Nosotros somos peronistas, nos gusta el fútbol y preferimos el fútbol”, fue la frase con la que Cristina Kirchner abrió el diálogo con la oposición. Después de fuertes tensiones entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio, la vicepresidenta eligió el lenguaje deportivo para reencauzar un vínculo que hasta ahora estaba quebrado.

Cristina Kirchner decidió negociar con la oposición las reglas con las que se manejarán en el Senado a partir de ahora y para ello primero quiso dejar en claro a qué juego se someterían: ¿Fútbol o rugby?

“Como peronistas jugamos al futbol, nos gusta más”, insistió al recibir en su despacho al jefe del interbloque de senadores de Juntos por el Cambio Luis Naidenoff. La ex presidenta detalló que el oficialismo elije ese deporte que tiene entre sus reglas de juego “no poder tocar al rival”.

Siguiendo con la comparación entre deporte y política, Kirchner detalló que Juntos por el Cambio, por el contrario, quiere jugar al rugby, “en donde está permitido derribar al rival”. “Si quieren jugar al rugby, podemos jugar pero como peronistas preferimos el futbol”, insistió.

Una semana atrás, Naidenoff había criticado fuertemente al oficialismo ante la falta de acuerdo por el protocolo de sesiones virtuales que aprobó el Frente de Todos. Acusó a este bloque, entre otras cosas, de impedir la presencia de senadores en el recinto que “ni en estado de sitio” sucedió.

Durante las últimas presentaciones, Juntos por el Cambio decidió conectarse a las sesiones virtuales para estar presentes en los debates de los proyectos, pero se desconectaron al momento de votar. Buscaron dejar en claro que rechazan el protocolo aprobado por el oficialismo. Sin embargo, desde este sector reconocieron en las últimas horas que la estrategia no estaba funcionando, sobre todo para los legisladores del interior que quedaron expuestos en sus provincias por no sesionar.

Kirchner y Naidenoff lograron ponerse de acuerdo después de que la vicepresidenta aceptara la presencia de más legisladores en el recinto, tal como reclamaba la oposición. En la sesión del jueves 8 de octubre ya estuvieron habilitados a estar en el Congreso no solo dos senadores de los bloques del Frente de Todos y de Juntos por el Cambio, sino también un legislador por cada bloque minoritario. A estos se suman las cuatro autoridades de la Cámara Alta que ya estaban permitidos.

Además de un nuevo protocolo de sesiones mientras la pandemia de coronavirus continúa manteniendo los números de contagios altos, la Vicepresidenta también se comprometió a acordar el temario a tratar y a reactivar las reuniones de Labor Parlamentaria.

Quien quedó afuera de esta negociación fue Martín Lousteau. El senador opositor buscó desde hace semanas sentarse con la vicepresidenta para actuar “como mediador”. Después de fallidos intentos a través de distintos interlocutores cercanos a Kirchner, la ex jefa de Estado decidió sentarse con el jefe del Interbloque y no con el senador por la Ciudad de Buenos Aires.

“Cristina tiene los códigos de la política, no va a pasar por arriba a Naidenoff aunque un legislador suyo quiera hacerlo”, dijeron a PERFIL desde el bloque oficialista. Hasta ahora, como vicepresidente del Senado, había participado de las sesiones desde Congreso,  pero este jueves 8 de octubre, después del principio de acuerdo de la Vicepresidenta y el jefe del Interbloque de Juntos por el Cambio, decidió conectarse de manera remota y no asistir de forma presencial. Mientras tanto, comenzó el partido de fútbol para Kirchner y Naidennoff.