Con barbijo pero amontonados contra las vallas, cientos de militantes y vecinos se acercaron para presenciar la inauguración oficial del hospital municipal Néstor Kirchner. Una imprudencia totalmente evitable, en plena pandemia.
Bajo un sol radiante, este lunes al mediodía en Maquinista Savio pareció que la pandemia de coronavirus era un mal recuerdo del pasado: sin ningún distanciamiento social y agolpados contra las vallas, cientos de militantes y vecinos de la localidad se acercaron a presenciar la inauguración oficial del hospital municipal Néstor Kirchner, que encabezó el presidente Alberto Fernández.
El evento comenzó minutos antes de las 13 -estaba pautado para las 11:30-, pero la gente se arrimó mucho antes a la esquina de ruta 26 y Juan XXIII, donde estaba todo vallado y había un fuerte operativo de seguridad, coordinado entre el Municipio y la Casa Rosada.
En los alrededores el tránsito estaba cortado y prácticamente era imposible circular. Eso no impidió que la gente se amontone frente a las vallas para vitorear al presidente, al gobernador Axel Kicillof o al intendente Ariel Sujarchuk, los tres más aplaudidos.
A contramano de lo que se viene pregonando desde el 20 de marzo hasta la actualidad, la distancia social fue burlada de manera imprudente y peligrosa. A tal punto que la presidenta de AySA, Malena Galmarini, “retó” al público cuando se acercó al vallado para sacarse fotos. “¡Están muy pegados!”, les dijo. Antes de irse, los arengó: “¡Vamos que de esta salimos juntos!”.
Cuando finalizó el acto (ver nota acá) Alberto Fernández también fue a saludar, junto a Axel Kicillof y el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. En cambio, el diputado nacional Máximo Kirchner fue uno de los pocos dirigentes que atinó a saludar a la distancia y evitó el contacto.
Entre las organizaciones políticas que se plegaron a la movilización convocada desde el Palacio Municipal estuvieron el Movimiento Evita, Peronismo Militante y Macacha Güemes, que responde al intendente Sujarchuk. Curiosamente, por tratarse de un homenaje al padre de su líder, La Cámpora participó desde un lugar más retirado, que incluso no llegaba a verse desde donde estaban las autoridades.
Aunque se entiende el interés de la gente por ver al presidente de la Nación en vivo y en directo, resulta contradictorio que el mismo Municipio que multa a quienes hacen reuniones abiertas al aire libre fomente que los vecinos corran el potencial riesgo de contagiarse por amontonarse en un acto. Más cuando las cifras no paran de crecer y la circulación comunitaria del virus sigue siendo altísima.
Actualmente el partido de Escobar acumula más de seis mil infectados de Covid-19, con un promedio diario de casi 100 casos, en tanto que las personas fallecidas suman 147 (ver nota acá) . Está claro que nada invita a un relajamiento de las medidas tan flagrante, masivo y despreocupado como el que se dio este lunes, no sólo a la vista de todas las autoridades sino también avalado por muchas de ellas.
Por lo pronto, el jefe comunal tuvo su foto como anfitrión de Alberto Fernández y Axel Kicillof, recibió elogios de todos los colores y concretó la inauguración del primer hospital municipal de Escobar.
Sin embargo, a esta altura de la pandemia puede ser bastante peligroso cometer este tipo de errores -no forzados y por demás innecesarios- ante un virus que es bastante impredecible.
Comentá la nota