La escena que se vivió el domingo por la noche en el búnker de Juntos por el Cambio fue apenas una postal de lo que muchos dentro de ese espacio imaginan para los próximos años. Rodríguez Larreta, el hombre que sobrevivió a la derrota del Gobierno, se posicionó como un referente de un espacio con distintos puentes tendidos con el Frente de Todos.

El día después del triunfo fue para Rodríguez Larreta una jornada de reconocimiento por el histórico resultado electoral, pero también un día más de gestión porteña, su leitmotiv en la política. Tras el festejo en el restaurante El Mirasol de la Recova, el jefe de gobierno porteño comenzó su día a las 11 con una reunión con su equipo de campaña. Después se movió hasta la sede del gobierno porteño.

Entraron junto al vicejefe Diego Santilli en medio de una ovación que se desplegó desde los balcones de los tres pisos del edificio de la calle Uspallata. Al borde de la emoción, Rodríguez Larreta ensayó un discurso en el hall central. A primera hora de la tarde mantuvo una reunión de gabinete y, después, emprendió camino a la Casa Rosada para formar parte de la reunión de la mesa política del oficialismo.

Desde su entorno aseguran que "Horacio", como lo llaman todos, no habla más que de volver a la gestión y pensar en cómo serán otros cuatro años más en la Ciudad. No hay "plan nacional", remarcan. Pero reconocen que es el referente de Juntos por el Cambio que más relación mantiene con el peronismo.

"Es una persona que hace del diálogo una forma de vida. No se conocen personalmente con Alberto Fernández, pero tiene muchos puentes tendidos con personas que lo conocen muy bien", reconocen cerca del jefe de gobierno porteño. Y para enumerar a esos dirigentes sólo le hace falta a Larreta una mirada introspectiva: Santilli, su vice, tiene raíces en el justicialismo bonaerense y ha mantenido esas buenas relaciones a pesar de que hace años milita en Pro. "Diego [Santilli] será de gran ayuda", destacan.

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Otro puente es Massa, a quien el jefe de gobierno porteño define como un "amigo". Se conocieron en el Ministerio de Desarrollo Social menemista que manejaba Ramón "Palito" Ortega. Trabajaron juntos y, desde allí, se frecuentaron hasta estos días, una relación de amistad que también incluye a sus mujeres, Bárbara Diez y Malena Galmarini.

Hay otros nombres del PJ porteño que ganarán protagonismo con Alberto Fernández en la Casa Rosada, pero que suelen compartir mesas con Rodríguez Larreta. Víctor Santa María, presidente del justicialismo capitalino y líder del sindicato de los porteros, es otro de los que conversa frecuentemente con el jefe de gobierno. Lo mismo ocurre con el dirigente peronista Juan Manuel Olmos.

La agenda de Rodríguez Larreta tampoco frenará hoy, a pesar de que festejará su cumpleaños número 54. Invitó a almorzar a su gabinete, pero después del brindis sus ministros no se salvarán de la clásica reunión de gestión. Un rato antes, Rodríguez Larreta cortará la torta. "Falta tanto para 2023 en la Argentina que ni siquiera puede entrar en sus deseos", resumió un estrecho colaborador.