Kicillof: “Somos los únicos que mantuvimos los votos”

Kicillof: “Somos los únicos que mantuvimos los votos”

El ministro de Economía y futuro diputado por la Ciudad asegura que aunque algunos porteños no comulgan con el kirchnerismo, están más cerca de ese proyecto que del PRO.

“Antes de ser ministro, era también humano”, bromea, un poco en serio, Axel Kicillof. En las PASO, la boleta que lo lleva como primer candidato a diputado por la Ciudad, obtuvo el 22,5 por ciento. Si el Frente para la Victoria mantiene este porcentaje, Kicillof se mudará al Congreso de la Nación desde el despacho que ocupa en el Ministerio de Economía desde fines de 2013. No lo preocupa. “Antes de llegar a la función pública, laburaba y me dedicaba a otras cosas. He tratado de no fomentar un culto a la persona, la acumulación de poder, un superministro separado de la gente común. La verdad es que yo sigo siendo un trabajador, un vecino de Buenos Aires, papá, esposo, un amigo y un militante. Estoy muy entusiasmado”, explica.

¿Qué lectura hace de las PASO?

Se había planteado un esquema de un tercio, un tercio y un tercio, aun antes de que Macri intentara unificar a gran parte de la oposición para polarizar con el FpV. Todo eso fracasó. Para una primaria, el 38,5 por ciento está muy bien, nos deja muy bien parados. Mientras, Macri, Carrió, Sanz y Massa quedaron muy lejos de lo que esperaban y de lo que vienen planteando desde hace dos años. Le sacamos una gran diferencia al segundo y todavía mayor al tercero, sabiendo además que ambas fuerzas (Cambiemos y el Frente Renovador) no están seguros de mantener los votos. Si se hace una comparación más pura, Scioli contra Macri y Massa, la diferencia es abismal. Estamos muy satisfechos por la unidad que se logró y por haber consolidado a un candidato en la provincia.

¿Qué opina de los resultados en la Ciudad?

Fuimos la única fuerza que mantiene los votos a nivel local. El PRO perdió votos: Macri sacó menos que Rodríguez Larreta, una sorpresa. Bullrich también sacó menos votos que Macri. Con respecto a Lousteau, quedó a la vista lo que habíamos planteado. Hizo propaganda por Sanz, esperando que se sumaran sus votos a los de Macri y no ocurrió. Lo de Lousteau demuestra la absoluta falta de liderazgo: Sanz sacó el 3%.

Kicillof busca en su teléfono un gráfico con la progresión de los votos. Y apunta: “Si en 2013 el PRO más UNEN sumaron el 62% de los votos, ahora sacaron el 48%”.

¿Adónde fueron esos votos?

En 2013, el FpV tuvo 19% y ahora el 22,5. Creo que se han dispersado mucho. Ya Mauricio Macri no tracciona tanto como pensaban.

El FpV pone en juego cinco bancas. Con este resultado no alcanza a renovarlas…

Esperamos crecer desde las PASO hacia las generales. Más teniendo en cuenta que es elección presidencial. La gente toma las PASO más experimentalmente, pero ahora se va a decidir quién va a gobernar el país, tanto a nivel presidencial como legislativo. Es una elección con otro resultado. Tenemos para crecer y un trabajo por hacer, que estamos empezando a evaluar con los compañeros. Vamos a unificar la campaña nacional, tanto focalizadamente como contándoles a los porteños nuestras propuestas.

¿Cuáles son? 

Pongo el eje en que los diputados del PRO votaron leyes muy contrarias a lo que piensa el porteño. Votaron en contra de la recuperación de YPF, Aerolíneas, las jubilaciones y la AUH. En esos momentos se escondieron bajo la condición de ser un gobierno local y tuvieron una actitud muy poco constructiva, muy contraria a lo que es el pensamiento en la Capital.

¿Cuál es ese pensamiento?

A nivel de políticas nacionales, creo que ese pensamiento es mucho más cercano a lo que nosotros planteamos que a lo que propone Macri. En el último tiempo salió a luz algo que nosotros sabemos bien, pero ellos ocultaban con estrategias de marketing político: el proyecto de ajuste, el reendeudamiento, privatización y desintegración latinoamericana. El hecho más claro es que su candidata fue Patricia Bullrich, que ha tenido este tipo de expresiones, además de una falta de coherencia política muy grande porque pasó por todos los partidos y los gobiernos conservadores. Hay un porcentaje muy importante de la ciudad que no comulga con el kirchnerismo. Pero ante la disyuntiva entre dos modelos de país, están más cerca del nuestro.

