El industricidio avanza: la fábrica de grupos electrógenos Cramaco-DBT despidió al 90% de su plantilla laboral

El industricidio avanza: la fábrica de grupos electrógenos Cramaco-DBT despidió al 90% de su plantilla laboral

"Quedan solo 22 empleados, pero nadie de producción. Esto refleja la intención de la empresa", lamentó el delegado de la UOM en la firma. Era orgullo industrial santafesino, y exportaba equipos a países de América, Asia y Europa. De ahora en más, nada de valor agregado nacional. Otra firma productiva reconvertida a importadora.

 

La firma Cramaco-DBT, histórica fábrica de alternadores eléctricos y grupos electrógenos con asiento en la localidad santafesina de Sastre, despidió a 37 empleados. Las cesantías son consecuencia de su decisión de reducir al mínimo su operación local para reconvertirse a importadora y distribuidora de equipos de China. El cese de la producción impactará en la ciudad del centro oeste provincial de apenas 6000 habitantes, de la que la empresa fue eje industrial y proveeedora de puestos laborales directos e indirectos.

La compañía comunicó la novedad a sus trabajadores en el mediodía del martes último. Asociada desde 2003 a la multinacional española Himoinsa y también conocida como Cramaco, convocó al personal y comunicó que adoptará un esquema centrado en la importación. Los equipos llegarán terminados desde China y se distribuirán en el mercado local.

El impacto económico en Sastre, localidad con algo más de 6.000 habitantes, será grande. La planta movilizaba actividad en talleres, proveedores y comercios de la zona.

Antecedentes del fin

En septiembre del año pasado, DBT había desvinculado a 16 trabajadores. Algunos, incluso, con hasta dos décadas de antigüedad. La explicación patronal se basó en una caída abrupta de ventas. En ese momento, tenía un stock de 120 grupos electrógenos y comercializaba apenas entre 10 y 12 unidades por mes.

Ya se avizoraba el desenlace. Ricardo Ozuna, del gremio metalúrgico UOM El Trébol, relató entonces, hace más de un año, lo que les había admitido la dirección de la firma: «Nos dijeron que les conviene ensamblar grupos electrógenos trayendo componentes de afuera más que fabricar acá».

Cramaco comenzó sus actividades en 1947. Llegó a ser un ícono industrial de la región. En 1999 hubo un cambio de propietarios, y adoptó el nombre DBT SA. La denominación alude a los apellidos de los nuevos propietarios: Druetta, Bearzotti y Talano.

Cuatro años después, en 2003, se integró al grupo Himoinsa y comenzó a incursionar en los mercados internacionales con los equipos producidos íntegramente en Sastre. Exportó a países de América, Europa y Asia. En el mercado argentino, su participación llegó a ser del 85%.

«De los 57 trabajadores, fuimos despedidos 35. De ese total, 33 integran el sector de producción y los dos restantes son administrativos. Quedan solo 22 empleados, pero nadie de producción. Esto refleja la intención de la empresa», lamentó el pasado miércoles Jorge Herrador, delegado de la UOM en la firma. Él sintió particularmente el golpe: tiene de 59 años y llevaba 25 años en la fábrica.

Ya no más

«Fabricamos generadores de corriente alterna para grupos electrógenos tanto de uso comercial como industrial», señala la página web de DBT. Lo de «fabricamos», de ahora en más, no será ni siquiera ensamble. «Somos líderes en el mercado local con un market share de 85%. Exportamos más de 50.000 alternadores a diferentes países de América, Europa y Asia», completa la presentación.

Ahora, pasarán de exportadores a importadores. Como otras numerosas empresas en los últimos tiempos y al comás de las políticas económicas del Gobierno de Javier Milei.

Comentá la nota