La decisión fue adoptada por el juez Juan Ramos Padilla. El también exsenador, quien cumple en el penal de Ezeiza una condena a 16 años de prisión por abuso sexual a su sobrina, será trasladado a un piso en Puerto Madero.
El juez Juan Ramos Padilla concedió este miércoles la prisión domiciliaria a José Alperovich, quien desde hace un año cumple una condena a 16 años de prisión por abuso sexual a su sobrina y también secretaria. Con esta decisión, el exgobernador de Tucumán será trasladado desde el penal de Ezeiza, donde está alojado desde junio de 2024, a un departamento de su propiedad en el barrio de Puerto Madero.
El magistrado adoptó esa resolución tras los reiterados pedidos de la defensa de Alperovich, quien argumentó razones de salud -en concreto, un dolor de columna que le dificulta la movilidad- y que el también exsenador ya cumplió 70 años, una de las condiciones que establece la ley para que se otorgue ese beneficio.
Además, Padilla, quien fue el juez que lo sentenció, exigió el uso de una tobillera electrónica y el pago de una caución real de $400 millones. Asimismo, le prohibió el contacto con la víctima y con cualquier persona del entorno. "Deberá abstenerse de realizar menciones públicas o publicaciones que directa o indirectamente puedan afectar a MFL", indicó en la resolución.
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Asimismo, el magistrado elogió el comportamiento de la denunciante: "No puedo dejar de destacar -una vez más- la actitud procesal de la víctima, quien a lo largo de todo este proceso ha demostrado una conducta ejemplar, guiada no por afanes de venganza, sino por la búsqueda de justicia y verdad"
El tucumano se encuentra en prisión desde el 18 de junio de 2024, cuando fue hallado culpable de seis hechos de "abuso sexual agravado con acceso carnal" y otros tres de "abuso sexual simple", dos en grado de tentativa, por hechos cometidos entre diciembre de 2017 y marzo de 2018.
"Los indicios son graves, precisos, concordantes y basados en hechos comprobados que, relacionados entre sí, nos llevan a un único resultado. Precisamente, porque el testimonio principal fue corroborado por otras pruebas directas, como son las pericias físicas y psicológicas, y variados testimonios que le dan acabado sustento probatorio", precisó Padilla en aquel momento.
A su vez, agregó en su fundamentación que Alperovich "criticaba el cuerpo de la víctima diciéndole que estaba gorda o chueca y la sometía a situaciones impropias", hecho que tenía como objetivo, a su consideración de "atentar contra su autoestima, haciéndola cada vez más vulnerable, al tiempo que, contradictoriamente, le explicaba la conveniencia de mantenerse a su lado".
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