Una diputada nacional por San Luis lleva tres años sin hablar en el recinto

Contrariamente a lo sucedido en 2011, el año pasado fue de mucha actividad en materia de sesiones. Tal cual detallara en su momento Parlamentario, en 2012 se duplicaron las reuniones en la Cámara baja, y eso se nota, entre otras cosas, en la cantidad de legisladores que cumplieron su rol de “parlamentar” en el recinto.
Mientras en 2011 nada menos que 80 diputados nacionales no hablaron durante el año, en el año que pasó esa cantidad se redujo a apenas 14.

Pero sin dudas el caso que despertó más sorpresa, fue el registrado por la representante nacional de la provincia de San Luis, Nora Videla, quien al igual que en los años 2010 y 2011, durante el 2012 tampoco emitió ninguna palabra durante las sesiones parlamentarias.

Sólo el 5 por ciento de los integrantes del Cuerpo no se anotó en las listas de oradores durante el año pasado. Por cierto, una cantidad sumamente baja, según pudo determinarse a través del Indice de Calidad Legislativa que se elabora para Semanario Parlamentario, de acuerdo con el cual -como suele suceder- el presidente de la Cámara fue el que más palabras emitió, mientras que el titular del bloque oficialista lo siguió, como también suele pasar.

Decimos que “es lo que suele suceder”, pues no es una regla que se cumpla a rajatabla. Sí para el caso del presidente del Cuerpo, que inexorablemente será cada año el que más palabras emita, por el hecho de conducir los debates. Pero en el caso del titular de la bancada del Frente para la Victoria, el año 2011 había sido superado por la exdiputada Vilma Ibarra, quien entonces figuró en el segundo lugar entre los diputados que más hablaron, con 14.688 palabras, 33 más que el tercero, Agustín Rossi. ¿Las razones? La Ley de Identidad de Género -uno de los debates más trascendentes de ese año- la tuvo como voz cantante, marcando el ritmo de esa larga sesión en la que fue figura central.

Este año las cosas volvieron a su lugar, y fue Rossi el segundo, con 34.991 palabras emitidas, más que duplicando la marca anterior, como puede apreciarse. En primer lugar, está dicho, figuró Julián Domínguez, quien tuvo un rol muy activo no sólo conduciendo las sesiones, sino también bajando a su banca en tres de oportunidades. No sólo cuando le tocó agradecer ser reelecto al frente de la Cámara, en la sesión preparatoria de diciembre, sino también, por ejemplo, en una sesión en la que se trató un tema muy caro para él como es la cuestión Malvinas (en 1982 fue soldado movilizado). En esa oportunidad precisamente aludió a sus recuerdos de la guerra y pronunció un discurso de nada menos que 4.411 palabras. En otra oportunidad pidió la palabra por haber sido aludido (1.897 palabras) y en diciembre pasado, al ser reelecto para un nuevo período, pronunció 11.684 palabras.

La ley sobre YPF fue seguramente el factor determinante para que casi todos los diputados hablaran este año. Se trató de una sesión que tuvo nada menos que 193 oradores, o sea que más de la mitad del Cuerpo quiso anotarse en ese debate histórico. Muchos sumaron palabras en esa ocasión, otros -como consecuencia de la extensión del debate, que duró dos jornadas- debieron resignarse a insertar sus discursos, reduciendo su participación.

La contra cara de la moneda, fueron los catorce diputados figuran al fondo de esta tabla, sin haber emitido palabra alguna. Hay ocho kirchneristas, Andrés Arregui, Fabián Francioni, Daniel Giacomino, Oscar Redczuk, Liliana Ríos, Silvia Simoncini, José Antonio Villa y el tucumano Isaac Bromberg (primo del gobernador Alperovich); dos radicales, Daniel Kroneberger y Linda Yagüe; dos del Frente Peronista, Rubén Rivarola y Nora Videla; un socialista, Omar Barchetta, y el diputado de Unidad Popular Antonio Riestra.

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