Empate: profesionales de la grieta, Vidal y Santoro ganaron el debate porteño

Empate: profesionales de la grieta, Vidal y Santoro ganaron el debate porteño

Chocaron entre sí, pero no se sacaron diferencias. Así, relegaron a Milei y Bregman a un rol secundario y ruidoso en el show por TV. Los principales cruces.

Por: Analía Argento.

 

María Eugenia Vidal y Leandro Santoro salvaron la grieta. Los dos principales contendientes fueron socios y aliados, eligiéndose uno al otro para la batalla final en el debate porteño. La exgobernadora de Juntos por el Cambio (JxC) jugó ese juego más que el legislador de la Ciudad, a quien apuntó en el duelo mediático. El candidato del Frente de Todos cayó en la trampa de debatir con Myriam Bregman al inicio, pero sobre el final retomó el objetivo central del oficialismo y se concentró en Vidal y en JxC, mientras se ponía del lado de la dirigente de izquierda. 

Outsider en busca de una mayor sorpresa electoral, Javier Milei apostó al show. Con evidente menos manejo de los debates políticos, no pudo explicar algo tan simple como por qué no se vacunó contra el Covid. Además, transpiró, insistió con su verba anticasta y corrió por derecha a los y las demás postulantes. Eso sí: fue claro en el mensaje que quiso dar y de tan liberal violó lo pactado: varias veces le cortaron el micrófono o le llamaron la atención. Por momentos, no fue agradable su performance, aunque en su tribuna lo elogiaron.

Bregman sacó ventaja aunque rompió las reglas acordadas en un ping pong de superposición de voces con el economista y terminó mostrándose tan antisistema como él. Tuvo la habilidad de enredar a Santoro con la discusión por las pistolas Taser, una polémica que el Frente de Todos no cierra. Buscó ser par de Vidal tanto como de Santoro, pero en el transcurrir del programa se fue corriendo hasta confrontar con el libertario, enojada por los modos despectivos y los gritos. A ella y a Milei los excluyeron Vidal y Santoro, que al verlos pelearse eligieron guardar silencio. 

Vidal fue con objetivos claros. Desde lo gestual, se mostró enojada, seria, molesta. Pero evitó todo lo que pudo el barro de la contienda. Si gritaban, se quedaba callada. Si los demás interrumpían, ella alzaba la mano para pedir hablar. Cuando algún tema la incomodaba, revisaba papeles y miraba hacia abajo, y cuando no estaba habilitada a contestar movía la cabeza de un lado al otro para negar lo que escuchaba. Acostumbrada a los golpes de efecto, arrancó su participación con un pedido al Presidente para que haga renunciar a Aníbal Fernández por el episodio que protagonizó el ministro de Seguridad con el humorista Nik. Antes del cierre, volvió a atacar con el mismo tema en el mano a  mano con Santoro. Él quiso escabullirse ("esa discusión la doy dentro de mi espacio"), aunque volvió a admitir que no le gustó el tuit del ministro. Recompuesto, incomodó a Vidal al insistirle con preguntas sobre el espionaje durante la gestión macrista a dirigentes políticos, familiares (los hijos de Diego Santilli entre ellos), a los familiares de las víctimas del ARA San Juan y a ella misma. Vidal, que es querellante en la causa; cerró el intercambio: "Macri no es Aníbal Fernández".

El último bloque permitía que cada uno eligiera a otro candidato para un duelo. Vidal eligió a Santoro. Santoro eligió a Vidal. Milei no eligió a nadie. "Yo no discuto con la casta" se justificó y empezó un monólogo a cámara. Marcelo Bonelli y Edgardo Alfano, los conductores, se enojaron y lo cortaron: la regla indicaba preguntar a un adversario. Bregman tuvo que elegir a Milei y otra vez se enredaron con gritos e interrupciones mutuas.

El mensaje de cada uno fue el previsible. La exgobernadora fue a comparar los modelos distintos de gestión y la puesta en escena la benefició: cada vez que las cámaras de TN mostraban a Bonelli y Alfano, detrás y entre ambos se veía a Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño, administrador de la pandemia y las vacunas y con muy buena imagen, al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta y a algunos otros integrantes del team de la "Leona". El resto de los invitados y las invitadas, solo se atisbaron cuando terminó el intercambio y los cuatro candidatos se retiraban. Vidal apostó a mostrar que este Gobierno endeuda, no resuelve la inflación, cerró escuelas y gestionó con privilegios. Dos veces mencionó a Quirós por su trabajo en pandemia y elogió muchas más el trabajo del gobierno de la Ciudad. Buscó efecto, por momentos sobreactuada. 

Santoro también llegó gestualmente como el "alumno bueno". Relajado, con anteojos y tono de profesor amigable. Se presentó como papá de dos hijas, como un porteño de barrio, pero se subió al calor del intercambio, se quitó los lentes y en algún momento trastabilló. Por ejemplo cuando corrió a Vidal con los números de la educación pública porteña y la falta de vacantes, la exgobernadora contratacó con el cierre de escuelas en Buenos Aires durante toda la pandemia. No llevó carteles como los de Santoro, pero los improvisó con marcador negro y una hoja en blanco. "45 días más de clases tuvo la Ciudad y se construyeron 50 escuelas nuevas", retrucó, pero su contrincante le apuntó que de esas unas 19 son de reemplazo de otras. "En mi gobierno construimos 65 escuelas y en los cuatro años anteriores, los de Scioli, solo tres. Está mal informado", se defendió.

El dirigente del Frente de Todos no esquivó los problemas y habló de inflación, economía y falta de dólares, aunque por la inseguridad porteña responsabilizó a la gestión larretista, y por la deuda, a Mauricio Macri. Su estrategia fue desarmar el relato de gestión exitosa del método Larreta. Para lograrlo, llevó ejemplos vivos que las cámaras no mostraron: la madre del policía porteño desaparecido Arshak Karhanyan, un enfermero de la Ciudad y una dirigente de la villa 31. Solo una vez usó la primera persona del plural en referencia a políticas del gobierno de Alberto Fernández. "Mirá lo que hicimos nosotros", arrancó su argumentación a las 23.07 con un gráfico con datos del IFE y políticas sociales en pandemia. "La Ciudad se dedicó a hacer negocios", denunció y enumeró la venta de espacios y propiedades y la compra de barbijos con sobreprecios. Para un televidente distraído, tuvo exceso de información: que en 2017 Martín Lousteau denunciaba a Larreta y ahora están juntos, la fuga de divisas a partir del préstamo del FMI, la ausencia de JXC en el debate por la ley de Etiquetado, la donación de patrulleros de la Ciudad a municipios bonaerenses del PRO. Vidal admitió no conocer a la madre de Arshak, pero lamentó que "la hayan convocado para usarla en un debate".

En el intercambio, Bregman ganó posicionamiento (a diferencia de Luis Zamora que se bajó por cuestionar a uno de los conductores) y blanqueó que su espacio no tiene asegurado un lugar en el Congreso, para lo que pidió el voto ciudadano, además de reiterar que solo la izquierda apunta al corazón del poder. Milei fue claro: "La casta nos somete a un gasto público explosivo", subrayó y se manifestó ganador porque JxC ahora propone bajar impuestos. El show de los que tienen menos que perder desdibujó por momentos a Santoro y Vidal. Sin embargo, los dos se reacomodaron y sacaron provecho con algunas propuestas y ejes de discusión que sus respetivos equipos recortaron para difundir en las redes sociales.

Comentá la nota