El radicalismo terminó la ronda de consultas propia y conversa con distintos sectores que piensan un camino intermedio, alejado de los dos polos. Esta semana podría haber una definición.
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CARLA PELLIZA
La UCR encara el tramo final de la toma de decisiones electorales en la provincia de Buenos Aires. Con el cronograma que apura a todas las fuerzas políticas, el partido centenario está pronto a definirse, tal vez esta misma semana. Después de haber encarado una ronda de consultas seccionales para escuchar la opinión de cada comité, el radicalismo se embarcó en un proceso de diálogo con distintos sectores que apuestan por una alternativa a los dos polos. Lejos del kirchnerismo y de La Libertad Avanza. Se espera que una vez que concluyan esas charlas, llegue el momento de la definición.
Una posición compatible con la adoptada por Facundo Manes, que se alejó de la línea radical oficial pero nunca se desafilió del partido. El diputado se acercó a conversar hace un par de semanas y fomenta la idea de intentar la unidad de centro más amplia posible.
En el interior, los intendentes con fuerza territorial miran con recelo los términos y condiciones del acuerdo que está negociando el PRO con La Libertad Avanza, en especial porque los libertarios tienen poca estructura y nulos candidatos. Lo que no quita que vayan a tener un caudal de votos propio. Pero los alcaldes confían en la buena imagen de sus gestiones para revalidarse en sus distritos.
En esa lógica de razonamiento, hay dirigentes macristas que ven poco beneficioso el pacto con los libertarios y mucho más tentador el sostener la alianza de Juntos por el Cambio. Puntualmente, en el caso de la UCR, la gran mayoría se manifestó en contra de un acuerdo con los libertarios. En ocho de cada diez casos, no se avaló un acercamiento con el gobierno nacional. Un mensaje bastante contundente que se llevaron las autoridades de contingencia del partido, Miguel Fernández y Pablo Domenichini.
Lo cierto es que, como en el PRO, no hay visiones uniformes. Los amarillos están divididos en dos grupos: los que están a favor del pacto y se reunirán esta semana una vez más y los que miran con malos ojos las demandas libertarias. Para unos, el entendimiento está mayoritariamente encaminado. Para otros, nada se movió demasiado y queda una semana para la decisión final.
En la UCR también hay quienes quieren acordar con los libertarios. Incluso estando a favor de construir una alternativa de centro. Pero, para este grupo en especial, la polarización vuelve imposible una tercera posición obligándolos a jugar para uno de los dos extremos.
Manuel Passaglia, intendente de San Miguel, la semana pasada envió un mensaje contundente para este debate. Según dijo, “la ancha avenida del medio es la ancha avenida del fracaso”, descartándola de plano. Para el alcalde, quienes se inclinan por la tercera posición “son tibios y lo que se necesita hoy en nuestro país es coraje. Ese espacio “de centro” fracasó y los que te quieran llevar a eso son dirigentes que ya lo intentaron y no estuvieron a la altura”.
Esta discusión abre otro debate: ¿Hay polarización o hay un escenario de tres tercios? ¿Los tres tercios son una polarización encubierta, en la que uno de los dos extremos está dividido en dos subsectores que disputan una PASO a cielo abierto? Los que ven una alternativa en sostener Juntos por el Cambio renovado consideran que hay un sector intermedio no referenciado ni en La Libertad Avanza ni en el peronismo que está en búsqueda de una representación.
Según un estudio de Pulso Research hecho en junio, La Libertad Avanza y el peronismo lideran el pelotón de intención de voto tanto en el conurbano como en el interior de la provincia.
La fortaleza del PRO está en la primera sección electoral, con un 5,7%, seguida del interior, con el 4,2% y la tercera sección con el 2,1%. En el caso de la UCR, el punto fuerte está en el interior con el 5,5% de intención de voto, seguido de la primera sección con el 1,2% y la tercera con el 0,6%. Claramente, el radicalismo tiene mucha más presencia en tierras bonaerenses profundas y productivas que en la zona del AMBA. Por eso, la pretensión de los intendentes de sostener lo propio.
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