El Senado Nacional tratará hoy, y todo indica que aprobará, una ley trascendente para la salud, que encontró un espacio al margen de la grieta política que divide al país. Se trata de la ley de etiquetas para productos alimenticios, una norma que obligará a las empresas del rubro a colocar en forma clara y visible si los alimentos que venden tienen valores altos de azúcar, calorias, grasas o sodio.

El proyecto ha sido impulsado para que llegue al recinto por la senadora mendocina del kirchnerismo Anabel Fernández Sagasti, pero es apoyada por un mendocino de la otra vereda, el radical Julio Cobos; y la senadora del PRO Gladys González, entre otros que tenían propuestas similares.

El tránsito al recinto ha tenido algunas complicaciones no menores. Fernández Sagasti reconoció anoche que hubo presiones de la industria alimenticia para cambiar o condicionar el proyecto. "La Coca Cola mandó un mail a todos los senadores", admitió la legisladora, ante la consulta de MDZ. Pero de inmediato aclaró: "Ninguna de las sugerencias que hizo fueron tomadas en cuenta", agregó.

La versión que circulaba ayer en las redes sociales era que la industria de los alimentos había conseguido modificar el despacho del proyecto antes de la votación, gracias a su llegada al Ministerio de Salud y a los legisladores. Pero la mendocina que se ocupó de generar consenso a favor de la iniciativa desmintió cambios en la letra. Eso sí, admitió que hubo mensajes para que así fuera de Coca Cola y "muchas industrias más". 

Frente a la sospecha, Fernández Sagasti garantizó que el proyecto saldrá tal como había sido discutido y acordado en comisiones, con el apoyo del frente de Todos y de varios senadores de otros partidos "que están comprometidos en el tema".

La información de los nutrientes que llevan los alimentos no está estandarizada ni legislada en la Argentina. De hecho, el etiquetado que habitualmente lleva información nutricional es un agregado que realizan las empresas.

En la región, hay países que ya resolvieron el tema, como Chile, Uruguay y México, en tanto que Brasil está en la misma situación de falta de definiciones sobre la cuestión.

Los que impulsan la ley, sostienen que el rotulado de las gaseosas tiene que ser tan claro como en Chile y en otros países, para que no se puedan vender más en los colegios. La votación de la sesión de hoy en el Senado marcará hasta dónde esto es posible.