Superada la sorpresa inicial por las elecciones norteamericanas, el gobierno de Mauricio Macri comenzó ayer a gestionar intensamente la posibilidad de acordar un primer contacto telefónico del Presidente con el primer mandatario electo de los Estados Unidos, Donald Trump, a quien conoce desde hace más de 20 años, para dialogar sobre la continuidad de la buena relación bilateral que existe con el gobierno saliente.

Las negociaciones, que se encuentran avanzadas, quedaron en manos de la canciller Susana Malcorra, quien intensificó las gestiones con el equipo de relaciones internacionales del presidente electo.

"Las gestiones de la canciller están avanzadas y hay muy buena predisposición de ambas partes para que cualquiera de estos días se pueda alcanzar un primer diálogo entre el Presidente y Trump", confirmaron a LA NACION fuentes oficiales de la Casa Rosada y de la Cancillería. No descartaban que pudiera producirse hoy mismo, aunque Macri viajará durante algunas horas a Paraguay.

En la Cancillería no precisaron por ahora los interlocutores republicanos con los que negocia Malcorra. Sin embargo, fuentes diplomáticas argentinas señalaron que los representantes de Trump en política exterior son Bob Corker, titular de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado; el ex presidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich; el ex embajador ante las Naciones Unidas John Bolton, y el ex representante ante la OEA, Roger Noriega. "Son hombres de la derecha ortodoxa del Partido Republicano", señalaron embajadores que trabajan en la Cancillería.

Consultados voceros de Malcorra, no confirmaron ni negaron que éstos sean sus interlocutores y dijeron que la canciller "no quiere comentar nada". Un allegado al Presidente reveló a LA NACION que ambos podrían conversar hoy o en los próximos días, incluso durante el fin de semana si Trump lo dispone.

Para preparar el terreno, Macri expresó ayer en Luján que tiene "la mejor predisposición" para dialogar con Trump y oficializó que apuesta a la "continuidad" de la buena relación con Washington. "Vamos con la mejor predisposición para sentarnos a dialogar. Esperemos que asuma. Todavía no hemos tenido contacto con la nueva administración, pero esperamos que los programas que hemos lanzado van a ser positivamente continuados", afirmó.

En rigor, Macri busca ahora restablecer el viejo vínculo de amistad que tenía con Trump en los años 80, cuando exploraron negocios inmobiliarios en Nueva York, que finalmente quedaron en manos del magnate norteamericano. En aquellos años Macri y Trump solían jugar al golf; en un partido que ganó el entonces empresario argentino su contrincante rompió los palos por la bronca de la derrota. Macri no descartó ayer volver a los greens. "Tengo medio abandonado el golf, pero tal vez él también (por Trump) y sigue siendo parejo", afirmó.

En la Casa Rosada señalaron que los primeros contactos oficiales y extraoficiales demostraron que "existe una excelente predisposición" del Partido Republicano a retomar la buena relación. Y afirman que el proteccionismo que prometió Trump podría afectar más a países con una profunda relación comercial con EE.UU. y que le venden productos industriales, pero no a la Argentina, que casi no exporta a ese país y aspira a venderle productos primarios.

Este replanteo cobra significancia porque Macri y Malcorra habían respaldado abiertamente a Hillary Clinton, y en la Casa Rosada estaban convencidos de que ella ganaría. Pero con el sorpresivo triunfo de Trump, Macri debió recalcular el rumbo de sus amistades en los Estados Unidos.

La interpretación de Cristina

Al hablar ayer en Florencio Varela, Cristina Kirchner dijo ayer que Donald Trump personifica "la crisis de la representación política por la aplicación de políticas neoliberales" y aseguró que los ciudadanos estadounidenses buscaron "con su voto a alguien que rompa con el establishment económico".