¿Qué posición tiene sobre el traspaso de la Policía Federal?

Tenemos un programa de autonomía y vamos a darle impulso desde el Congreso. Lo que lo ha dificultado no ha sido el gobierno nacional sino la concepción de Macri sobre qué es una policía local. Una cosa es decir que querés la policía y otra muy distinta la Metropolitana reprimiendo. Ha tenido una conducción orientada a la persecución de los sectores más vulnerables o con cuestiones vinculada al espionaje.

¿O sea que está a favor de unificar las fuerzas de seguridad?

Absolutamente. Pero si la unificación es tener más Metropolitana con esta orientación nos vamos a quedar sin la Federal que sí tiene un papel fuerte.

Hubo una polémica por sus declaraciones sobre regular alquileres.

La Capital, como todas las grandes ciudades, tiende a crear burbujas inmobiliarias, a la creación de un mercado especulativo. Y cuando se meten los elementos especulativos en temas que hacen a la calidad de vida de la gente, siempre requieren regulación del Estado. Macri es el paradigma en no hacer planes habitacionales ni planificación urbana, ha dejado proliferar sin límites la especulación inmobiliaria. Lo que yo planteé fue que hay que debatir. Que se necesita más Estado y que el Gobierno de la Ciudad participe y lo reconozca como una problemática. Pero no con paliativos. Desde el Parlamento se pueden hacer aportes, a pesar del vacío del gobierno local. Como en todo tema económico hay, como mínimo, dos lados del mostrador: toda medida que beneficia a alguien suele perjudicar a otro, hay que buscar balances y equilibrios. El macrismo se dedicó a agitar fantasmas cuando yo propuse esta discusión para ocultar carencias y sembrar confusión.

¿Se imagina como diputado?

Si algo ha sido determinante, en este último mandato, fue que Cristina dijo que había que profundizar el modelo, institucionalizar ciertas cosas hechas en los ocho años anteriores. Casi todo lo que hice en el Ministerio de Economía tuvo su paso por el Congreso, explicando proyectos que fueron modificados y mejorados. Entrar en el Congreso no es un cargo menor, se trata de escribir sobre piedra algunos cambios que puede hacer el Ejecutivo, pero que no quedan firmes hasta que se transforman en leyes. YPF, Aerolíneas, AFJP, movilidad de la AUH, los trenes, la ley de pagos soberanos. Tengo mucho para aportar desde mi formación y mi militancia.

¿Prevé un aumento de la presión por devaluar en las últimas semanas de campaña?

Es un clásico. Los candidatos opositores, cuando ocurre algún corrimiento cambiario o devaluación, ponen el grito diciendo que cómo se va devaluar. A los 20 días, los ves en la tele pidiendo una devaluación. Están mareados, sin saber qué posición tomar, amparados en los medios, los economistas cercanos, consultoras, y hacen análisis fallidos, pronósticos fracasados y reclamos inútiles. Yo no perdí la capacidad de sorpresa, no anticipo nada. El período de campaña es sensible, y sobre todo los partidos más vinculados a los sectores concentrados y dominantes usan todas las armas que tienen. Pero tenemos una presidenta como Cristina que se ocupa de ponerle nombre y apellido a estas maniobras, lo cual es un instrumento muy poderoso para impedirla. Vamos a actuar con mucha firmeza defendiendo los intereses de los argentinos. No van a tener oportunidad: tenemos los instrumentos y una estructura económica resistente forjada en los últimos 12 años.

¿Qué rol tendrá Cristina a partir de diciembre?

Ocupará el papel que sea más conveniente para la etapa que se viene. Tiene experiencia, trayectoria, ascendencia y liderazgo sobre nuestro movimiento. Hubo una elección que demuestra que no ha terminado su ciclo, no está liquidado como muchos pensaban. Al contrario, sigue creciendo, ganó en 20 de las 24 provincias. Todo eso se lo debemos a Cristina. Ha decidido no ser candidata, en contra de lo que muchos decían. Eso nos priva a muchos de poder votarla, pero la pone en una posición de un liderazgo que reafirma su capacidad de conducción. Es esencial para nuestro movimiento, que muy probablemente seguirá en el gobierno. Cristina estará dejando su mandato con una imagen altísima y en el corazón de la gente.

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