En la subasta de títulos prevista para este miércoles priorizará letras de corto plazo y dejará de lado su objetivo de estirar los vencimientos.
La Secretaría de Finanzas tomó nota de la susceptibilidad del mercado y cambió la estrategia de recaudación de fondos para cubrir las necesidades fiscales. En su llamado a licitación para este miércoles privilegió los títulos de corto y mediano plazo, en lugar de buscar las refinanciaciones hasta 2022 y 2023.
De acuerdo al comunicado oficial, en la nueva subasta se ofrecerán letras con vencimiento para el 29 de octubre, 31 de diciembre y 31 de enero próximos. Se trata de letras con descuento, es decir que la tasa de interés dependerá del valor que ofrezcan pagar los inversores.
La modificación constituye una fuerte señal para el mercado, luego de que en el anterior llamado ocurrido a principio de mes, con títulos que vencían a plazos más largos (entre febrero y julio de 2022), sólo se consiguiera recaudar el 65% de los fondos que el Tesoro necesitaba para cubrir los vencimientos ya pactados.
La lectura que realizó el gobierno fue que los inversores no están dispuestos a comprometer fondos por tiempos tan largos en un momento de nerviosismo e incertidumbre preelectoral. Por eso se diseñó un menú con opciones más cortas e incluso no se descarta que se convalide una suba en la tasa de interés con tal de conseguir el dinero.
En los casos de títulos con plazos mayores (que también los habrá), Finanzas dispuso ofrecer una zanahoria para atraer interesados. Por caso, se reabrió la oportunidad para suscribir una letra con vencimiento en marzo de 2022, pero ajustable por el índice CER, ligado a la inflación, que servirá como un reaseguro para preservar el valor del capital. Y también se dispuso ampliar el cupo para los bonos del Tesoro TY22P, con vencimiento en mayo y a tasa fija de 22% anual, diseñados para que los bancos que los adquieran puedan usarlo como parte de los encajes obligatorios que deben conformar de acuerdo a las regulaciones del Banco Central.
Estas licitaciones son vitales para el gobierno porque es la manera en la que consigue efectivo para sus obligaciones, tanto para cubrir los vencimientos de deuda de corto plazo como para la porción de gastos que no llega a solventar con los ingresos primarios. Por eso el objetivo es que el rollover (porcentaje de refinanciación sobre el total de deudas a vencer) supere el 100%.
En ese sentido, y de acuerdo al estudio elaborado por la Oficina de Presupuesto del Congreso, la mayor urgencia pasa por obtener los fondos para cancelar las Ledes y Lepase que vencen el 31 de este mes por casi $ 93 mil millones, además de recuperar los $ 78 mil millones que quedaron “colgados” del llamado anterior. Por las dudas, Rafael Brigo (quien a comienzos de mes se hizo cargo del área de Finanzas en lugar de Mariano Sardi, quien se desvinculó por razones de salud) diagramó una última subasta de títulos para el viernes 27 en la que se podrían cubrir eventuales faltantes.
Por: Marcelo Colombres
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