañuelo con la foto de Cristina en el cuello y el libro “¿Y ahora qué? de Kicillof en una de sus manos. Llegó el turno de Alberto, la vara le quedó alta. 

“Aguante la unidad”

Alberto Fernández bajó varios tonos. “Habla como un pastor”, reflexionó un joven con mochila en el pecho. “Esta bien, es lo que se busca”, le respondió otro. 

Previo al inicio, el ex gabinete de Néstor Kirchner reconoció ante el público su anhelo de vivir en Mar del Plata . “No, no vengas que acá no hay laburo”, le recomendaron desde las gradas. 

El candidato a presidente se tomó el tiempo de presentar a todos  sus antecesores en el uso de la palabra y dedicarle algunos elogios. “Esta chiquita es enorme y merece ser intendenta”, aseveró mientras abrazaba a Raverta y recordada el día que la conoció en una café cercano de la facultad de Derecho de la UBA. 

Un dato importante de ese momento de halago colectivo fue el que protagonizó con Magario. “A verónica la conozco desde muy chiquita, soy amigo de su padre”, dijo. Raúl Magario fue un importante dirigente peronista que fue exiliado durante la dictadura, detenido y liberado en 1989 por los indultos de Carlos Menem. 

El momento meloso llegó a Kicillof. “Fuimos a comer a una parrilla pero no pudimos hablar nada porque todo el tiempo se querían sacar fotos con el”, reveló. 

Finalmente, llegó el momento del discurso en el que resaltó la importancia de la unidad para derrotar al gobierno y cambiar el rumbo. “Aguante la unidad”, soltó uno de los militantes en plena algarabía.“¿Están contentos?”, repreguntó el orador, la respuesta no los sorprenderá. 

La desconcentración fue menos complicada que el ingreso. “Que ganas de votar mañana”, reflexionó una jóven con el pañuelo del aborto legal, seguro y gratuito en la muñeca mientras ayudaba a una señora con bastón a bajar de las escaleras angostas. 

Afuera de la institución deportiva seguían los cantos y la arenga. Poco a poco los hombres y mujeres retornaron sus casas por Magallanes. “Chori, chori de la unidad”, se escuchó desde uno de los chulengos mientras tres personas con la bandera de la diversidad en los hombros se aceraban a comprar un mariposa con chimichurri. 

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