Juntos por el Cambio intenta disimular los festejos por la interna en el oficialismo

Juntos por el Cambio intenta disimular los festejos por la interna en el oficialismo

Elisa Carrió llamó a posicionarse a favor de Alberto Fernández y dijo que se estaba gestando un golpe de Estado. En el PRO plantearon que se mantenedrían alejados del conflicto. Los radicales optaron por decir que esta crisis no les compete.

 

 

En el primer día, dos lineas de Juntos por el Cambio entraron en pugna: quienes decían que había que salir a intervenir en la situación del gabinete nacional en favor del presidente Alberto Fernández y en contra de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner (fue lo que hizo Elisa Carrió) y, por otro lado, quienes planteaban que había que mantenerse lo más lejos posible del escándalo y no decir nada (línea PRO). Los radicales optaron por salir a decir que esta crisis no es cosa de ellos. En el primer día, entonces, no hubo acuerdo sobre qué decir y cada uno dijo lo que quiso. En el segundo, las conversaciones apuntan al no te metás: incluso, ya dejaron en claro que no están dispuesto a asistir a ninguna convocatoria del Gobierno. El plan es mantenerse en silencio y disimular los festejos.

Las conversaciones en la alianza opositora continuaron durante todo el miércoles y todo el jueves. Hubo incluso algunas reuniones en el Congreso, donde -como contó este diario- avanzaron con un borrador de comunicado, que luego deshecharon porque no hubo acuerdo sobre lo que decir.  Igual, todos dijeron algo en público, al punto que quedaron bien claras las posiciones de cada sector:

*Linea Carrió: La líder de la Coalición Cívica era de la idea de que debía haber un pronunciamiento institucional en defensa de la república y, sobre todo, apuntándole a la vicepresidenta. Como eso no prosperó salió a hablar a título personal y dijo que se estaba gestando un golpe de Estado y que Fernández debía resistir. También afirmó que Juntos por el Cambio sostendría la institucionalidad desde el Congreso, justamente el lugar donde los presidentes de bloque opositores no llegaron a un acuerdo mínimo ni para sacar un comunicado. Con sus vacaciones ya interrumpidas, Carrió comenzó a recorrer canales de televisión para apuntalar esta línea.

*Linea PRO: las posiciones de los sectores que responden a Mauricio Macri y a Horacio Rodríguez Larreta, por una vez, coincidieron. La reacción de ambos es clara: silenzio stampa. Fue lo que argumentó Cristian Ritondo en el encuentro con los otros partidos en el Congreso: "Nosotros no tenemos nada que ver con esto. Es un problema de ellos y lo tienen que resolver entre los distintos sectores del oficialismo". La estrategia en este punto es quedarse callados, para no parecer el "club del helicóptero" (si bien siempre hay un Fernando Iglesias que se escapa). Ni Macri, ni Larreta, ni María Eugenia Vidal, ni Diego Santilli se metieron en la interna del oficialismo. Y hasta Patricia Bullrich eludió el tema y cuando tuiteó el miércoles, fue sobre otras cuestiones. Y eso que a la presidenta del PRO le cuesta no zambullirse en esos lodos.

*Lineas radicales: En el radicalismo, en un primer momento se escenificaron distintas posiciones. Mientras el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, decía que había que respaldar al presidente, el candidato Martín Tetaz lo corría con la idea contraria. No obstante, luego la conducción de la UCR -en manos de Alfredo Cornejo- salió con un comunicado propio, en el cual ensayaron una tercera posición: salir a hablar para decir que ellos no tienen nada que ver.

Desde el radicalismo pidieron al Gobierno "dejar de jugar a la interna" (sí, desde el radicalismo, al que le gustan las internas más que el dulce de leche). "Esta situación es reflejo de lo que ya habíamos advertido, el Frente de Todos es una coalición frágil, sin ningún tipo de coincidencias entre ellos. Solo se unieron para conquistar el poder y conservarlo", afirmaron desde el centenario partido. "El partido gobernante debe dejar de lado sus rencillas internas y ponerse a trabajar para solucionar los problemas de la gente, respetando el mandato que deben cumplir hasta el 2023", remarcaron, sin ningún aporte de su parte a la institucionalidad. La línea Carrió no caló en sus socios de la oposición.

Dentro de la UCR, el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Mario Negri, ensayó una posición intermedia entre Carrió y Cornejo: "Vamos a defender las instituciones. Pero no estamos defendiendo ni al Presidente ni a la Vice. Que no nos llamen a participar de un minué. El Gobierno debe dar respuestas a la sociedad y lo único que hace es sembrar incertidumbre."

Algo similar dijo el ex ministro de Economía de la Alianza Ricardo López Murphy -ahora en la boleta de Vidal- cuando lo consultaron: "La Argentina no tiene tiempo para conventillos políticos. Resuelvan sus internas y ocúpense de los problemas de los argentinos".

En la oposición, entre las distintas líneas, la que viene ganando es la de observar en silencio el choque en cámara lenta entre sectores del oficialismo. Y, en lo posible, disimulando el ruido de los deschorches de champagne, las serpentinas y los fuegos artificiales con los que se disponen a festejar si la coalición de Gobierno termina finalmente por partirse.

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