Por Mariano Cuparo Ortiz

 

La economía llegó a las elecciones presidenciales con ojos posados sobre la velocidad de la inflación, su efecto sobre el consumo y el esfuerzo del Gobierno por moderarlo y una actividad económica que llegó mejor que lo esperado pero con vaivenes. La dinámica de lo cambiario, típicamente golpeada en épocas electorales, marcó ese ritmo y el resultado de la primera vuelta será clave frente a la posibilidad de que la dinámica se estabilice o se agrave. Los candidatos llegan con propuestas que van desde mantener un dólar quieto en términos reales hasta la dolarización, pasando en medio por una salida abrupta del cepo: el tipo de cambio, la inflación y el PBI de los próximos meses se definirán por la expectativa que genere el ganador de la elección y su discurso en la noche del domingo.

El Gobierno viene multiplicando sus esfuerzos por estabilizar los mercados paralelos de dólar vía fuertes intervenciones con reservas y restricciones para la operatoria. Esta semana el viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein, reiteró que el oficial continuará congelado hasta el 15 de noviembre y que a partir de entonces recomenzará el crawling peg a un ritmo del 3% mensual, bien por debajo de la inflación de dos cifras. La apuesta sigue siendo a mantener el tipo de cambio atrasado en términos reales. La tasa en 11% efectivo mensual apunta en ese sentido: que los plazos fijos presenten una opción en pesos, contra la dinámica de un dólar cuyo techo dependerá, justamente, de la contienda electoral.

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En la vereda contraria, el potencial ministro de Economía de Juntos por el Cambio, Carlos Melconian, remarcó que el precio del dólar del próximo lunes dependerá de quién gane la elección. Luego, de la dinámica del dólar dependerán la velocidad de la inflación, por ende la fortaleza de los ingresos fijos, entonces el consumo y finalmente la actividad económica.

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En ese sentido, uno de los escenarios más posibles de la economía que viene lo tiene al candidato de La Libertad Avanza, Javier Milei, formando parte de un supuesto balotaje el 19 de noviembre: el economista libertario viene defendiendo la posiblidad de una salida del peso, una dolarización que, si el domingo lo tiene como protagonista en los resultados con un discurso insistente en ese sentido, puede marcar el ritmo de las principales variables en el futuro cercano.

Lo señaló un informe de la consultora Portfolio Personal Inversiones (PPI): "Será clave el discurso del libertario de ese mismo domingo a la noche respecto a su propuesta de dolarización. Si insiste con la misma, el CCL no tendría techo, ya que el mercado descree de la capacidad de La Libertad Avanza de conseguir fondos en el exterior para dolarizar a un tipo de cambio similar al actual (que ya es elevadísimo en términos históricos). En consecuencia, la única alternativa para ir a la dolarización será una fuerte erosión de los saldos reales para que la dolarización sea factible con 'pocos dólares'". 

Acerca de un escenario con el oficialismo en carrera, afirmó: "Vemos al oficialismo intentando evitar el salto discreto con un reinicio del crawling peg y mayores regulaciones y trabas tanto sobre el MULC como sobre los dólares financieros, lo que de todas maneras implicará que el drenaje de reservas continúe".

La economía llegó a las elecciones presidenciales con un pico inflacionario histórico que, pese a los esfuerzos del Gobierno por moderar su efecto a partir del gasto fiscal, tuvo cierto impacto en el consumo y en la actividad, que llegó mejor que lo esperado pero tambaleante. Lo que sigue dependerá del resultado.